ene 2 2015

¡Feliz año maker!

Hace mucho (demasiado, ha pasado más de un año) que no escribía aquí. Lo he intentado más de una vez, pero quería contar tantas cosas y he perdido tanto la costumbre de hacerlo que todos mis borradores se han quedado en eso, en borradores. Y como me resulta más fácil escribir sobre mis proyectos e inventos, voy a empezar por ahí. Allá va un resumen de mi último año y medio maker, ¡espero que sirva para calentar los motores del blog!

En una de las últimas entradas que publiqué dije de pasada que igual volvía a la impresión 3D. Y así ha sido: a comienzos del curso pasado nos juntamos ocho compañeros de clase y decidimos montarnos cada uno una impresora 3D (una P3Steel, concretamente). La búsqueda de piezas se hizo eterna (se asemejó mucho a un parto: duró algo más de 9 meses), pero conseguimos materiales de buena calidad y a un precio más que decente. El hotend es un LeoNozzle, la electrónica una SAV MkI, y el chasis es de acero inoxidable (que yo pulí para hacerlo brillar). Actualmente está montada, lista para imprimir, pero a la espera de que le construya una caja que pueda albergar el rollo de plástico y los cables. Las imágenes más recientes que tengo de ella son las de este vine, en el que muestro cómo la conecté a MATLAB para identificar el sistema del hotend (pues hay que calibrarlo, y decidí hacerlo en condiciones):

Como la caja que tengo en mente es algo compleja, no creo que la tenga terminada antes de dos meses. Pero aun así espero no demorarme mucho, ya que la necesito para terminar algún otro proyecto para el que me hacen falta piezas impresas.

Un poco steampunk, como a mí me gusta :)

Un poco steampunk, como a mí me gusta :)

Una de esas ideas para las que “necesito” la impresora (podría pasar sin ella, pero me facilitaría mucho la labor) es experimentar con la electrodeposición, una técnica que permite dar un baño de ciertos metales a piezas no necesariamente metálicas. De momento he hecho pruebas con sulfato de cobre y los resultados son muy alentadores. Todavía no controlo demasiado bien los tiempos ni las intensidades, pero ahora que he terminado de montar mi laboratorio creo que no me costará avanzar demasiado. ¡Sí, mi laboratorio! Cada vez que necesitaba utilizar fuentes de alimentación u osciloscopio normalmente mi mesa acababa inutilizable durante una buena temporada, por lo que este verano me decidí a construirme un espacio en condiciones en un cuarto poco utilizado de casa de mis abuelos (como viven en el piso de arriba, no suele darme pereza subir los 15 peldaños). A lo largo de esta última semana he terminado de pasar los últimos cables, y a falta de un fluorescente, ya está acabado:

La idea es que normalmente no esté tan despejado... Mwhahaha!

La idea es que normalmente no esté tan despejado… Mwhahaha!

A la cajita de abajo a la derecha llegan las entradas y salidas de los aparatos de la balda superior. Lo hice así para no tener los cables volando por toda la mesa, y es muy muy cómodo. Por cierto, la estantería es el primer mueble que construyo, estoy  muy contento con el resultado :D Siguiendo con el tema de los muebles, hace unos meses me di cuenta de que el armarito en el que guardaba mis componentes electrónicos se estaba quedando pequeño, así que compramos en IKEA un armario más grande al que di un toque sofisticado (alta tecnología, sin duda) poniendo una tira de LED que se enciende al abrir la puerta.

También hablé aquí acerca de un pequeño editor de archivos basado en Arduino, al cual bauticé como blocporc. Con motivo del #biicontest2014 le di el empujón final que necesitaba y me presenté al concurso, ¡quedando en 2º lugar! Fue toda una sorpresa, pues había mucho nivel :D Aquí os dejo un vídeo promocional que grabé para darlo a conocer (no apto para los que tengan propensión a la vergüenza ajena):

También me ha dado por la iluminación: después de verano estuve experimentando con LEDs y metacrilato, y de eso salió una cajita bastante maja que, si bien no se aprecia, no emite nada de luz directa:

¡Se enciende sola en cuanto se abre!

¡Se enciende sola en cuanto se abre!

Y también en esa línea un poco más estética he estado últimamente trabajando en sensores e interruptores capacitivos: creo que hay muchos objetos que ganarían mucho sin botones mecánicos, y he hecho bastantes progresos (de momento teóricos, aunque espero que pronto den sus frutos). Es fascinante el potencial que tiene la idea de “condensador”, y lo fácil que resulta obtener resultados impresionantes: en unas pruebas que hice el curso pasado llegué a medir el nivel de líquido en un vaso sin contacto, algo que todavía tiene que madurar un poco pero que promete.

A mí me gusta mucho la madera, aunque todavía tengo pendiente aprender a tallarla en condiciones. Es probable que cuando termine la impresora 3D le ponga un adaptador para poder hacer grabados con ayuda de una Dremel, pero hasta entonces estoy limitado por mi pulso (lo cual depende de los cafés que lleve). Aún no sé hacer dibujos muy complejos, pero sí se transferirlos del ordenador a la tabla: utilizando una impresora láser y acetona se pueden hacer maravillas:

Caja con combinación. ¡El diseño es mío!

Caja con combinación. ¡El diseño es mío!

Casi olvidaba el Resistómetro, un medidor de resistencias orientado a laboratorios que informa de su valor comercial además del real (muy útil para clasificar). Está terminado, pero le falta algo de código para que sea estable. Supongo que la próxima vez que decida poner orden lo terminaré. Lo más interesante de este proyecto tal vez sea la parte de electrónica analógica, con la que aprendí mucho. El aspecto exterior es muy, muy mejorable pero buscaba ante todo facilidad de uso:

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He hecho alguna cosilla más en los últimos meses, como el circuito de control de una impresora mecánica de hace medio siglo (lástima que no tenga vídeos, por su tamaño resulta un poco amenazadora), o un -proyecto de- refrigerador empleando una célula Peltier. Y también he escrito páginas y páginas (en papel, eso sí) sobre diversos inventos, así que aunque hoy me quedara sin ideas podría aguantar unos meses haciendo cosas… esperemos que no ocurra :)

¡Feliz año, y espero que hasta pronto!

 


nov 26 2013

Varios(n+1)

Hasta hace unos instantes me encontraba estudiando Mecánica con más fuerza de voluntad que ilusión, pero ha llegado un momento en el que me he saturado (expresión que he empleado siempre pero a la que desde hace poco, por deformación profesional, encuentro otro significado), he mirado a mi alrededor y tan sólo he visto una mesa repleta de papeles, libros y proyectos, además de una olvidada taza de té. Ahora podría seguir disertando sobre el posible significado de la taza abandonada, o de los esporádicos brotes de esa emoción a caballo entre la melancolía y el tedio que en ocasiones le asalta a uno cuando lleva demasiadas horas seguidas estudiando algo que no le gusta. Pero no, hoy no es ese día (¡En este día lucharemos!). Hoy es el día en que os cuento, o simplemente pongo por escrito si el “os” es un “me”, algunas cosillas en las que he estado invirtiendo mi tiempo últimamente.

¿Habéis visto qué chulos me quedan los trabajos con LaTeX? ;)

¿Habéis visto qué chulos me quedan los trabajos con LaTeX? ;)

Principalmente, la carrera. No soy el único de mi curso para el que ya desde hace algún tiempo los fines de semana han dejado de tener sentido, pues son días normales pero sin clase. No estoy seguro de hasta qué punto mi ingeniería es difícil, pues la respuesta sería muy subjetiva ya que la estaría comparando con Bachillerato, y son cosas muy diferentes. Probablemente sea, en proporción, bastante más complicado lo que estoy dando ahora que lo que daba hace un par de años, pero al ser cosas que me interesan más que las de entonces (léase Filosofía) el mal es menor. De todos modos, académicamente mi grado no es emocionante ni mucho menos, al menos hasta ahora. De entre las 10 asignaturas que he cursado y las 5 en las que ahora estoy matriculado tan sólo me han interesado Informática, Fundamentos de Electrónica y Señales y Sistemas, y algo menos Física II. No digo que el resto no me hayan gustado (aunque alguna ha pasado o pasará sin pena ni gloria), pero me resultan bastante engorrosas, pues me quitan el tiempo para estudiar las que sí me motivan. Es definitiva, nada nuevo bajo el sol: desde que tengo uso de razón los cursos se han organizado de esa manera, y no parece que vaya a cambiar la cosa por el momento.

Howard Shore – Concerning Hobbits

Por otro lado, este año voy a clase por las tardes, lo cual tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Como ventaja principal tal vez pondría el poder tener las noches libres y no tener que madrugar (aunque duerma el mismo número de horas me cuesta mucho más levantarme a las 8 que a las 11), y como inconveniente la alteración total y absoluta de mis ritmos circadianos. Pero esto me ha permitido hacer algo que el año pasado casi olvidé: leer. Si hace un año a estas alturas de curso había leído dos o tres libros, éste puede que lleve unos quince. ¡Y alguno muy bueno, además! Como mañana pretendía despertarme a una hora decente tan sólo nombraré algunos de ellos, a saber:

  • The Leage Of Extraordinary Gentlemen, de Alan Moore. No pensaba empezar con éste, pero como es el último que terminé ha sido el primero que me ha venido a la cabeza. Ha sido una relectura, lo que me ha permitido poder apreciar los dibujos con más detalle, la verdad es que algunas ilustraciones son realmente impresionantes.
  • Brooklyn Follies, de Paul Auster. Creo que también he leído algún otro libro de este hombre últimamente, pero como es mi tía la que me provee de ellos y se los devuelvo al terminarlos no recuerdo cuál fue. Me gustó mucho, es lo más alegre escrito por Auster que he leído hasta la fecha.
  • El Perfume, de Patrick Süskind. Me lo regaló Paula para el Día del Libro, y me encantó: el retrato que hace el autor de Jean-Baptiste Grenouille es en algunos momentos francamente inquietante.
  • La mecánica del corazón, de Mathias Malzieu. También me lo regaló Paula, e igualmente no me defraudó. Aunque por el aspecto parece dirigido a un público infantil no lo es realmente; me suena que alguien lo definió como “un cuento para adultos”. Narra la historia de un muchacho que nace con un corazón dañado, por lo que le pusieron un reloj de madera para que pudiera vivir. Muy recomendable.
  • El huevo de oro, de Donna Leon. ¡También me lo regaló Paula! Pero esta vez por mi cumpleaños :) Es la primera novela que leo de Leon, no la conocía. Se trata de una historia de la serie de su, por lo visto, popular detective Brunetti. Me pareció muy curioso el estilo, algo sombrío e indirecto. ¡Tengo ganas de leer otro de la colección para poder opinar mejor!
  • American Gods, de Neil Gaiman. Fue el último libro que abrí el curso pasado, y quedó abandonado a mitad del segundo capítulo por lo que he comentado unas líneas más arriba. No obstante, lo retomé hace unas semanas y esta vez lo devoré. No sabría cómo definirlo, es sin duda uno de esos libros llenos de referencias que no entiendes hasta que lo vuelves a leer unos años más tarde. Lo recomiendo sin dudar.

Y algún que otro título más. Pero sí, poder leer tranquilamente es una de las cosas que más agradezco de ir de tardes, el año pasado llegué a pensar que se me iba a ir la afición por la lectura. Aunque por lo que parece, ¡siguen intactas! Para terminar con este apartado bibliófilo anoto aquí (y aprovecho para hacerlo en mi libro de citas) una cita de Juan Ramón Jiménez, que es la que abre Fahrenheit 451:

Si os dan papel pautado, escribid por el otro lado. 

Otra cosa en la que he estado trabajando (aunque en las últimas dos semanas apenas lo he tocado) es un viejo proyecto de hace un año y medio que abandoné porque era demasiado grande para mí. Llegué a hacer algún progreso, pero al final la cosa quedó en agua de borrajas. Por algún motivo me dio por desempolvarlo (literalmente), y al cabo de unos días lo tenía ya bastante avanzado. ¿Que qué es? Básicamente, un pequeño dispositivo con pantalla LCD, ranura para tarjetas SD y conector de teclado PS2 que permite escribir notas de texto en ficheros txt. La idea la tuve en 2º de Bachillerato, a raíz de las monótonas horas de copiar apuntes que como resultado daban un fajo de hojas prácticamente ilegibles. En este momento puedo ya abrir y editar archivos, y a falta de unificar código y solucionar unas misteriosas pérdidas de memoria prácticamente está listo para soldar conectores a una placa, barnizar la caja de madera que compré en su día y adaptarla para meterlo todo dentro.

Le das glucosa y él te da... esto.

A finales de octubre o comienzos de noviembre tuve la idea (no fui el primero, pero sí el que llegó más lejos) de hacer una impresora (Hamachine la llamo) que imprimiera con Hama Beads, unos pequeños tubitos que se disponen en una plancha a modo de píxeles y que posteriormente se planchan (valga la redundancia) para crear dibujos de plástico realmente chulos. Por desgracia me quedé atascado ya que no encontré ningún tubo con diámetro interior de 2.75mm, el necesario para que pasen las “bolitas” correctamente. El siguiente vídeo corresponde al estado actual de la máquina, aunque conforme iba montándola fui haciendo mejoras en mi cabeza y llegados a este punto la razón me dice que debería desmontarla, pero impone demasiado y le he cogido demasiado cariño como para hacerlo. ¡No en vano es la primera vez que fusiono Lego con Arduino, y con un éxisto bastante aceptable!

Ah, y a modo de recordatorio personal (para que si vuelvo a leer estas líneas retome el proyecto con la misma ilusión): hace unos días tuve una sucesión de ideas que me ha hecho volver al mundo de la impresión 3D, si todo va bien mi presupuesto empezará a hacerse insuficiente dentro de unas semanas :D

Total, que se me ha vuelto a hacer tarde… Pero bueno, el objetivo principal de esta entrada que era escribir (como fin) está cumplido, y con creces porque me he quedado con ganas de seguir dándole a la tecla… Esperemos


jun 27 2012

Me nombran en la web del SAI de la Universidad de Zaragoza!

El de la izquierda no es Pepe, sino Abraham!

Hace unos días publicaron una entrada en la sección de noticias de la web del Servicio General de Apoyo a la Instrumentación de la Universidad de Zaragoza, comentando un poco por encima algunas de las cosas que hemos hecho Pepe y yo a lo largo de los últimos meses. La verdad es que me hace bastante ilusión aparecer en la web de la Uni ¡sin ni siquiera ser estudiante! (Porque, técnicamente, soy preuniversitario)

El artículo es el 2º de la lista en el momento en que escribo estas líneas, pero por si acaso lo rescato y lo pego aquí, para la posteridad:

Servicio General de “Futura” Investigación

Entre las muchas funciones que tiene el Servicio de Instrumentación Electrónica, posiblemente la menos conocida sea la labor social.
En este aspecto el servicio desarrolla dos tipos de tareas:
Por un lado colabora a título informativo mediante el desarrollo de charlas y presentaciones para los alumnos de enseñanza secundaria que participan en visitas a la facultad de Ciencias y en la Semana de inmersión en la Ciencia.
Y por otro lado, proporciona soporte técnico otorgando ciertos medios materiales que de otra manera sería imposible para los centros educativos.
En este segundo escenario cabe destacar el apoyo prestado al joven estudiante Juan Aguarón de Blas del colegio Cardenal Xavierre, que junto con el Dr. José Barquillas Pueyo  (académico de nuestra Facultad de Ciencias) han sido recientemente premiados con el primer premio en el “Hacklab CAT Arduino 2012“ y en el “XXV Premio Nacional Don Bosco“.
Los galardones han sido obtenidos gracias al desarrollo de un osciloscopio digital de muy bajo coste basado en un display gráfico LCD, muy adecuado para prácticas en ESO, bachillerato y Formación Profesional. Desde nuestro servicio queremos dar las más sinceras felicitaciones a esta joven promesa y al Dr. Barquillas por lo méritos obtenidos y animarles que sigan en la misma línea.

Primer premio del Hacklab CAT Arduino 2012 organizado por Libelium/Cooking Hacks, Arduino Academy y Milla Digital, con el patrocinio del Ayuntamiento de Zaragoza, del 11 al 15 de enero.
http://www.arduinoacademy.com/2012/01/19/news-academy-videos-y-fotos-del-hacklab-cat-arduino-2012/

Primer clasificado del XXV Premio Nacional Don Bosco a la Investigación Tecnológica, organizado por el Centro Salesianos de Zaragoza del 6 al 8 de marzo.
http://www.premiodonbosco.es/
http://www.arduinoacademy.com/2012/03/08/news-academy-juan-aguaron-1er-clasificado-en-el-premio-nacional-don-bosco-2012/
http://juan.aguarondeblas.es/2012/03/primer-puesto-en-el-xxv-premio-don-bosco.html
http://juan.aguarondeblas.es/category/ciencia/tecnologia/electronica

Juan Aguarón de Blas: Blog personal y Proyectos
http://juan.aguarondeblas.es/
http://proyectos.xavierre.com/osciloduino/
http://blog.bricogeek.com/noticias/arduino/osciloduino-un-osciloscopio-diy-con-arduino/
http://reprapped.wordpress.com/
http://www.bajaryoutube.com/user/SapientiaSapientium#p/u/4/lRtNFYKzGlI

Desde aquí les quiero dar las gracias por la publi que me hacen, que no se preocupen que les mantendré ocupados un tiempo! :D


may 29 2012

Varios (n)

Sí, no será esa mi Facultad precisamente, pero no sabía qué poner de imagen si no...

Casi 5 semanas han pasado ya desde la última vez que publiqué algo, así que podréis imaginar que de tranquilas han tenido poco. Como aún lo tengo reciente, voy a aprovechar para escribir aquí diversas cosas que, si bien merecerían una modesta entrada aparte, voy a soltar al buen tuntún. Vamos, que no esperéis una profunda entrada filosófica, ni un interesante artículo científico. Aunque tal vez tenga un poco de ambos.

Por un lado, ya soy libre. Escolarmente hablando, claro; todavía tengo Selectividad dentro de un par de semanas. Sin lugar a dudas atrás dejo la época de exámenes más brutal que he sufrido hasta la fecha, aunque intuyo que lo peor está por venir. Uno, que lleva toda la vida viviendo de rentas (es una gran mentira eso de que en 1º de Bachillerato si no estudias 3 horas diarias no apruebas) o deduciendo fórmulas, llega a los exámenes finales de 2º y se encuentra con que tiene que estudiar (diría memorizar, pero llueve sobre mojado) ciento y pico páginas de apuntes de Filosofía, amén de prepararse 5 ó 6 asignaturas más. Y claro, incluso las asignaturas que menos gracia le hacían acaban por gustarle, pero cuando termina el último examen piensa que habrán de pasar meses antes de que pueda volver a embutir datos en su cerebro en cantidades industriales. Pero de momento voy a dejar este tema, que en unas horas es la junta de evaluación y prefiero no dar lugar a situaciones comprometedoras para mis notas.

Cambiando de tema, aunque últimamente haya tenido la electrónica y mis inventos un poco olvidados, hemos seguido montando nuestra RepRap, la impresora 3D que estamos construyendo en el colegio. El blog lleva un retraso más que considerable, así que me tocará darle un empujón un día de estos. No obstante, como este fin de semana ha sido el primero que he tenido libre desde hace meses, diría yo, he aprovechado para cacharrear un poco y montar mi ansiado vúmetro para PC, sobre el que hablaré con más calma en cuanto esté terminado. También hice un sencillo arorreactor que llevé bajo la camiseta el otro día para celebrar el Día del Orgullo Friki. Y, en cuanto acabe Selectividad (o la PAU, que así parece que suena más importante, aunque a mí me recuerde al pueblecito francés del castillo), me pondré en serio con mi bloc de notas electrónico, una idea que tuve hace unos meses y de cuya viabilidad estoy cada vez más convencido. Aunque nada como el Osciloduino, del que apenas hablo pero no porque esté parado el proyecto precisamente… En fin, son muchas ideas que me he ido guardando a lo largo de estos meses y que ahora, ante la perspectiva de un largo verano, comienzan a aflorar de nuevo.

Pasando a lo social, que no todo son cables y circuitos (ojalá…), FrikisZaragoza, la asociación que estoy montando con unos amigos, va viento en popa. En cuanto estemos libres comenzaremos los trámites para inscribirla legalmente en el Ayuntamiento, y así ser ya algo tangible. La verdad es que, aunque no le hemos dedicado un excesivo tiempo (principalmente, cuando se aproximaba algún evento), me parece que ya superamos en número de miembros a cualquier otra asociación de las mismas características en mi ciudad. Y si no, pronto lo haremos. Además, ante la inseguridad de que se vaya a volver a celebrar el Salón del Cómic en diciembre (recordemos que el año pasado estuvo a punto de ser cancelado por falta de presupuesto) tal vez podamos hacernos un hueco y afianzarnos entre los frikis de Zaragoza…

Ya, para terminar, aprovecho para poner que este sábado voy a Madrid junto con mi hermano y otros alumnos del colegio a participar en la final de la Liga Matemática. No tenemos muy claro cuál es el premio, o si ya se ha decidido cuál será el equipo que representará a España en Stanford en agosto de este año, pero en cualquier caso aprovecharemos para dejar el pabellón bien alto.

En fin, sé que me dejo muchas cosas por contar, pero este bolígrafo está en las últimas y no me apetece cambiar de color a mitad de escrito, que uno tiene principios. Y finales. [Risas enlatadas]


abr 1 2012

Mi primera aparición en la radio

Gente de Aragón, a las 19:00 en Onda Cero

Aunque, técnicamente, se trate de la segunda ya que la semana anterior mantuve una breve conversación telefónica en directo con un presentador de Cadena SER. Pero sí, el jueves 15 fui con una profesora responsable del Premio Don Bosco y dos chicas de Salesianos que también habían ganado en su categoría a la sede de Onda Cero para ser entrevistado sobre el Osciloduino, mi peculiar caja de puros.

Me sorprendió mucho que el estudio de grabación se pareciese más a una sala de reuniones que a otra cosa: un par de televisores, butacas cómodas, todo el mundo sentado en círculo… sólo que con un señor micrófono delante de cada uno. El cuarto de hora de gloria fue bastante distendido: a pesar de los nervios de rigor no fue especialmente difícil, ya que la presentadora invitaba a la conversación. De hecho, en algún momento creo que me pasé de hablar, pero como nadie parecía estar entendiendo de lo que hablaba corté pronto. En fin, sin más dilación os dejo con el programa completo:

La entrevista empieza en 4:35, pero la parte interesante (es decir, la mía) es a partir del minuto 8:39. El extracto completo lo podéis encontrar aquí.


mar 25 2012

Eureka

Suele aparecer por algo curioso que dijo alguien, una idea peculiar escrita en un libro o una repentina nueva forma de ver cierto tema. Pero su nacimiento siempre va seguido de un clic. En efecto, hablo de una idea. De cualquier idea, de hecho. Al menos en mi caso.

Hasta donde llega mi memoria, siempre he querido ser inventor. Salvo un breve periodo en el que me apeteció ser mercenario (producto sin duda de haber leído un álbum de Mortadelo y Filemón), toda mi vida he querido emular a genios como Da Vinci o Tesla. Sin duda, la saga de Artemis Fowl y mi siempre creciente colección de Lego Technic (el de los engranajes, no el de los cubos) contribuyeron a forjar mi determinación sobre este tema. Y es que ya de pequeño tenía ideas bastante interesantes, aunque esté mal que sea yo quien lo diga: mi primer recuerdo sobre este tema se remonta a cuando yo tenía 4 años, y dura tan solo unos pocos segundos. En él aparezco bajando las escaleras de casa de mis abuelos pensando en qué podría hacer si tuviese un motor de Lego. He olvidado si llegué a averiguar qué hacer con ellos, pero de todos modos no me hice con uno hasta bien entrado en Primaria. El segundo recuerdo no es un momento como tal, sino una idea. Probablemente una de las ideas a las que más tiempo haya dedicado nunca: la máquina de hacer tortillas.

Podrá sonar absurdo, probablemente lo sea. Aunque tras ver hace unos días proyectos muy similares en el Premio Don Bosco no me parece tan descabellado que pueda llevarse a cabo; de hecho eso fue lo que trajo de vuelta mi peculiar máquina a mis pensamientos. Hoy en día sabría cómo construirla, probablemente variando muy poco el diseño original que planeé con ¿7? ¿8 años? Por desgracia he perdido cualquier dibujo que hubiese podido hacer, así que me tocaría volver a ingeniar los diversos mecanismos de que estaba compuesta. Pero esta entrada no pretende versar sobre cómo recordar lo olvidado. Más bien, al contrario.

He tomado como punto de partida esta “máquina de hacer tortillas” como podría haber elegido cualquiera de las docenas de inventos variados que guardo con celo en una carpeta amarilla. Pero por ser el primero que recuerdo con cierta claridad le ha tocado. Como iba diciendo unas líneas más arriba, siempre que he tenido una idea (principalmente, una idea “técnica”) ha ido acompañada de ese clic. Realmente no sabría cómo definirlo con exactitud, ni siquiera si esa sensación es experimentada de igual manera por todo el mundo. En mi caso consiste en sentir de repente una especie de sosiego, el abrupto fin de una inquietud de la que no me había percatado hasta ese momento. Como si de repente todo mi cerebro diese un saltito. Clic.

Pero no todo acaba ahí. Ni empieza, de hecho. Cada idea suele ir precedida por algo fuera de lo común que hace reflexionar (consciente o inconscientemente, no lo sé) a nuestro cerebro. A mí me suele ocurrir con las clases de Física, aunque no me limito sólo a eso. Si nos limitamos al colegio, también las de Matemáticas, Dibujo Técnico o Electrotecnia me provocan nuevos pensamientos.  Sinceramente, no estoy seguro de por qué la idea ocurre, pero el caso es que lo hace. Un libro muy interesante sobre este tema es Las buenas ideas, de Stephen Johnson, del que me tomaré la libertad de citar su conclusión:

Dese un paseo. Cultive sus corazonadas. Escríbalo todo, pero mezcle las carpetas. Celebre la serendipia. Cometa errores fértiles. Disfrute de aficiones variadas. Frecuente los cafés y demás redes líquidas. Siga los vínculos. Deje que otros construyan encima de sus ideas. Tome prestado, recicle, reinvente. Construya un enmarañado ribazo.

Básicamente, lo que dice este hombre es que si pretendemos tener buenas ideas lo peor que podemos hacer es llevar una vida rutinaria sin acicate intelectual alguno. Y mi experiencia no hace sino corroborarlo. Otro tema es ya el desarrollo de la idea, lo que hacemos con ella después del chasquido de marras. En algunas ocasiones no hay nada más sobre lo que pensar: simplemente se tiene la idea, y ya. No hay por qué perfeccionarla. Pero la mayor parte de las veces el recorrido del invento en cuestión no ha hecho más que comenzar: a ese núcleo que acaba de nacer se van añadiendo modificaciones, correcciones… incluso puede acabar no teniendo nada que ver con lo que era en sus orígenes. Durante un tiempo se tiene la idea en la cabeza, se va meditando sobre ella, tal vez se explique a alguien que te dice lo inviable que es. En ocasiones, esas voces insidiosas tienen razón: por grande que sea nuestro entusiasmo hay cosas que no son posibles. Pero es mejor pensar que se equivocan, y seguir incubando la idea. Todo ello hace que poco a poco madure hasta que nos demos cuenta de que ya no la podemos hacer crecer más. Que ya es una Idea con pleno derecho, digna de ser escrita en un folio en blanco y guardada en una carpeta.

Eureka.