El Diario (Con mayúscula)

Esta mañana, al volver del colegio, íbamos un amigo y yo andando. En un lado de la acera, junto a un contenedor de papel, había una caja de la librería de segunda mano que hay enfrente. Por curiosidad, hemos mirado a ver qué había dentro. ¡SORPRESA! ¡Había 4 libros! Parecían bastante cuidados, como si los de la librería se hubiesen desecho de ellos. Los títulos: “¡Oh, Jerusalén”, “Excel 97″, “Agenda 1991″ y el mejor de todos: “Dietario 1985″. Digo el mejor porque es un dietario normal y corriente (exceptuando el hecho de que tiene 23 años) con cosas escritas. Pues bien, esas cosas escritas son citas de un señor (frases del estilo de “Los libros son como los átomos; están por todas partes y nos ayudan a comprender el Universo”). En total hay 198, pero lo más curioso es que, o bien el escritor se dedicaba a ello, o era un cura del colegio el que lo escribió, porque hace varias alusiones a un “Ser Superior” o algo así… Combinado con el otro libro de “¡Oh, Jerusalén!”, hace pensar que era de un cura… Tan sólo hay dos fechas en el librito: una en la mitad de las anotaciones y otra al final de las mismas: en un mes y medio, el señor escribió 70 comentarios de estos…

P.D.1: También me he quedado con el libro de “¡Oh, Jerusalén!”

P.D.2: La frase que he puesto arriba de ejemplo es mía.


Leave a Reply