No sé qué tÃtulo poner a esto…
El caso es que en tecnologÃa estamos haciendo un proyecto. Para hoy tenÃamos que haber llevado el informe, en el que aparece todo sobre el mismo: precios, problemas, ideas, opiniones… Un tocho de 3 hojas. Bueno, pues ayer me fui a Pamplona, porque mi hermano tenÃa un torneo de la selección aragonesa. Nos despertamos a las 6:30 y volvimos a las 22:00. Entre la cena, y varias cosas más, en casa a las once. De repente, me acuerdo del informe (“¡Uy va! ¡Mañana es 3! ¡HAY QUE ENTREGAR EL INFORME!”) a eso de las 23:30. En teorÃa habÃa que hacerlo todos juntos, las cuatro personas del grupo. Pero lo tuve que hacer yo solito, en poco menos de una hora. Me inventé las opiniones del proyecto de los demás, puse los precios aproximados… Pero faltaba el dibujo (planta, perfil, alzado y perspectiva). Evidentemente, confiaba en que la señora W, que es la delineante del proyecto, hiciese los dibujos. También está de más decir que no hace básicamente nada, siempre está a su bola por ahà mientras nosotros trabajamos. Entonces llego a las 8:10 a clase hoy, y me vienen los otros dos del grupo casi desesperados preguntando se tengo el informe. Digo que sÃ, pero que sin dibujo. Entonces entra la señora W… “¿Has hecho el dibujo?” “No, yo no lo tenÃa que hacer” “¡Pero si es lo ÚNICO que tenÃas que hacer!” “A mà nadie me dijo nada”. Entonces empiezo a explicarle cómo hacer el dibujo, y me da una cosa que combinaba en un mismo dibujo perspectiva y perfil… más o menos como un coche con las ruedas rotadas 90º. Bajamos al aula de tecnologÃa… Horror… El profesor pidiendo los informes. Le decimos que hemos tenido problemas porque la señora W no ha hecho los dibujos, y me dice que ya lo presente otro dÃa. Enfadado (porque ahora tengo menos nota), escribo en el informe a mano: “Problemas: W no ha trabajado prácticamente nada, estando todo el rato hablando y sin hacer caso al proyecto. El único cometido que tenÃa que hacer, dibujar el proyecto, lo ha olvidado”. Ahà sà que han empezado los problemas… Ella diciéndome que sà que ha trabajado, que lo ha hecho muy bien, que es que yo no le habÃa dicho que tenÃa que dibujar… Le digo que no lo voy a quitar (estaba enfadado, y sigo estándolo, me bajará bastante la nota) y ella agarra el informe y lo arruga. “Ahà tienes, tendrás que hacer uno nuevo”. Para algo existe Word y los .doc, ¿no? ¿O es que no sabÃa que dándole al botón guardar (Ctrl+S) se crea un archivo? Entonces llega Amalia (que tengo derecho a poner el nombre en el blog; ella habló en el chat y fue muy bien contestada por Pablo Guallar, que aprovecho para decir que hoy se ha hecho un blog). Me dice “¿Tú de qué vas, eh?” “¿Te crees que por ser el portavoz (lo soy) puedes poner lo que te da la gana?” “Mira a Ernesto (el otro componente del grupo), que es el único que trabaja” “Le voy a preguntar a ver si tienes derecho a poner eso en el informe” “Hey, Ernesto, ¿a que Juan no puede poner eso?” “SÃ, es más, tiene razón”. Amalia se ha ido enfadada, creo que porque ella es la que NO tiene razón. Y esta entrada-tocho bien vale esa nota que se me ha ido…