Ya no soy delegado
En efecto, hoy me han echado del trono. Tampoco es que me importe especialmente, pero en fin… Por lo menos han hecho elecciones nuevas (querÃan poner a un cafre como nuevo delegado, pero resulta que habÃan falsificado firmas. En fin, que mis 7 meses se han acabado: ya no podré ir a buscar tizas, borrar la pizarra, sacudir el borrador, hablar con los profesores para cambiar exámenes… Vamos, que ahora soy un “ciudadano corriente”. (¡Viva yo!)