2012
Anoche me terminé 2012, un libro del artista Brian D’Amato en el que se trata del tema del Apocalipsis de una forma bastante peculiar.
Para empezar, hay que decir que el libro no tiene nada que ver con la pelÃcula, de igual nombre, de Roland Emmerich.
Según los mayas, guiados por el Juego de adivinación maya (elemento central del libro), el mundo acabará el 21 de diciembre de 2012. Jed DeLanda, un matemático maya criado en Estados Unidos con una capacidad para el cálculo excepcional, acaba dentro de una asociación para la que solÃa trabajar que se dedica a evitar el fin del mundo. Para ello, utilizan una versión del Juego adaptada, pero la versión original se perdió en el tiempo, por lo que envÃan a Jed al pasado (transportando su conciencia a través de un agujero de gusano) en busca de las “instrucciones” originales.
Spoiler:
Después de unos fatÃdicos atentados con uranio de por medio, el mundo enloquece. Tras decenas de capÃtulos en los que Jed tiene diversas aventuras por el mundo maya, consigue el modo real de jugar al Juego, que, en realidad, eran unas drogas cronolÃticas (término que sólo aparece una vez en Google. Al parecer, provocan que el cerebro piense mucho más rápido). Finalmente, consiguen localizar al terrorista, una persona relativamente normal que habÃa sido despedida de su trabajo, que se estaba preparando para lanzar un ataque bacteriológico a escala mundial.
El estilo narrativo de Brian D’Amato es muy curioso. Está todo perfectamente documentado, casi parece una enciclopedia. Hay más de 170 notas a pie de página a lo largo de todo el libro, algunas bastante extensas, lo que, sumado a las largas explicaciones sobre la cultura maya, hacen de él un buen libro para aprender sobre la época precolombina. Además, aunque son más de 730 páginas, consigue mantener la trama trepidante en todo momento. Como ha dicho la crÃtica, es un libro que te mantiene pegado un sinfÃn de horas (a mà me ha costado 2 meses terminarlo. También es verdad que he leÃdo bastantes entre medio). Ciencia ficción, thriller, libro histórico, tecnológico… Es una combinación bastante curiosa, pero que encaja bastante bien.
abril 7th, 2010 at 14:43
Tan sólo un apunte. Las notas al pie de página son en un 95% iniciativa del traductor, y no del autor Creo necesario hacer todo lo posible para que el lector entienda lo que está leyendo, sea o no sea intención del autor que esto se produzca