Sangre por partida doble

Hoy he ido al médico porque tenía una revisión, pero hemos ido un poco antes porque me tenían que sacar sangre por otro motivo. Hemos esperado un poco en la fila, he pasado a un cuartito pequeñito y me han pinchado. Yo debería haber estado mirando cualquier otra cosa menos mi brazo, pero me ha resultado fascinante la consistencia de la sangre y lo raro que se hace que mi brazo, que no está líquido, deje salir tal cantidad de… líquido. Vamos, que he estado mirando el proceso de principio a fin. He salido, y, casi inmediatamente “Huy, me mareo un poco. Bueno, no es nada, se está pasando”. 5 minutos más tarde, estaba yo con la cara completamente blanca sentado en una silla, y mi padre por ahí buscando un poco de agua. Al cabo de 10 minutos se me ha pasado, y como era hora de la consulta a la que íbamos realmente, hemos ido para allá. Mi padre ha bromeado con el hecho de que quizá me tuviesen que sacar sangre, pero nada serio.

Al entrar en la habitación nos hemos sentado y ha tenido lugar el siguiente diálogo:

[...]

Mi padre: Sí, bueno, hace un momento se ha mareado bastante porque le han sacado sangre, pero ahora está mejor.

Médico: ¿Y cómo lo han hecho?

Juan: Mmm… con jeringuilla.

[Silencio incómodo]

Médico: Si, bueno, ya, pero es que nosotros también te tenemos que sacar sangre…

10 minutos más tarde, un cuadro de un cuartito pequeño sufría un análisis muy minucioso.


Leave a Reply