¡Estoy vivo!
Lo primero de todo, ¡feliz 4 de julio! Bueno, teóricamente ha acabado hace 24 minutos, pero todavía se siguen oyendo petardos en la lontanza.
“Juan no ha publicado nada últimamente, ¿se habrá olvidado del blog?”, os preguntaréis. Pues no, de hecho soy muy consciente de que el año pasado publiqué varias entradas -bastante elaboradas, todo hay que decirlo- durante mi estancia en el país de las barabacoas y de que este año ésta es la primera, pero todo tiene su explicación: el verano pasado iba con un grupo, lo cual implica una organización que planea actividades (que dejan mucho tiempo de ocio) para el día a día, amén de ser responsable de la estancia de los estudiantes. Además, mi familia del año pasado era un tanto peculiar, y yo no salía mucho de casa.
Sin embargo, este año he venido por mi cuenta gracias a que los Fischer -la familia anfitriona de una chica del grupo del año pasado- me han acogido. Y bueno, siendo el sexto brother de la familia, la verdad es que no tengo mucho tiempo libre. Ahora bien, me lo estoy pasando genial, y estoy hablando más inglés que nunca -ésta es la ventaja de ir sin una organización: no hay españoles con los que tener facilidad de palabra; no obstante, Susan, la madre, es profesora de español, pero no lo habla a menudo-, así que supongo que las entradas de blog tendrán que esperar a la vuelta. De todas formas, no esperéis gran cosa, ya que el año pasado conté prácticamente todo acerca de lo monumental-turístico que tiene Chicago, y esta vez se trata de un viaje de inmersión en familia a tiempo completo (con todo lo que ello conlleva). De todos modos, os dejo con estas fotos (¿alguien adivina con qué o quién salgo?) para que veáis lo sano que estoy; las fotos con gente tendrán que esperar ya que están en la cámara de Claire.
No sé cuándo volveré a publicar, al fin y al cabo ya he pasado el ecuador de mi viaje. Con algo de suerte lo volveré a hacer antes de que me marche, pero si no lo hago, sabed que me hallo estupendamente.
Y hubo gran regocijo.
julio 5th, 2011 at 19:05
Me alegra saber que estás vivo todavía
El esqueleto del dinosaurio se parece mucho al que está en el recibidor de los laboratorios de Jurassic Park en el que se suben los protagonistas al final de la peli para escapar de los velocirraptores. No sé si mi respuesta responde a tu pregunta…
Saludos
julio 10th, 2011 at 14:07
Sabías que ese Tyrannosaurus se llama como tu “madre”?