En otro orden de cosas
Hacía tiempo que no me pasaba por aquí, a pesar de haber terminado ya la segunda entrega de “Viaje a USA”. Pero como me falta por decidir qué fotos pondré, creo que esperaré un poco y los lanzaré en fascículos, sincronizándome con las clásicas colecciones de sacacorchos o de servilletas bordadas con que suelen bombardearnos desde el primer día de este mes.
En fin, como otras veces, me ha ocurrido que he retrasado demasiado otras entradas y al final he acabado sin inspiración para ellas, pero ha sido por pereza trabajo. Así que éste va a ser un pequeño batiburrillo de diversas cosas pendientes que tenía que contaros.
Por un lado, el tema de la impresora 3D: ¡¡HOY HA IMPRIMIDO POR PRIMERA VEZ!! (Momento de hiperventilación) Así es, hoy hemos pasado unas cuantas horas parte del equipo trabajando en la RepRap y a última hora de la tarde nos ha obsequiado con un montón de piezas de una calidad brutal para la poca precisión que esperábamos. Todavía nos quedan por calibrar algunas cosillas , así como montarla de forma definitiva (hay montañas de cable rodeándola), pero en principio está terminada. Lo único restante sería aprender a emplear el software, algo que esperamos poder hacer en la OSHWCon en unos días. Con que fuese tan sólo la mitad de productiva que la del año pasado el viaje valdría igualmente la pena.
Más cosas. Como la Universidad, por ejemplo. En efecto, dentro de dos semanas estaré entrando en mi edifico (el Torres Quevedo, algún día os hablaré sobre el hombre que le da nombre…) como estudiante y no como mero visitante. Y, cómo no, la carrera elegida ha sido Electrónica. O, dicho con propiedad (que ahora somos muy fisnos), “Grado en Ingeniería Electrónica y Automática”. Si os soy sincero, tengo bastantes ganas de empezar. No de que acabe el verano, que es diferente. Pero sí que siento cierta curiosidad por ver cómo será aquello, por conocer a mis nuevos compañeros de clase, por estudiar (mayoritariamente, es un decir) lo que me gusta. Es más, tengo el presentimiento desde finales del curso pasado de que este año me lo voy a pasar bien, académicamente hablando. Y no-académicamente hablando también, espero. Pero, como digo, aún quedan unos días y no es plan de adelantar acontecimientos, que en el (dicen) verano más largo de mi vida se está muy bien.
En cuanto al blog, tengo la intención de escribir este curso más que los dos anteriores. La verdad sea dicha, no estoy seguro de si eso va a poder ser, pero considerando que el año pasado el 70% del tiempo de estudio lo dedicaba a las asignaturas de Letras y este año no voy a tener ninguna me parece que podré sacar algo más de tiempo para desarrollar mi vena literaria. Además, quiero comentaros algunos libros muy interesantes que me he leído en los últimos meses. Otra cosa no, pero este verano está siendo muy productivo en lo que a lectura se refiere: os adelanto que en Estados Unidos me hice con 16kg de libros, lo que unido al flamante Kindle que recibí por mi cumpleaños ha hecho que se me salgan las letras por las orejas. De hecho, y permitidme que lo considere un logro personal, terminé hace poco “La Regenta”, de Leopoldo Alas «Clarín». Es más, ¡me enganchó! Está muy bien, aunque hay que leerlo con diccionario al lado. Para eso el libro electrónico es bastante cómodo, ya que clicas en una palabra y te muestra su definición…
En fin. También comentaros, o comentarme, o dejar escrito aquí para la memoria (mía, por supuesto) que estoy haciendo mis primeros pinitos con control remoto: anoche terminé un pequeño aparato controlado por Bluetooth con el que abría o cerraba un relé que permitía a mi hermano navegar o no por Internet. Os podréis imaginar que la escena acabó en gritos. Ahora quiero darle un buen uso al ingenio y probar a hacer algo de domótica, siempre me ha interesado pero nunca antes me he puesto a ello… Alguna vez tocará, supongo. Aprovecho este incidente para enunciar mi teoría-corolario sobre las ideas:
La necesidad es la madre de la invención, y tocar las narices el padre.
Estoy seguro de que es completamente cierto: incordiar suele ser, en mi caso y en el de otros muchos, un buen acicate para probar cosas nuevas. Lo cual explicaría que la mitad de las cosas que tengo montadas en mi “armario de los inventos” sirvan para minar la moral de personal de alguna u otra manera. Pero como -o eso me interesa que se piense- soy alguien bastante apacible, no seguiré dando detalles, o quizá alguien se me adelante en alguna de las cosas que tengo en la cabeza y me salga el tiro por la culata.
Finalmente, y así ya termino de registrar todo (por suerte para vuestra salud mental, tan sólo es una parte) lo que tenía estos días por la cabeza, aprovecho para comentaros que he retomado la armónica y que poco a poco voy mejorando, así que quién sabe si en algún momento lejano me encontraréis en una esquina haciendo gala de mi fantástico oído. Y ya para terminar, también me compré en USA una plumilla caligráfica Speedball, y también estoy haciendo progresos. En cuanto logre hacer algo decente os lo enseñaré por aquí.
Y creo que eso es todo lo que quería contaros. Esto es como las series de televisión: de vez en cuando toca un capítulo de fragmentos de anteriores programas porque los guionistas no tienen ideas para continuar con la trama. Aquí os deleito con párrafos inconexos para compensar la falta de algo mejor. Pero no os preocupéis (o mejor, hacedlo), que quiero ponerme en serio con las entradas de USA antes de empezar el cole…