Intercambio con Francia – Días 1 y 2

Como ya dije hace unos días (demasiados sin escribir, la verdad), me fui a Francia de intercambio unos días. De momento, pongo la crónica de los dos primeros:
Miércoles 17
Ppor la mañana salimos 50 personas (51 con el conductor) del Paraninfo de Zaragoza hacia Aire sur l’Adour para hacer un intercambio con la Cité Scolaire Gaston Crampe, de Francia. Íbamos de tres colegios, entre ellos el mío.
El viaje fue normal: largo pero con fin. A eso de las 15:30 llegamos al colegio, que era impresionante: tres pistas de volley y una de atletismo; campo de fútbol y de rugby; edificios diferenciados para Formación Profesional y el colegio; y un comedor enorme en el que, para entrar, era necesario teclear un código y poner la huella dactilar (era increíble).
Allí había una sala bastante grande, con pupitres separados con una sola silla, que ya estaba medio llena por los franceses. Yo iba hablando en la retaguardia del grupo, y cuando me fui a sentar, me di cuenta de que los pupitres que quedaban estaban sepultados por decenas de maletas y bolsas. Por suerte, estirando un poco, conseguí poner una silla en un lado del pasillo.
Después de una presentación del profesor de los franceses, comenzaron a decir los nombres de las parejas de correspondants. A mí no me tocó esperar mucho, ya que era por orden alfabético y Mickael se apellida Boudengen. Sin embargo, uno de mi clase tuvo que esperar una hora y cuarto porque ¡se le había olvidado ir a su francés!
Fuera estaba esperando la madre de Mickael, Patricia, que nos llevó en coche hasta la casa.
El apartamento estaba situado en el centro mismo del pueblo, que, aunque es pequeño (algo más de 6000 habitantes), es mejor que estar a 40 minutos en coche, como le tocó a alguno.
Allí dejé mis cosas, y después de presentarme al padre, Denis; y a Jonathan, el hermano, Mickael y yo estuvimos un rato con el ordenador (tampoco hubo que hacer muchas presentaciones, ya que había estado hablando con él por Facebook y Messenger desde hacía más de dos meses).
Después de eso, le acompañé al entrenamiento de balonmano, y yo estuve haciendo fotos fuera.
Por la noche, de postre, había una tarta de frambuesa que estaba buenísima (Framboisier).
Jueves 18
Nos levantamos pronto, a las 7 de la mañana (aunque tarde para algunos de los que vivían más lejos, que se levantaron a las 6).
El desayuno lo tomamos Mickael y yo en una mesa en la que los dos ocupábamos el 30%. El 70% restante estaba lleno de comida: cereales, galletas, croissants, gofres, mermelada, nocilla, brioche (en un formato que yo no había visto nunca: por fuera parecía pan de molde), zumo y leche. Después de comer y prepararnos, nos fuimos al colegio: él para ir a clase, y yo para montarme en el autobús que nos iba a llevar a los españoles a Pau.
En Pau vimos el castillo de Enrique IV (Château d’Henri IV), bastante majo, aunque pasaba algo curioso: el guía nos contó que Enrique sólo había ido un par de veces o tres, al igual que los demás monarcas que lo utilizaron en algún momento. Sin embargo, el edificio era muy lujoso (tenía más de 100 tapices, algunos con 5 kg de oro y plata).

En el castillo sólo hay tres enseres personales de Enrique: un ajedrez, un joyero y un caparazón de tortuga gigante. Este último era muy interesante: Henri IV lo utilizó como cuna cuando era pequeño, ya que se asociaba a las tortugas con la longevidad.
Tras la visita guiada, nos dejaron 20 minutos para ver la tienda de recuerdos, pero no compré nada.
Después volvimos en autobús al colegio, donde comimos con los franceses. El comedor era alucinante: tenían fuentes de leche, cintas transportadoras para dejar las bandejas, un sistema de desintegración de residuos y el acceso de alta seguridad que ya he nombrado arriba.
Después de comer tuvimos que ir una hora a la clase que le tocase al correspondant correspondiente (valga la redundancia). A mí me tocó asistir a ODP (Option Découverte Professionnelle). Es una asignatura relacionada con el trabajo: estudian distintos oficios y sus características, y cada evaluación trabajan en una tienda distinta.
Una cosa por la que se ve que Francia está más adelantada que España es los ordenadores. Todos los alumnos (creo que de la ESO) tienen un portátil (que, además, no estaba mal) en el que no sólo guardan los deberes, sino que utilizan para trabajar en las clases. Aunque también utilizan cuadernos, por ejemplo para Matemáticas (un tema en el que van también avanzados: mientras que aquí se da Trigonometría en 4º, allí es en 3º).
Cuando terminó la clase, fuimos a dar una vuelta para ver las instalaciones del colegio, y después los españoles cogimos un autobús que nos llevó a ver la iglesia de Santa Quiteria, de estilo románico-gótico. En principio, íbamos con visita guiada, pero por una confusión fuimos a las 15:30, mientras que la visita se había organizado para las 14:30.

Después nos dejaron sueltos por el centro del pueblo para verlo. Nuestro profesor de francés tuvo un problema y no pudo venir con nosotros, así que aprovechamos que estábamos todos juntos para hacerle un regalo: una botella de Armagnac y un libro sobre ídem. Yo además me compré una lata de paté al Armagnac (lo había probado ya en la cena del día anterior, y puedo asegurar que está muy bueno). También fuimos al parque, donde había una escultura muy curiosa:

Luego nos llevaron al colegio de vuelta, donde nos recogieron las familias. Después recogimos a Jonathan en su entrenamiento de baloncesto, y, tras un rato con el ordenador, cenamos y nos fuimos a dormir.

3 Responses to “Intercambio con Francia – Días 1 y 2”

  • Ernesto Says:

    Eso de que en Francia estén más adelantados que en España porque en ese colegio den portátiles no es que… sea correcto.
    Los colegios que se lo pueden permitir lo tienen, como las pizarras digitales, pero no creas que te lo dan sin más, tienes que poner una fianza por el valor del portátil.

    Y sólo porque en Dominicos no den portátiles no significa que en los demás colegios de España no los den. Quizá no den portátiles, pero seguro que en la mayoría hay ordenadores personales en cada clase.

  • Cara de Borrón Says:

    ¡Ey! Soy Paloma, la compañera de Paco adicta a la cafeína XD En el recreo ha salido el tema de los blogs por la camiseta que llevabas jajajaj y me ha dado la curiosidad y me he metido.
    Buen sitio, ¡muy currado! No sé si es normal o es que yo soy muy inconstante, pero alucino con la cantidad de entradas que tienes XD

    Creo que Ernesto tiene razón. Yo también me fui de intercambio el año pasado a Alemania y tenían una cantidad de cacharros por alumno impresionante (que si tablet pc, pizarras digitales, microscopios electrónicos…) y allí al menos se ve que todo eso está ahí más que nada por el dinero que hay… a la hora de la verdad a ellos tampoco les servía de mucho porque ni los profesores ni los alumnos sabían emplearlos XD Mira que es gordo… estoy segura de que aquí les daríamos mejor uso con el tractor y la moto de minijuegos.com jajajaj un saludo!!

  • Juan Aguarón de Blas Says:

    Ernesto, no me refiero a que tener portátiles hace que estén más avanzados, sino lo contrario: están más avanzados, y se pueden permitir ordenadores en todos los colegios (que era público, además).

    Lo de los colegios que se lo pueden permitir es para los concertados, como el nuestro, o los privados (que sí se lo pueden permitir). Y en el nuestro el padre Mario no tiene ni para calefacción :D

    En España hay en muchos institutos portátiles, pero muchas veces son ordenadores comunes que los utilizan todos. Allí, cada francés tenía SU portátil.

    ¡Hola Paloma! Bienvenue al blog :) Lo de los portátiles ya lo he aclarado un poco con lo de Ernesto. Y lo del blog, pues pasa siempre igual: hay mucha gente que hace un blog sólo por ver qué es, y como mucho llega a 10 entradas, y luego otros (los menos) que lo siguen. Por ejemplo, Microsiervos, el blog más leído en español, tiene más de 13.000 entradas (WTF! no lo sabía, acabo de enterarme buscando en Google!).

    Bueno, ¡feliz Semana Santa a los dos!

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