mar 22 2012

I Kant study Philosophy

Perdón por el título de la entrada. No he podido evitarlo.

Si hay algo que realmente deteste de Bachillerato en general, y de 2º en particular, es que esté exclusivamente centrado en Selectividad. Lo admito, realmente es un factor muy importante ya que este ciclo ha de garantizar unos conocimientos mínimos para así poder tener el nivel requerido en la Universidad. Pero quizá sea ese el problema: conocimientos mínimos. El hecho de que se vean constantemente los mismos temas, machacados una y otra vez, siempre con la palabra Selectividad grabada a fuego en todo libro, apunte o cuaderno que podamos usar hace que la mayoría de los estudiantes acabe pensando que el objetivo de los dos últimos años de instituto es aprobar un examen. Tal vez sea así, no estoy seguro. Pero en mi opinión no debería serlo; creo que las cerca de 2000 horas que invertimos en el Bachillerato deberían servir para algo más que eso.  Hay una cita de Mark Twain que refleja esta situación a la perfección: «Nunca permití que la escuela interfiriera en mi educación».

Este año tengo 9 asignaturas: 4 de Ciencias, 4 de Letras y Religión (que pongo aparte ya que no computa). Nunca me ha gustado la clara separación que se hace entre las dos ramas del saber, pero es evidente que los procedimientos que emplean no son los mismos. No se puede enseñar Historia del mismo modo que se enseña Matemáticas, pero por suerte en ambas materias existe una parte práctica; no se trata de asignaturas meramente teóricas. Sin embargo, de entre esas 9 disciplinas hay una que destaca por lo absurdo de su enfoque. En efecto, se trata de la Filosofía. O Historia de la Filosofía, hablando con propiedad.

No soy ningún experto en pedagogía, pero me parece que una materia que desde sus orígenes se caracterizó por su gusto por ejercitar el cerebro no debería explicarse únicamente por el método memorístico. Aristóteles y sus seguidores hacían Filosofía mientras caminaban por el Liceo (de ahí su nombre, escuela peripatética), y yo no me los imagino precisamente hincando codos sin más. Es cierto que por aquella época no había mucho que estudiar (cosas filosóficas, quiero decir), pero aun con todo discutían sus diversas teorías, hablaban… pensaban. Y eso es precisamente lo que le falta a la asignatura de Historia de la Filosofía: la práctica, el ejercicio. Porque, sinceramente, una asignatura cuya mayor complejidad intelectual (¡única, si me apuráis!) es aprender de memoria una serie de fechas, hechos y autores no está bien planteada. Si en Selectividad el examen de esta asignatura consiste únicamente en enunciar lo mejor posible dos teorías y una serie de escuelas, algo falla.

Tomemos el caso de Historia de España, por ejemplo: en muchos aspectos, idéntica a la que me trae de cabeza. ¡Incluso comparten parte del nombre! Pero el planteamiento es sutilmente diferente: en Historia, entre otras cosas, hay comentarios de texto. ¿Cómo? ¿No se hacen comentarios de texto en Filosofía? Sí y no: no hay ningún motivo para hacerlos, así que todo depende del profesor. Por lo general alguno se suele hacer, pero no son para nada comparables a lo que encontramos en Historia (además de saber qué poner en los comentarios, hay que redactarlos, algo que da cierta libertad de pensamiento que se agradece).

“Pero es que Juan, tú eres de Ciencias y no te gusta la Filosofía”, me recriminaréis. De nuevo, eso es en parte cierto y en parte falso. Sí que es verdad que viniendo de un Bachillerato Tecnológico y llevando gran parte de mi vida viviendo “de rentas” no me motiva especialmente ponerme a estudiar (memorizar, recordemos) algo que siempre he visto como un conocimiento sombrío y apolillado. Hasta hace relativamente poco tiempo, al menos: un día comencé a debatir con algunos compañeros (no en clase, evidentemente; eso sería impensable) sobre una cuestión baladí y acabamos enzarzados en una encendida discusión mientras esgrimíamos argumentos de Kant. Y ese día aprendí más sobre ese hombre que en toda mi vida, por el mero hecho de pensar. ¿Es tan descabellado pretender que nosotros los alumnos le demos vueltas a la cabeza? ¿Acaso es demasiado doloroso? Muchas veces cuesta ponerse, pero la alternativa es mucho peor. Pensar no duele, pero deja secuelas. Y ya que tenemos cabeza, aprovechémosla para algo más que para almacenar información, amorticémosla. Mejor exprimir hasta la última neurona que no haberla sacado de la caja.

Si me permitís la siguiente comparación,  deberíamos darnos cuenta de que lo que hay que hacer no es ampliar el disco duro, sino limpiar el polvo de la CPU: a menudo se dan ordenadores lentos por obsoletos, cuando lo único que ocurre es que por no estar bien conservada ésta ha acabado por reducir su rendimiento. Pero parece que es más sencillo comprar discos duros y llenarlos de infinidad de archivos que poner a punto el procesador. Que eso es muy complicado, y además hay que aprender a hacerlo. Con lo cómodo que es copiar y pegar.

 

Actualización [24/3/2012]: también muy interesante es este artículo de Alejandro Serrano; aporta algunos datos muy relevantes.


sep 15 2011

Primeras impresiones de 2º de Bachillerato

Cosas que tiene hacer limpieza de disco duro. Un servidor, a la derecha (no del todo)

O, más bien, primera: miedo. Aunque sé que dentro de nueve meses miraré atrás y pensaré “vaya, no ha sido tan difícil”, ahora mismo estoy un poco asustado. Quizá no sea tanto de las asignaturas o de Selectividad como del tiempo que preveo tendré que dedicar en casa al estudio, pero lo que es cierto es que, en cuestión de contenidos, este curso pinta interesante. En los 5 días que llevamos de clase (unas 2-3 clases por asignatura) ya hemos hecho el equivalente de un mes de 1º.

Otra razón que hace este curso más temible es el número de asignaturas que realmente exigen trabajo diario. El año pasado, seré sincero, no estudié ni un sólo día para francés (4h), ni para inglés (3h), ni para religión (1h), y apenas para Lengua (4h) y Física y Química (4h). Es decir, que para un 53% de las clases se podía estudiar el día de antes del examen, una técnica que desapruebo totalmente y no recomiendo a nadie; aquél que lo haga será merecedor del mayor de los oprobios. Que conste que no he dicho en ningún momento que yo haya hecho eso, simplemente es un consejo del FROM. Sin embargo, este año puedo pasar sin estudiar a diario únicamente dos asignaturas: Religión e Inglés. Un simpático 13% que, comparándolo con las horas de desgaste de codos algunos mastodontes de este año como Lengua, Física, Matemáticas, Electrotecnia o Filosofía, se queda un poco empequeñecido.

Pero no todo es negro, al contrario: Dibujo Técnico se presenta interesante, y en Electrotecnia tengo puestas muchas esperanzas. Por cierto, esta mañana he donado el Generador de Van de Graaff al colegio para usarlo en las clases y que la Autoridad dejara de echarle miradas asesinas al entrar en mi cuarto. Física también ha empezado con buen pie: hoy hemos aprendido a integrar; aunque yo ya sabía cómo hacerlo, no conocía la explicación teórica. La verdad es que el proceso de razonamiento me ha parecido muy bonito, y me ha alegrado la mañana.

En cuanto a Selectividad, los que tiran hacia el sector biomédico están que se tiran de los pelos: al fin y al cabo, necesitan más de un 12, generalmente, para entrar en las carreras que quieren. Sin embargo, los de Ingenierías estamos muy tranquilos sabiendo que prácticamente con aprobar entramos donde queremos.

En resumen, los próximos meses prometen ser extenuantes, pero creo que el esfuerzo merecerá la pena.


sep 8 2011

El verano acaba

En efecto, tras casi tres intensos meses, el verano toca a su fin. La verdad, no me puedo quejar: he viajado mucho, he aprendido mucho, y he hecho mucho; me quedo con la sensación de haber empleado bien el tiempo.

Ya me pasó el año pasado, pero en esta ocasión es mucho más acusado: aún no me he hecho a la idea de que el verano acaba, yo sigo pensando que estaré de “fiesta” por un tiempo indefinido. Si bien es cierto que el colegio no empezará a efectos prácticos hasta la semana que viene, el tener que levantarse por obligación hace que no sea lo mismo.

Durante las últimas semanas he estado metido en un montón de cosas: junto con mi hermano he montado -y en ello sigo- algunas webs para pequeñas empresas; con unos amigos de clase estoy preparando el disfraz para el Salón del Cómic (sí, es en diciembre, pero es preferible que esté terminado cuanto antes); y hemos tenido unos días de mucho movimiento familiar. De todos modos, conforme vaya terminando estos “proyectos”, iré subiendo alguna cosilla.

Resulta curioso que el último día de clase del curso pasado terminara con un karaoke en el que cantamos “Video Killed The Radio Star”, de Buggles, y que último día del verano también acabe (y no lo he hecho aposta) con la misma canción. Os dejo con ella:


jun 4 2011

Con ganas de terminar 1º de Bachillerato

Si tuviese que definir con un solo adjetivo el curso que estoy acabando, elegiría “tedioso”. A pesar de la supuesta dificultad del Bachillerato (que no es tal; simplemente hay que estudiar a diario y casi ni eso), este último año ha sido de los más aburridos que recuerdo. La verdad es que no hay un único motivo, sino que se debe a varios factores.

Por un lado, el curso está orientado al repaso general de todo lo que se ha visto durante la ESO, lo cual es muy útil para gente que tenga lagunas en sus conocimientos. Pero entonces, ¿qué hacen los que tienen únicamente charcos? ¿Atender a explicaciones que llevamos escuchando desde hace dos años? Quizá al principio sí. Pero cuando llevas más de 5 meses (hablo en términos generales, esto es más marcado en unas asignaturas que en otras) recordando conceptos “olvidados”, el interés se esfuma. Y justo cuando empieza la acción, el curso se acaba.

También cuenta mucho el modo en que se enfoca la asignatura. Pongamos el ejemplo de Matemáticas: una materia que puede resultar apasionante (de acuerdo, quizá para algunos no lo sea, pero la culpa no es suya) se convierte en cuatro horas semanales de ejercicios repetitivos, y ya. Precisamente hoy era la sesión de clausura del Taller de Talento Matemático, y el ponente ha realizado una presentación acerca de la Historia de las Matemáticas: he aprendido más en esos 60 minutos que en dos semanas de clase. Lo admito, es necesario saberse la teoría para poder realizar la práctica, pero el problema es que no hay práctica. Porque, en realidad, los “problemas” que se hacen no son nada problemáticos: son meros ejercicios camuflados. En Geometría quiero sangakus, no calcular chorromil veces lo que mide la sombra de un edificio.

Y esto es ya más personal, pero yo echo de menos la asignatura de Tecnología, una de las pocas en las que se puede tener cierta creatividad. Este curso, estirando mucho, se podría salvar Lengua gracias a los comentarios de texto en los que un servidor puede despotricar un poco más. Pero lo que es cierto es que la creatividad está muy olvidada (aún no la he visto, pero mucha gente me ha recomendado esta charla TED sobre el tema).

Ahora que tengo mi horario encima de la mesa, estoy viendo que en muchas asignaturas pinto poco:

  • Inglés: no sé ni por qué voy. Año tras año se dan los mismos tiempos verbales. Realmente, es mi clase de lectura.
  • Francés: de entrada, la programación de la asignatura está pensada como un repaso de la ESO. ¿Estudiar? ¡Ja!
  • Filosofía: qué se le va a hacer, no me atrae especialmente estar 9 meses aprendiendo memorizando diversas teorías políticas.

Por suerte me queda Dibujo Técnico, mi preferida de este año. No permite una gran expresividad, pero la verdad es que se agradece poder dibujar un rato. Comparado con otras como Filosofía es una auténtica liberación.

En fin, ya queda menos para el verano, y no tanto para 2º de Bachillerato. Parece que promete un poco más: las Mates son más entretenidas, tendré Electrotecnia, Física será sólo Física y no “Física y Química” (aunque, ahora que no me oye nadie, tengo que admitir que le he acabado cogiendo cierto cariño), me quito Francés y Ciencias del Mundo…

Seguiremos informando.


abr 30 2011

Vuelta a clase tras Semana Santa

Y qué mejor manera hay de volver a recuperar los hábitos de estudio que enterarte de que tienes un examen importante de Física al día siguiente.


¡Al menos, tenemos uno! :D


nov 30 2010

¡Libre! Fin de mis primeros exámenes de Bachillerato

Antes de nada, volvamos a dar la bienvenida a nuestro amigo Nino:

Y ahora, pues bueno, qué voy a decir que no sea evidente. El salto de la ESO a Bachillerato se nota bastante, especialmente por el hecho de que hay que llevar la materia al día sí o sí. Aunque asignaturas como Matemáticas o Inglés no me han exigido demasiado tiempo, sí que es verdad que nunca había estudiado tanto para un examen como lo he hecho con Filosofía. En Francés me he confiado demasiado, sobreestudiando para Dibujo Técnico, así que ya veremos cómo va todo.

Pero ahora, tres días más de cole, ¡y puente de 5 días! A ver si termino ya lo de las calculadoras Casio, que ya va siendo hora.