Normalmente, cuando oímos hablar de música, ya sea en la radio, en Internet o con nuestros amigos, siempre se trata de música “seria”: pop, rock, clásica, electrónica… Pero existe un género musical bastante amplio que, aunque no es precisamente conocido, a mí me gusta bastante. Se trata de la música humorística, difícil de encontrar en sitios serios, pero que inundan las secciones Off-Topic (algo así como fuera de contexto) de los foros frikis.
Normalmente estas canciones vienen de vídeos virales, o bien de grupos que se dedican plenamente a escribirlas (o cambiar la letra, porque en muchas ocasiones sólo sustituyen la letra original por otra más dicharachera). De cualquier manera, son bastante pegadizas, o bien te hacen reír un rato.
Hoy voy a empezar con una canción que descubrí hace dos o tres días: Jožin z bažin, de Ivan Mládek, un músico/humorista checo. Hace un par de años se hizo bastante famosa en los países Bálticos y Rusia, aunque a España no llegó.
Quizá lo que más nos llame la atención al principio sea las vestiamentas (excéntricas cuanto menos) de Ivan (el que canta) y de Ivo Pešák (el que baila ridículamente). Pero si leemos la letra (en inglés, no he encontrado una traducción al español), nos encontramos con una parodia de un cantar de gesta medieval en el que el narrador pasa por un pueblo que está aterrorizado por Jozin (Joey en inglés), un monstruo que come gente. El alcalde le dice que, si les libra de Jozin, le entregará la mitad del pueblo y la mano de su hija. El héroe acepta, y consigue vencer a Jozin rociándolo con spray lanzado desde un avión de fumigar.
La música está bien compuesta, algo a destacar en este género humorístico, ya que normalmente este tipo de canciones se caracterizan por no tener unos arreglos decentes. Por otra parte, Ivan es músico de profesión, y formó una banda, los Banjo Band.
¿Qué no merece el Blu-Tack, ese polímero pegajoso que todos empleamos para las más variadas tareas? Como agradecimiento, he aquí una oda compuesta al famoso moco azul:
Oh, fuerte adhesivo azul
Que todo limpias y pegas
Amparando al buen gandul
Bien fuera en Alfas u Omegas
Gran sempiterno polímero
Hijo de doña Fortuna
De manejo esfuerzo efímero
Que aúna incluso la Luna
De barato coste y precio
Dondequiera omnipresente
Sin usar apero recio
No habrá imprudente accidente
Fénix en su larga historia
Pues al amasarlo aflora
Su función, aleatoria
Su elegancia, encantadora
He hecho la prueba con esta página, y me ha dado una cifra de 491 pulsaciones por minuto. Unas 8.2 teclas por segundo.
Hago el test de vez en cuando, y siempre tengo un poco más que la vez anterior. Aunque en la práctica no llegue a tantas (por ejemplo, cuando escribo en el blog tengo que pensar lo que voy a poner, por lo que no voy tan rápido), sí que es una cifra considerable. Aunque aún me quedan bastantes para el récord mundial de 216 palabras por minuto…
El otro día tenía que hacer un trabajo sobre la historia de la familia, para lo que utilicé un árbol genealógico que había hecho mi tía. Tenía una duda, así que le pedí el teléfono a mi madre, y llamé:
YO: Hola tía Ana Mari, que soy Juan. VOZ cristalina de mujer: ¿Qué Juan? YO, extrañado al oír una voz que no era la de mi tía, que es más fuerte: Juanito, el hijo de Blanca. VOZ: Que sí, que sí. ¿Qué quieres? YO, mosqueado: Pero, ¿eres la tía Ana Mari? VOZ: Sí, soy Mari. YO: Bueno… ¿Te acuerdas del álbum que hiciste? VOZ: Que sí, que sí. YO: ¿Tía Ana Mari? ¿Te duele la garganta? VOZ: Síi, mucho. Que sí, que sí. YO: Bueno, pues te quiero hacer una pregunta… VOZ: Que sí, que sí. Pregunta. YO, dudando de si esa era la tía Ana Mari: En el árbol, hay un símbolo que no entiendo. ¿Qué es? VOZ: Que sí, que sí. Pregúntale a tu mami. YO me quedé perplejo, con el teléfono en la mano, sin saber qué hacer. Sólo se escuchaba una respiración jadeante, como la de Darth Vader: Bueno, tía, gracias.
Por suerte, como me enteré en cuanto llamé a mi madre, esa no era la tía Ana Mari. Me equivoqué de número.
No creo que sea muy adecuado hablar de caras en este asunto…
Julio Verne, además de ser uno de los mejores escritores de Ciencia Ficción (y el primero), tenía problemas alimenticios. En una carta dirigida a su madre él decía:
Una vida que limita al norte con el estreñimiento, al sur con la descomposición, al este con las lavativas exageradas, al oeste con las lavativas astringentes (…) Es probable que estés enterada, mi querida madre, de que existe un hiato que separa a ambas posaderas y no es sino el remate del intestino. (…) Ahora bien, en mi caso el recto, presa de una impaciencia muy natural, tiene tendencia a salirse y, por consiguiente, a no retener tan herméticamente como sería deseable su gratísimo contenido. (…) graves inconvenientes para un joven cuya intención es alternar en sociedad y no en suciedad. Porque por decirlo de una vez, el culo no me cierra bien.
Mayor Orguillés, David, Grandes Biografías: Jules Verne
La verdad, en sus libros no he visto todavía algo de este estilo. Eso sí, emplea la misma abundancia de adjetivos que siempre.