jul 22 2010

Downtown Chicago (10/07)

Sábado 10: salimos por la mañana temprano para coger el tren de cercanías (Metra) en Lombard. Allí descubrimos que, diciendo que eres estudiante, te reducen el precio de los billetes a la mitad. En el primer vagón nos estaban esperando Abby, Claire, Inés y Lindsay, que también venían con nosotros. El trayecto era un poco aburrido, así que intenté hacer un sudoku con mi lápiz… sin mina. Total, que acabé afilándolo intentando gastarlo gracias  a la fricción con el asiento, ligeramente rugoso.
En Chicago muchísima gente vive en las afueras, o suburbs. Contando estos suburbios, la población pasa de unos tres millones de habitantes a casi 10. Por ello, mucha gente utiliza el tren para desplazarse hasta su trabajo.

Al llegar, comenzamos a caminar hacia Millenium Park. Por el camino nos encontramos a gente con camisetas de Transformers 3, que avisaban de que en unos días cerrarían parte de Michigan Avenue para grabar la tercera parte de la saga de películas (lo cual tendría algunas repercusiones más tarde para nosotros).

Este sistema se extiende por gran parte del centro de Chicago.

Algo muy, muy curioso de Chicago es que el sistema de metro-tranvía no está a nivel de calle. Ni tampoco bajo tierra. Está por encima, sobre unas estructuras que se elevan un piso o dos que cuentan incluso con estaciones. Era bastante interesante. Aunque me pregunto si aquí sería posible algo así. Al fin y al cabo, cambia drásticamente la apariencia de la ciudad.

En downtown (zona céntrica de la ciudad) hicimos un buen uso de las cadenas de restaurantes: cada vez que necesitábamos ir al baño, entrábamos sin ningún problema, los empleados nos miraban, salíamos, nos volvían a mirar, y no nos decían nada.

Y estos no son los más grandes, precisamente...

Al llegar a Millenium Park pudimos ver los rascacielos en todo su esplendor, especialmente la torre Sears (ahora Willis). Aunque ese día en concreto no fuimos a ver tantos rascacielos, por lo que fuimos directamente al parque. Es bastante majo, con un montón de gente haciendo fotos, un par de carpas con actuaciones, una fuente grande en la que los niños se estaban mojando, diversas muestras de arte callejero… Y, además, no hacía demasiado calor.

¡Abrazos gratis!

Cuando hice la foto a este tipo, pasamos un poco de largo y ni me di cuenta de los detalles. Pero al descargar las fotos, me he dado cuenta de que era incluso más raro de lo que me pareció a primera vista: un plátano con la máscara de V de Vendetta repartiendo abrazos gratis. Oh, América.

The bean, la judía, la cosa del parque...

Qué poco originales somos...

¡Soy Atlas!

Probablemente, la mayor atracción de Millenium Park sea the Bean, o la judía. Es una escultura con forma de haba, reflectante y de un tamaño considerable que atrae a todo el mundo para hacerse fotos. Estaba bastante bien, aunque hay algo curioso acerca de esta escultura: el escultor prohibió hacerle fotos (?).

¿No os recuerda al Guggengheim? Porque lo hizo el mismo.

También pasamos por el anfiteatro, de Frank Gehry.

Después nos encontramos con el hermano de Lisa, y más tarde nos pasó a buscar Jay, el amigo de Lisa, con el coche para ir a comer. Nos llevó a un sitio algo alejado del centro, una taquería. Probablemente, esa sea la única taquería que no estaba dentro de una cadena que vi en Estados Unidos. Era un sitio no muy grande, con un par de personas trabajando, y hacían unos tacos realmente buenos. También me pedí horchata, por probar la versión de allí. Es curioso, porque en Estados Unidos (probablemente, en Sudamérica) la horchata la hacen con arroz. La textura y el color es el mismo, pero el sabor es bastante diferente. Aunque estaba muy rica, ya que era casera.

Después de pasar por una heladería italiana, Jay nos llevó a una tienda que creía que a mí me gustaría. No se equivocó: vendían productos frikis y raros, libros, postales con diseños poco convencionales, bromas, gorros divertidos… Yo me compré “Súper caramelos de la Fuerza” de Star Wars (tienen la forma de la cabeza de Darth Vader), caramelos de bacon, un muñequito de Fry de Futurama, un gorro con forma de tiburón para mi colección, un cerdito que cuando es apretado le sale una cosa marrón pegajosa por la parte de detrás (¿qué será?)… Estaba muy bien; además los de la tienda eran muy majos.

Al terminar fuimos a un festival de música que había por ahí cerca, y nos quedamos a ver alguna actuación. Me di cuenta de un detalle bastante significativo: la avenida principal del festival tenía tiendas de bisutería, llenas de mujeres, y también algún bar, lleno de hombres. No había mezcla alguna.

The group


jul 20 2010

Legoland, granja-piscina (07-09/07)

Ahora que ya estoy asentado de nuevo en casa, voy a ver si termino de contar mis aventuras en

Miércoles 7: por la mañana no sé muy bien qué hice, ya que no tengo ninguna foto, pero supongo que no mucho. Aunque lo que hice por la tarde sí que estuvo mejor: fui al Legoland Discovery Center, una especie de museo de Lego que, aunque no llega a la altura de un Legoland “original”, tampoco estaba mal. Tenía principalmente modelos, y poco de Technic, por lo que estaba orientado a niños más pequeños. Sin embargo, me lo pasé bien viendo algunas de las construcciones:

Navy Pier

Chicago, con la torre Sears al fondo

Tan-tarantán-tantarán...

El Caballero Oscuro, y Batman.

El grito, hecho con Lego. Muy logrado, la verdad.

The dark side of Force

No comento mucho,pero creo que las imágenes son bastante descriptivas.

Jueves 8: por la mañana me fui con algunos de los Fischer a Best Buy, una especie de Fnac/Media Markt que tienen allí (Punto extra: Fnac significa Fédération Nationale d’Achats des Cadres, o Federación Nacional de Compras de Profesionales). Estaba bien, aunque no es nada que no tengamos en Europa. Aunque había un curioso ventilador que generaba aire sin aspas bastante chulo, y una sección de guías para pasarse diversos videojuegos.

Por la tarde no recuerdo exactamente qué hice, así que paso al viernes.

Viernes 9: a primera hora de la mañana fuimos en coche a una recreación de una granja (actividad con el resto de españoles), la Blackberry Farm. Lisa y yo esperábamos que hubiese que coger blackberrys, pero nos equivocamos:  era un museo bastante soso, sin mucho que destacar, así que pasamos rápidamente a la segunda parte de la jornada: Aquapark. Lógicamente, no tengo fotos, pero estuvo bien. En Estados Unidos ir a la piscina no es lo mismo que aquí. Allí, cualquier piscina local tiene toboganes, cataratas, recorridos en flotador-rosquilla…

Una vez de cada 50 sale una foto decente...


jul 18 2010

En casa

Después de 9 horas de vuelo, -7 de desfase horario, otra en el aeropuerto, y otras 3 en autobús, he llegado sano y salvo a Zaragoza. Todavía tengo pendiente mucho por escribir de mis aventuras, incluida la del lockdown en la piscina.

Por una parte, preferiría haberme quedado en Chicago, pero por otra supongo que hay ganas de volver a casa por un (pequeño) tiempo. En fin, ¡hola, España!


jul 11 2010

Empanadillas, granja, LAN-party (05-06/07)

Bueno, prosigo con el relato de mis hazañas y peripecias:

Lunes 5: me levanté algo tarde porque no había ningún plan para por la mañana. Sin embargo, si había algo planeado para por la tarde: fiesta de empanadillas (como suena). Dos días antes habíamos estado Lisa y yo planeando los rellenos para las empanadillas (aunque se modificaron al final), así que fuimos directamente al super-mega-hiper-mercado. Compramos bastantes cosas, incluido after-sun para mis horribles quemaduras causadas por el sol del día anterior.

Una vez hubimos comprado todo lo que necesitamos, volvimos a casa y nos pusimos a experimentar. Yo le había dicho a Lisa que en España las croquetas siempre tienen atún, huevo y tomate, pero ella replicó que podían ser de otros tipos. Así que nos pusimos manos a la obra, cada uno con un tipo de empanadilla. Mi mejunje tenía tomate (normal), atún (también normal), huevo duro (hasta ahí, nada raro), aguacate (la cosa se tuerce) y un condimento que tienen aquí llamado adobo. Aunque parece que no vaya a pegar mucho, estaban muy ricas. La faena en la que se metió Lisa fue… diferente. Digamos que hubo que calibrar bastante el resultado: plátano, judías, boniato, maíz, leche de coco y, según la versión (dulce o picante), miel y canela, o curry. Hicimos también un tipo, pero de edición limitada, que tenía chocolate y mermelada de frambuesa (en mi opinión, eran las mejores). Cuando estuvimos contentos con los rellenos, lo metimos todo en la nevera y nos fuimos a descansar (yo a leer un rato).

Delicious style

A partir de las 17:00 empezó a llegar gente, y a eso de las 18:00 estábamos todos: Lisa, Lindsay (la hermana de Lisa), la madre de Lisa, Shane (un amigo de Lisa), Inés, Abby, Claire, John (los tres últimos, host-hermanos de Inés) y yo. Durante un rato estuvimos rellenando las empanadillas, horneándolas y comiéndonoslas; estuvimos bastante entretenidos. También puse voz a un vídeo muy patético tratando de imitar al de “Will it Blend?” con la Blendtec:

Cuando estuvimos llenos, pusimos la película de Invictus (ya que la fiesta era de empanadillas y película). La película estaba muy bien; al menos a mí me gustó bastante. Cuando terminó, me preparé la mochila, pues me iba a dormir a casa de los Fischer para ir al día siguiente a ver una granja.

On the couch

Martes 6: dormí bastante mal por las quemaduras, pero por lo menos tuve la suerte de no tener que ser despertado, pues ya estaba despierto. Después de desayunar y de prepararnos, salimos Susan (la madre de los Fischer), Inés, John, James, Peter y yo rumbo a Fair Oaks Farms, una granja lechera situada en el estado de Indiana, previo paso por casa de Ángela, otra chica del grupo de españoles, para recogerla. A mí la leche americana no me gusta, pero al parecer es porque compramos un tipo que es leche en polvo, y no la leche pura.

Durante el trayecto estuvimos viendo la película “Embrujada” en el DVD portátil que tenían en el coche. No la terminamos de ver, así que dejamos parte para la vuelta. Al llegar nos pusieron una pulserita (aquí en aprovechan cualquier momento para ponerte la pulserita de marras), y nos condujeron a un pasillo lleno de figuras de vacas a tamaño real. Después de ver los típicos paneles con información que tiene cualquier museo, vimos un vídeo que explicaba cómo funcionaba la granja. Era bastante patético: intentaron mezclar todo tipo de bromas con la información, pero se pasaron de gracias. Cuando hubo terminado, nos montaron en un autobús que nos llevó por toda la granja, entrando incluso en los edificios con las vacas.

También entramos en uno de los edificios en los que ordeñaban a las vacas. La sensación que me produjo fue… rara:

Ordeñaplus 3000

Después del recorrido fuimos a un edificio adyacente, donde comimos. En esa granja, además, producían queso y helado, y lo vendían a buen precio: me pedí el pequeño, pensando que estaba bien de precio, y el tamaño era tres veces el de cualquier grande. Además, estaba bastante rico.

Cuando terminamos de comer, cogimos el coche y volvimos a Illinois. Dejaron a todo el mundo en sus respectivas casas, y luego Susan me llevó a casa de una familia en la que habían organizado una LAN-Party. Había unos 12 chicos de entre 15 y 20 años, todos muy majos. Estuvimos jugando al Call of Duty durante 4 horas (yo nunca había jugado; de hecho, no suelo jugar a shooters en casa). A eso de las 21:00, después de habérmelo pasado muy bien y de haber engullido un par de perritos calientes muy ricos, volví a casa. No tengo fotos, ya que el evento no era muy fotogénico que digamos, pero supongo que os podéis imaginar cómo era.

Ya queda menos para volver… :(


jul 8 2010

Día(s) de la Independencia (02-04/07)

He tenido suerte porque he venido a Chicago a tiempo para ver toda la semana previa al 4 de julio, día de la Independencia americana.
Durante los días anteriores al domingo, las tiendas tenían una sección dedicada exclusivamente a productos con la bandera americana: platos, banderas, gorros, globos…

Aunque este día es el 4 de julio, también os relato lo que he hecho los días anteriores:

Viernes 2: por la mañana llevamos a un hotel a los turistas que habían estado en la casa durante los dos días anteriores, y después me fui con Inés y los Fischer a Cantigny, un parque construido por otro magnate rico de chicago para darse paseítos después de la cena. Éste tenía más de jardín que el Arboretum del otro día (que se parecía más a un bosque), con una mansión en la que se podían hacer visitas, y un museo sobre la guerra (ya que el que impulsó la obra era un coronel importante).

Cheese!

El museo era interesante, con diversas recreaciones de guerras en las que Estados Unidos ha participado. Aunque estaba mejor el exterior, con diferentes tipos de cañones utilizados por el ejército estadounidense:

Fri-k-añón

Después de una visita que se hizo un poco larga a la mansión (35 habitaciones, no está mal) y una comida bajo un árbol, nos fuimos del parque, y a mí me dejaron en mi casa.

Creo que me salió bastante bien...

Por la tarde llegó a casa Lindsay, la hermana de Lisa. Al cabo de un rato, cogimos el coche y fuimos a Lisle, un pueblecito cercano. Allí se celebraba el festival Eyes to the Sky (Ojos al cielo), llamado así porque había globos aerostáticos que serían soltados al día siguiente.

Me dijeron que a veces no tienen únicamente forma de pera.

Primero dimos un paseo para ver los globos y los puestos de comida; había cosas bastante curiosas. Los puestos de fritos y comida poco sana pero con buena pinta abundaban bastante, así que yo me compré algo un tanto extraño: gambas rebozadas con trozos de coco (!). Estaban ricas, aunque el sabor era un poco indefinido… Supongo que porque nunca había tomado algo así.

Featuring "chicken on a stick"

Después de comer y de pasear, fuimos a un escenario en el que había un grupo tocando piezas de música conocidas de diversos artistas. No lo hacían mal para ser 5 personas, la verdad. Cuando anocheció completamente, comenzaron los fuegos artificiales de rigor en esta semana. Estaban bastante bien, y vi unos de un tipo que nunca había visto: con forma de brócoli. Cuando terminaron, volvimos a Lombard, pero no a casa, sino a ver lo que hacían nuestros ex-huéspedes en un hotel del pueblo. Era bastante curioso: en una sala de exposiciones grande del hotel, había cientos de personas haciendo cola para que Amma, una especie de santa, les diese un abrazo. Al parecer, su avatar era muy puro, o algo así, y sus abrazos poderosos. La verdad, era bastante curioso todo: había gente lavando platos, otros organizando las filas, otros atendiendo a gente… Era gente muy especial.

Sábado 3: como los turistas especiales se habían ido, yo pude dormir hasta una hora decente: las 12:30. Al poco rato Lisa me llevó a un pueblecito cercano para ver la Great Carboard Boat Regatta. Como suena: Gran Regata de barcas de cartón. Era muy curioso: las barcas tenían que hacer un recorrido por un lago, para lo cual tenían que poder albergar un mínimo de 6 personas y estar hechas únicamente cartón y cinta adhesiva. Sin lugar a dudas, la más impresionante fue esta:

Clavadito al original.

Un Empire State hecho barca. Y eso no fue lo mejor. Cuando comenzó la carrera (hacían varias carreras de 4 barcas para ir descartando participantes), este barco se retrasó un poco, pero porque uno de los remeros, disfrazado de King Kong, se puso de pie, arrancó una tira de cartón del lateral de la barca dejando al descubierto una escalera, y comenzó a subir. Lástima que el centro de gravedad no estuviera tan bien diseñado como el resto de la embarcación.

¡Sí, es un campo de hockey!

Un rato después, Lisa me llevó con los Fischer, a ver otros fuegos artificiales en su pueblo, Wheaton. En total, en nuestro grupo fueron 14 personas: los Fischer, otra familia y un apegado. Los fuegos fueron más grandes y más largos que los de la noche anterior; estuvieron bastante bien. Cuando terminaron, nos llevaron a Inés y a mí a Lombard, ya que al día siguiente teníamos una actividad y ella se tenía que quedar a dormir en casa.

Domingo 4, Día de la Independencia: nos levantamos a las 07:45, y a las 08:15 salimos de casa Lisa, Inés y yo para ir a un centro comercial donde nos estaba esperando Shane, un amigo de Lisa, quien nos iba a llevar a Lake Geneva, un pueblecito famoso por tener un ¡anda! lago llamado Geneva. ¿Y para qué fuimos allí, os preguntaréis?  ¡Para ir a una excursión en barca (no de cartón, afortunadamente) por el lago! Fuimos con otros amigos de Lisa, en total estuvimos 12. El trayecto duró 3 horas, y estuvo muy bien: te podías tirar del barco para nadar, o comer patatas, etc… Además, la gente que había era muy maja.

No hice muchas fotos...

Tras el viaje en barca, fuimos a un parquecillo del pueblo a hacer una barbacoa. Tomamos hot dogs, corn dogs (perritos calientes vegetarianos, muy curiosos), guacamole… Hasta que llegó una nube negra, se levantó viento y comenzó a llover. Fue gracioso: en 30 segundos se vació el parque, y tuvimos que mover todas las cosas (barbacoa incluida) a un árbol, donde terminamos de comer.

A eso de las 18:00, cogimos el coche y volvimos a Chicago. Por cierto, en Lake Geneva me compré un gorro con la bandera estadounidense, con éste ya van 13 en mi colección :D


jul 5 2010

Inmerso en la vida americana 30/06-01/07)

Siento no haber podido escribir antes, pero es que he estado increíblemente atareado. Todo está yendo genial: la familia, las actividades, el tiempo… Bueno, paso a comentar en detalle todo lo que he hecho:

Miércoles 30: por la mañana fui con los vecinos (los Fischer) a un jardín botánico, el Arboretum. Lo construyó un millonario para darse paseítos después de cenar, aunque casi tenía que coger el Jeep, porque la parte que está abierta al público ya mide más de 4 km de lado a lado. El parque era muy majo, con árboles (lógico, ¿no?), especialmente sauces :D . Había incluso un laberinto en el que nos perdimos durante 10 minutos. En realidad, encontramos una salida, pero la puerta estaba cerrada con un cartelito que decía “Esta puerta está cerrada para hacer del laberinto un reto más desafiante”.

Esto es sólo una parte...

En el parque también había una exposición de esculturas abstractas que parecían raíces (de hecho, se llamaba así al conjunto). Aunque este erizo (llamado corkipark) tampoco estaba mal:

¡Anda! ¡Si soy yo!

Después fui a comer con los Fischer a su casa. Después de la comida me llevé una grata sorpresa: John, el hijo mayor (no hija) de 12-13 años, tiene un Lego Mindstorm NXT, y estuvimos montando algunas cosas, pero sin programarlas, ya que no tenían el cable para conectar el NXT al ordenador.

Fischers & acoplado

Después de eso, me fui con Lisa a una cafetería porque tenía clase de español, y me habían invitado a ir. En realidad, era una reunión de gente que quiere aprender español, a la que fueron diversos americanos y un mejicano. Al final de la hora yo acabé de profesor, pero también aprendí algunas cosas curiosas, como que basketball es tanto el juego como la pelota del mismo.

Jueves 1: por la mañana hice mi primera tortilla de patata. Fracaso. Los pasos los seguí correctamente, pero creo que lo del tiempo no lo llevo muy bien, así que me salió una crunchitortilla con sabor a quemado:

Crunchitortilla (R)

Ya por la tarde, fuimos Lisa y yo a la estación de tren para coger un tren (¡anda!) a downtown Chicago. En el tren de las 13:04 nos estaba esperando Inés, a quien habían soltado los Fischer en su estación. Tras 45 minutos, llegamos a la Windy City.

Chicago desde el Metra

Al llegar a la estación, caminamos un poco y nos recogió en coche un amigo dominicano de Lisa, Jay. Fuimos hasta el punto de encuentro con el resto del grupo escuchando La Oreja de Van Gogh, para acordarnos un poco de España (¿qué es eso?).

¡Existen!

Al llegar a la plaza con el resto de españoles, tenía un poco de sed, así que fui a una tienda cercana. Vi una botella muy chula de Coca-Cola de color rojo mate, y pensé “¡Para la colección!”. Resulta que no era Coca-Cola, sino una especie de edición extraña: Coca-Cola con sirope. Sabía a Coca-Cola, pero mucho más densa y dulce. Era curioso.

Una vez hubo llegado todo el mundo, la coordinadora estadounidense nos llevó caminando a ver el Navy Pier, un muelle que originalmente servía para que los barcos atracasen, pero que hoy en día es un paseo marítimo con tiendas, bares, restaurantes… incluso un invernadero. Después de darnos un paseo por la zona, fuimos a la playa de Chicago, que es bastante pequeña, pero muy maja. Además, el agua es dulce, por lo que es como una piscina: nada de molesta y dolorosa sal que pueda entrar en los ojos. Sólo (ya me gustaría) agua. Y ya para terminar, una foto que hice a la vuelta:

¡Cervantes está en todos lados!