Piscina, fiesta, cine, compras
Está bien esto de tener Wi-Fi en la casa; no es como en Irlanda, que me podía conectar una vez cada dos semanas. Bueno, voy a comentar mis peripecias. Ayer me desperté a las 5:30 de la madrugada, lo que en España serían las 12:30. Vi que era muy pronto, así que me di la vuelta y me volví a dormir. A eso de las 11:30 fui con Lisa a comprar al supermercado. Aunque, en términos españoles, super no le hace justicia. Más bien la relación entre este “supermercado” y un Sabeco de toda la vida es la que habría entre un Leroy Merlín y la ferretería de la esquina. Tenían de todo, cosas que ni siquiera se me había ocurrido que pudiesen existir. Había incluso una estantería con “velas religiosas”: tenían estampadas fotos de diferentes santos. Por poner un ejemplo de lo que pasó:
Juan: Y para la tortilla de patatas hacen falta huevos.
Lisa: De acuerdo, coge del tipo que necesites.
Superpequeños, pequeños, medianos, grandes, supergrandes, extragrandes, orgánicos, no orgánicos, amarillos, blancos, naranjas, para pulverizar… Eso es un supermercado americano.
Otra cosa que me ha encantado de ese supermercado son las frutas silvestres (berries): venden recipientes como los que tenemos en España para los tomates cherry con cada tipo de baya: arándanos, frambuesas, fresas, otras cosas que no sé muy bien lo que son… Y lo mejor: ¡eran baratísimos!0.40 € por la cajita de arándanos. Sin embargo, el pan aquí es prohibitivo casi: una barra de french bread cuesta 2.50 $ más o menos, unos 2 €. Y también me impactó el estante de virutillas de chocolate para tartas: en España solemos tener unos botecitos como los de especias. Pues aquí no. Mirad por detrás mío:
Bueno, después de comprar fuimos a casa, y después vino otra familia de los del grupo para comer en su casa e irnos a la piscina. En realidad, eso no era “piscina”. Bueno, sí, había agua. Pero también había trampolines, y cascadas, y mega-toboganes en los que creías que te ibas a caer por el borde por la velocidad que llevabas.
Por la noche había una fiesta en casa de la organizadora americana a la que estábamos invitados la mayoría de los españoles y sus respectivas familias (no todos, porque algunos viven demasiado lejos, por lo que tuvieron una fiesta aparte). Había bastante comida (típicas hamburguesas americanas con ketchup y queso), y pasamos un buen rato, pero la fiesta se terminó pronto porque estábamos bastante cansados todos (incluso hoy he sentido el jet-lag, aunque no tan pronunciado).
Hoy por la mañana he estado leyendo revistas en inglés, y a eso de las 11:00 me ha llevado Lisa a casa de los mismos vecinos para ir al cine. Primero hemos comido algo típico: pasta con queso y sándwich de mermelada con mantequilla de cacahuete. Luego nos ha llevado la madre de unos amigos de la familia a la ciudad en la que estaba el cine. Hemos ido 7, de 12 a 17 años, a ver The Karate Kid. La película estaba bien, y lo mejor de todo: ¡lo he entendido todo! (Aunque algunas cosas que decía el chino se me han escapado…).
Después Lisa me ha recogido, y le he dicho que quería ir a una tienda de libros. Lo mismo que en el supermercado: era enorme. Y, además, había libros tirados de precio. Me he llevado 5, incluyendo uno de gran formato por 5 $. La verdad, me ha encantado: sólo he parado porque tendré que hacer hueco en la maleta.
Después hemos ido a dar un paseo por el vecindario. Todo el mundo es muy majo, no hay ni siquiera vallas alrededor de las casas. Nos hemos encontrado con una vecina que tenía un perro completamente amaestrado: subía a una silla cuando se lo decía, daba la patita, comía cosas que le ponían sobre el hocico, daba vueltas sobre sí mismo… Impresionante, la verdad. Y ahora here I am, creo que me iré a dormir enseguida ahora que tengo una cama en condiciones (estas dos últimos días he estado durmiendo en una especie de colchoneta porque la cama h-inchable que tenían se había hecho p-inchable.
Cambio y corto.