He tenido suerte porque he venido a Chicago a tiempo para ver toda la semana previa al 4 de julio, día de la Independencia americana.
Durante los días anteriores al domingo, las tiendas tenían una sección dedicada exclusivamente a productos con la bandera americana: platos, banderas, gorros, globos…
Aunque este día es el 4 de julio, también os relato lo que he hecho los días anteriores:
Viernes 2: por la mañana llevamos a un hotel a los turistas que habían estado en la casa durante los dos días anteriores, y después me fui con Inés y los Fischer a Cantigny, un parque construido por otro magnate rico de chicago para darse paseítos después de la cena. Éste tenía más de jardín que el Arboretum del otro día (que se parecía más a un bosque), con una mansión en la que se podían hacer visitas, y un museo sobre la guerra (ya que el que impulsó la obra era un coronel importante).
Cheese!
El museo era interesante, con diversas recreaciones de guerras en las que Estados Unidos ha participado. Aunque estaba mejor el exterior, con diferentes tipos de cañones utilizados por el ejército estadounidense:
Fri-k-añón
Después de una visita que se hizo un poco larga a la mansión (35 habitaciones, no está mal) y una comida bajo un árbol, nos fuimos del parque, y a mí me dejaron en mi casa.
Creo que me salió bastante bien...
Por la tarde llegó a casa Lindsay, la hermana de Lisa. Al cabo de un rato, cogimos el coche y fuimos a Lisle, un pueblecito cercano. Allí se celebraba el festival Eyes to the Sky (Ojos al cielo), llamado así porque había globos aerostáticos que serían soltados al día siguiente.
Me dijeron que a veces no tienen únicamente forma de pera.
Primero dimos un paseo para ver los globos y los puestos de comida; había cosas bastante curiosas. Los puestos de fritos y comida poco sana pero con buena pinta abundaban bastante, así que yo me compré algo un tanto extraño: gambas rebozadas con trozos de coco (!). Estaban ricas, aunque el sabor era un poco indefinido… Supongo que porque nunca había tomado algo así.
Featuring "chicken on a stick"
Después de comer y de pasear, fuimos a un escenario en el que había un grupo tocando piezas de música conocidas de diversos artistas. No lo hacían mal para ser 5 personas, la verdad. Cuando anocheció completamente, comenzaron los fuegos artificiales de rigor en esta semana. Estaban bastante bien, y vi unos de un tipo que nunca había visto: con forma de brócoli. Cuando terminaron, volvimos a Lombard, pero no a casa, sino a ver lo que hacían nuestros ex-huéspedes en un hotel del pueblo. Era bastante curioso: en una sala de exposiciones grande del hotel, había cientos de personas haciendo cola para que Amma, una especie de santa, les diese un abrazo. Al parecer, su avatar era muy puro, o algo así, y sus abrazos poderosos. La verdad, era bastante curioso todo: había gente lavando platos, otros organizando las filas, otros atendiendo a gente… Era gente muy especial.
Sábado 3: como los turistas especiales se habían ido, yo pude dormir hasta una hora decente: las 12:30. Al poco rato Lisa me llevó a un pueblecito cercano para ver la Great Carboard Boat Regatta. Como suena: Gran Regata de barcas de cartón. Era muy curioso: las barcas tenían que hacer un recorrido por un lago, para lo cual tenían que poder albergar un mínimo de 6 personas y estar hechas únicamente cartón y cinta adhesiva. Sin lugar a dudas, la más impresionante fue esta:
Clavadito al original.
Un Empire State hecho barca. Y eso no fue lo mejor. Cuando comenzó la carrera (hacían varias carreras de 4 barcas para ir descartando participantes), este barco se retrasó un poco, pero porque uno de los remeros, disfrazado de King Kong, se puso de pie, arrancó una tira de cartón del lateral de la barca dejando al descubierto una escalera, y comenzó a subir. Lástima que el centro de gravedad no estuviera tan bien diseñado como el resto de la embarcación.
¡Sí, es un campo de hockey!
Un rato después, Lisa me llevó con los Fischer, a ver otros fuegos artificiales en su pueblo, Wheaton. En total, en nuestro grupo fueron 14 personas: los Fischer, otra familia y un apegado. Los fuegos fueron más grandes y más largos que los de la noche anterior; estuvieron bastante bien. Cuando terminaron, nos llevaron a Inés y a mí a Lombard, ya que al día siguiente teníamos una actividad y ella se tenía que quedar a dormir en casa.
Domingo 4, Día de la Independencia: nos levantamos a las 07:45, y a las 08:15 salimos de casa Lisa, Inés y yo para ir a un centro comercial donde nos estaba esperando Shane, un amigo de Lisa, quien nos iba a llevar a Lake Geneva, un pueblecito famoso por tener un ¡anda! lago llamado Geneva. ¿Y para qué fuimos allí, os preguntaréis? ¡Para ir a una excursión en barca (no de cartón, afortunadamente) por el lago! Fuimos con otros amigos de Lisa, en total estuvimos 12. El trayecto duró 3 horas, y estuvo muy bien: te podías tirar del barco para nadar, o comer patatas, etc… Además, la gente que había era muy maja.
No hice muchas fotos...
Tras el viaje en barca, fuimos a un parquecillo del pueblo a hacer una barbacoa. Tomamos hot dogs, corn dogs (perritos calientes vegetarianos, muy curiosos), guacamole… Hasta que llegó una nube negra, se levantó viento y comenzó a llover. Fue gracioso: en 30 segundos se vació el parque, y tuvimos que mover todas las cosas (barbacoa incluida) a un árbol, donde terminamos de comer.
A eso de las 18:00, cogimos el coche y volvimos a Chicago. Por cierto, en Lake Geneva me compré un gorro con la bandera estadounidense, con éste ya van 13 en mi colección