Cosas en General

Yo tengo una opinión: Bugs Bunny es el error más grande de los dibujos animados (científicamente hablando): las zanahorias tienen diversos componentes, uno de los cuales se llama betacaroteno, o simplemente caroteno. La principal función que desempeña es que la zanahoria sea naranja; es decir, que actúa como colorante.

Los seres vivos se alimentan (…) de diversas sustancias, y cada una de ellas ejerce un efecto sobre ellos; por ejemplo, el comer más verdura que comida de McFocald’s hace que todos estemos más sanos. Las sustancias de las que se componen los alimentos, tras ser digeridas, viajan por las venas para ser suministradas a las células de todo el cuerpo; es decir, que si comemos una sandía, habrá componentes de sandía en nuestro pelo, piel, etc…

Si Bugs Bunny no cesa de comer zanahorias (¡¿Quién ha visto un conejo sin su zanahoria?!), lo más lógico sería que fuese de color naranja zanahoria, pero, misteriosamente, sigue siendo gris capítulo tras capítulo… (Puede que a partir de una fecha le empezaran a sentar mal, pero debe seguir comiendo porque así lo exige el guión).

Esta mañana, al volver del colegio, íbamos un amigo y yo andando. En un lado de la acera, junto a un contenedor de papel, había una caja de la librería de segunda mano que hay enfrente. Por curiosidad, hemos mirado a ver qué había dentro. ¡SORPRESA! ¡Había 4 libros! Parecían bastante cuidados, como si los de la librería se hubiesen desecho de ellos. Los títulos: “¡Oh, Jerusalén”, “Excel 97″, “Agenda 1991″ y el mejor de todos: “Dietario 1985″. Digo el mejor porque es un dietario normal y corriente (exceptuando el hecho de que tiene 23 años) con cosas escritas. Pues bien, esas cosas escritas son citas de un señor (frases del estilo de “Los libros son como los átomos; están por todas partes y nos ayudan a comprender el Universo”). En total hay 198, pero lo más curioso es que, o bien el escritor se dedicaba a ello, o era un cura del colegio el que lo escribió, porque hace varias alusiones a un “Ser Superior” o algo así… Combinado con el otro libro de “¡Oh, Jerusalén!”, hace pensar que era de un cura… Tan sólo hay dos fechas en el librito: una en la mitad de las anotaciones y otra al final de las mismas: en un mes y medio, el señor escribió 70 comentarios de estos…

P.D.1: También me he quedado con el libro de “¡Oh, Jerusalén!”

P.D.2: La frase que he puesto arriba de ejemplo es mía.

Me lo leí en 4 días (y eso que estaba de vacaciones) y, la verdad, me ha parecido corto. Me parece un poco mal que Rowling corte así la saga de Happy Brother, porque eran libros muy buenos (a ella no le importaría escribir un libro más) y también muy adictivos. Yo creo que le pasará como a Conan Doyle con Sherlock Holmes: el escritor era rico gracias a su obra y, como ya creía que había escrito demasiado sobre él, un buen día se lo cargó. Muy pronto empezó a recibir amenzas de gente que le pedía que volviese a escribir y que había hecho algo muy feo. Y volvió a escribir: resultó que Holmes estaba perdido (creo, me lo leí hace bastante tiempo).

Espero que con Rowling pase lo mismo…

Aquí voy a hacer una crónica de todos los partidos que hemos jugado (digo hemos porque mi garganta no es que se haya quedado sin hacer nada):

Día 14: A las 7 de la mañana salimos de Zaragoza tras haber dejado a Jorge en la casa de uno de sus amigos de la selección (él salía a las 9:54; el tren es muy preciso). En el coche íbamos bastante cargados de cosas. Yo, para el viaje, llevaba el libro de Harry Potter 6, una revista de Photoshop, la DS con 8 horas de películas, la cámara de fotos…
A eso del mediodía paramos (yo y mis padres) en Córdoba. Vimos la mezquita (¡Peter Jackson grabó allí las cuevas de Moria del Señor de los Anillos!) y alguna cosa más.

Día 15: Partido contra Baleares. Ganamos de (esperando corrección), aunque estaban un poco nerviosos. Por la tarde jugaron contra Madrid, un partido del que todos creíamos saber el resultado (Madrid es Madrid). Salieron al campo un poco intimidados, pero… ¡Madrid no era bueno! Al menos no demasiado; le podríamos haber ganado, pero se dieron cuenta tarde…
Ese día les dieron para merendar una palmera, un kitkat, un bollo, un batido, un nosequé… y les dijeron que todos los días habría merienda. Ése fue el único día en que hubo realmente (algún encargado debió de confundir “5 días de merienda” con “megamerienda de 2000 Kcalorías”).

Día 16: No hubo ningún partido.

Día 17: Partido contra Asturias. Ganamos sin ningún problema, y el partido fue bien. Por la tarde estuvo el partido contra Andalucía… Eran muy buenos, jugaban coordinados y metían canastas… Además, estaba el hijo de uno de la NBA, Arvydas Sabonis (así se llama el de la NBA, no el hijo). A mi lado se sentaba una señora mayor un tanto curiosa, pero maja: al principio del partido me pregunta “¿Eres de Andalucía?”. Yo le digo que no, y me dice que mejor, que así sabe que hay gente animando a Aragón. Luego estaba yo gritando algo (“¡¡ÁAAA-RA-GO-OON!!”) y ella empieza a gritar “¡¡ÁAAA-RA-GO-OON!!”. Nos cerraron acta.

Día 18: Partido contra Canarias; nos jugábamos el 5º puesto. El partido empezó más o menos bien; pero poco a poco fueron ganando. De no haber sido por uno que debía de medir 1’80, el partido habría estado igualado. Cuando quedaban 2 segundos, éste se hizo con la pelota, fue corriendo hacia la canasta y… se colgó metiendo un mate…

El día 20 hicieron un desfile todos los equipos y entregaron las medallas; al día siguiente dieron las copas a los cuatro primeros. También repartieron pelotas de McDonalds (el torneo estaba organizado por ellos).

Conclusión:

¡¡¡SEXTOS DE ESPAAAAÑAAA!!!

No está mal… Cataluña quedó primera, luego Valencia, Andalucía y Madrid. Habría sido algo difícil ganar a Cataluña, pero el partido de Madrid… Bueno, lo dejaremos para dentro de un par de años; cuando jueguen otro torneo…

¡Ayer volvimos a las 21:15! En Cádiz nos hemos dejado la voz, porque los partidos parecían un concurso de a ver quién grita más fuerte “¡¡ÁAAA-RA-GO-OON!”: así todos los días. Los partidos han estado muy bien, la comida también (me he puesto como el quico de pescaíto frito) y también ha habido anécdotas curiosas. Iré explicándolo todo en los siguientes posts.

Bueno, ahora estoy en un ordenador que hay en una cafetería en Conil (creo que así se llama el pueblo). Llegamos bien, el equipo de Jorge llegó bien; vamos, que estamos todos tranquilos. Ayer jugaron contra Islas Baleares (¡ganaron!) y por la tarde, en su macrocomplejo (donde duermen; yo pensaba que era un albergue, pero resulta que es un sitio enorme con pabellones, piscinas, calles; como una ciudad) jugaron contra Madrid. Bueeeeeno… Se dieron cuenta tarde de que no eran tan buenos (los otros), pero sólo perdieron de 25. Además, han venido a verlos mi entrenador y el de Jorge; salieron a las 6 de la mañana para coger un atasco en Sevilla y no llegar… En el partido de por la tarde, hubo un momento en el que mi hermano no se movía, por lo que yo le dije “¡JORGE, MUEVE EL CULO!”. Se vuelve en entrenador, y me dice “¿Qué has dicho, Juan? ¡Ya sé lo que te voy a decir en los entrenamientos!”. Glups…

En el hotel ha Internet a medias: te dan una tarjeta de Wi-Fi válida por 24 horas… El precio por día es ¡12 €! Aunque seguro que la gastamos; podré escribir aquí un día de estos

Es curioso el acento que tiene la gente aquí; dicen todas las jotas muy aspiradas y hablan muy rápido… Esta mañana, en el bar al que hemos ido a desayunar, no sabíamos si el camarero nos había puesto tostadas; hablaba de una forma… curiosa.

Ayer, por la noche (02:30, más o menos), al volver al hotel fui por la playa y metí los pies en el agua… No debí hacerlo… Todavía tengo granitos de arena entre los dedos… y eso que dejé la bañera como un campo después de un diluvio.

Me quedan 4 minutos de Internet. Adiós