Cosas en General

Esta mañana, al volver del colegio, íbamos un amigo y yo andando. En un lado de la acera, junto a un contenedor de papel, había una caja de la librería de segunda mano que hay enfrente. Por curiosidad, hemos mirado a ver qué había dentro. ¡SORPRESA! ¡Había 4 libros! Parecían bastante cuidados, como si los de la librería se hubiesen desecho de ellos. Los títulos: “¡Oh, Jerusalén”, “Excel 97″, “Agenda 1991″ y el mejor de todos: “Dietario 1985″. Digo el mejor porque es un dietario normal y corriente (exceptuando el hecho de que tiene 23 años) con cosas escritas. Pues bien, esas cosas escritas son citas de un señor (frases del estilo de “Los libros son como los átomos; están por todas partes y nos ayudan a comprender el Universo”). En total hay 198, pero lo más curioso es que, o bien el escritor se dedicaba a ello, o era un cura del colegio el que lo escribió, porque hace varias alusiones a un “Ser Superior” o algo así… Combinado con el otro libro de “¡Oh, Jerusalén!”, hace pensar que era de un cura… Tan sólo hay dos fechas en el librito: una en la mitad de las anotaciones y otra al final de las mismas: en un mes y medio, el señor escribió 70 comentarios de estos…

P.D.1: También me he quedado con el libro de “¡Oh, Jerusalén!”

P.D.2: La frase que he puesto arriba de ejemplo es mía.

Yo creo que cualquier letra del abecedario se puede dibujar a partir de cuartos de circunferencia y rectas. El dibujo lo he hecho un poco rápido, pero se entiende la idea:

Hoy en CC. Sociales nos han mandado una redacción sobre un tema al azar. Ese tema es “las elecciones”. Yo he hecho esto:

“Las elecciones son como ir a un Telepizza: hay varios tipos de pizzas, y se eligen entre todos los miembros del grupo con el que vas. Algunas vienen en packs 3×2, otras con extra de barbacoa y pollo. De vez en cuando ofrecen ofertas como “Menú familiar y película”, que a todo el mundo le parece bien, pero sólo unos pocos lo compran. Además, para decirte qué debes elegir, hay dependientes con cara de pocos amigos y muy aburridos que te dan una hoja con lo que puedes comer. Algunas cosas, casi siempre muy “originales”, nunca triunfan, como la pizza de spaghettis. Pero cuando eliges, tienes que esperar un buen rato, y luego siempre se equivocan por falta de ganas o por no tener ni idea. Cuando, finalmente, sales del local, te encuentras tan embotado de comida basura que no puedes ni pensar.

Pero a la mañana siguiente te pesas en la báscula y ves que tienes bastantes kilos más que el día anterior. No hay retorno, y te propones el no volver a ir a ese lugar nunca más, pero… a los cuatro años vuelves irremisiblemente atraído por los 3×2 y la película de Spiderman…“

El otro día calculamos Ernesto, Álvaro y yo cómo el barco Syrakosia podría volar. Todo el mundo conoce a Arquímedes, ¿no? Pues una de las cosas que hizo fue el desencallar el barco de un rey, el Syrakosia. Era el más grande de la época, con 10 toneladas de peso. Para ello usó un sistema de palancas de primer y segundo grado, combinadas con poleas. Al final funcionó, con lo que el rey sólo tuvo que estirar un poco el brazo y desencallar el barco.

Suponiendo que un hombre de 100 kilos de peso (en la teoría, en la práctica sería mejor una esfera de acero; no me gustaría salpicarme) se tirase desde el edificio más grande del mundo (que acabarán este año y contará con 800 metros de altura) apuntando al sistema de palancas/poleas (con algunas modificaciones, claro), ejercería una fuerza de… 800.000 Newtons (es decir, que se le podría imprimir una aceleración de 800.000 m/s2 a un objeto de 1 kg de peso).

Si activase ese sistema, y el Syrakosia estuviese en el otro extremo, ascendería hacia arriba y en vertical con una aceleración de 3 m/s2. Bastante para 10.000 kg… Aunque sospecho que debe de haber algún error… Si eso ya colgaré las fórmulas otro día, cuando las haga bien… Si alguien me corrige, mejor, porque sospecho que está mal… También hay que decir que estas operaciones se hacen sin tener en cuenta la fuerza de rozamiento que se pierde.

Pues sí, hoy hace dos años que tengo este blog. El 27 de febrero del 2006, mi padre me dijo cómo hacer uno. Y aquí sigo. Bueno, a ratos, porque ha tenido muchos parones. Empecé con “Wi-fi con la Nintendo Ds”, y a ese artículo le siguió “Los Simpsons”. No hubo otro artículo hasta un año después, pero seguí desde el 9 hasta el 18 de marzo. Luego no hubo otra entrada hasta 20 días después, luego 5 meses de parón. Pero en octubre-noviembre, la cosa fue yendo más fluida: mínimo 3 entradas semanales, temas más variados, llegando al una-entrada-todos-los-días que me propuse hace tiempo. Desde el 7 de Enero, escribo todos los días, al haber personas que les gusta este blog.

Aunque también ha habido problemas, pero muy recientes, ya que, como bien dijo Manuel en el libro de visitas, “La envidia es una declaración de inferioridad”. Con quitar el chat se resolvió todo. Pero también ha habido unas cuantas cosas buenas, como la gran cantidad de gente que ha leído esto (es difícil clasificar el blog, nunca he encontrado un tema específico).

Respecto a la parte gráfica, nunca me han terminado de gustar las imágenes que daban prediseñadas, así que, básicamente, he hecho yo todas las imágenes. La imagen de arriba la hice yo, al igual que los fondos y los botones del libro de visitas y PhotoEfectos.

Ya que pronto voy a poner el blog en WordPress, me gustaría que me enviaseis las sugerencias que tengáis al correo (juan.aguaron ARROBA gmail PUNTO com) o en el libro de visitas. Aunque acabéis de entrar en el blog, poned algo, por favor, así intentaré mejorarlo.

¡Viva yo!

Siempre me han parecido curiosas las diferencias entre una tienda de chinos (todo a 100) y una tienda de moda (Zara, por ejemplo).

1. El espacio: en los chinos suele estar todo el suelo a rebosar de estanterías y mesitas. En las tiendas de moda, hay unos pocos colgadores estilosos de ropa, y alguna balda.

2. La decoración: en un bazar NO hay decoración. A no ser que cuenten la de miles de cosas que hay por las paredes. En las tiendas de moda, las grandes paredes están cubiertas de fotos… pero una foto por un tramo de 4 metros… Y muchas veces son de 4×4 metros. Y si no lo son, en el espacio cercano no hay nada; está todo vacío.

3. Los productos: en un chino hay de todo: desde juguetes hasta productos de limpiar piscinas, pasando por esos curiosos Budas de porcelana que nadie compra. En cambio, en las otras tiendas no: Un poco de ropa (a veces mucha) y ya está.

4. Los dependientes: En las tiendas de ropa suele haber alguna chica dando vueltas para ver si alguien quiere algo. En los chinos no: tienes siempre a un chino siguiéndote disimuladamente para que no robes nada (agobia mucho).

Me quedo con los chinos, son más divertidos…