sep 30 2012

Proyecto de Ingeniero

Hace ya dos semanas que pisé por primera vez la EINA (conocido todavía por todos como CPS), la Escuela de Ingeniería y Arquitectura, como alumno y no como mero visitante. Y la verdad es que se nota el cambio. Tan sólo llevamos unos días de clase, y ya se aprecia una diferencia abismal con el colegio, que ahora tan lejano parece. Sí, en el fondo es lo mismo: un aula, un profesor y unos cuantos alumnos, pero hay algo distinto. Por un lado, el ambiente: aunque todavía apenas nos conozcamos hay cierta sensación de camaradería bastante maja; todos tenemos aficiones en mayor o menor medida similares. También se nota mucho la libertad que uno tiene: nadie pasa lista, ya no hay ningún profesor que nos lleve de la mano, y muchas de las opresivas normas que hasta el año pasado eran de obligado cumplimiento han desaparecido para no volver. Para bien o para mal.

En cuanto a las asignaturas, son demasiado teóricas pero tampoco me quejo: Matemáticas I, destinada al Cálculo, se me está haciendo algo aburrida de momento porque hasta ahora sólo hemos repasado conceptos que ya di en Bachillerato, aunque intuyo que después de Pilares la cosa se pondrá interesante. Matemáticas II (como dicen, no hay dos sin tres: también tengo otra asignatura de Matemáticas en el segundo semestre) trata sobre Álgebra, y de momento me está gustando bastante: estos días estamos viendo matrices, y ya he entregado una práctica en la que teníamos que escribir un programa para resolver sistemas. Todo ello sin que nos explicasen exactamente cómo hacerlo, lo cierto es que las tareas y problemas que nos mandan en la mayoría de asignaturas suelen suponer un desafío… En Física I hemos empezado desde el principio, con Dinámica, aunque ya me he agenciado un imponente libro de “Física Universitaria” con docenas de problemas por capítulo que pinta bastante bien… Especialmente cuando algunos de ellos tratan sobre persecuciones de superhéroes con aceleración constante o variable. Química tal vez sea con la que me encuentro algo más desubicado: todavía no hemos empezado con la química en sí, sino que estamos haciendo un repaso (en mi caso lo es, para otros es algo nuevo) de los conceptos básicos de la física cuántica. Pero la que de momento está suponiéndome más trabajo (que no memorización, lo cual es de agradecer) es Fundamentos de Informática. Todavía no hemos empezado a programar, pero a cambio estamos aprendiendo mucho sobre cómo funcionan los ordenadores a nivel básico: cómo se codifican los números, cómo se realizan las operaciones en binario… Muy interesante, la verdad.

También me ha parecido muy curioso el contraste entre los alumnos de las diferentes carreras o grados: casi a distancia se puede ver que, por ejemplo, los de mi carrera diferimos bastante de los de Tecnologías Industriales. Que, a su vez, nada tienen que ver con los de Arquitectura. Y la diferencia es más acusada aún entre facultades: el otro día entré en Derecho a curiosear y me resultó muy chocante el ambiente que se respiraba, completamente distinto al de nuestro edificio.

Y, de momento, poco más que decir: mis horarios son bastante flexibles (uno de cada dos miércoles prácticamente tengo el día libre), mis fines de semana empiezan los viernes a las 12, estamos reunidos en unos pocos metros cúbicos la mayoría de mis antiguos compañeros de clase… Me parece que, a pesar de los exámenes, me voy a acostumbrar a esto bastante pronto.

Una cosa más: con esta entrada queda inaugurada la categoría “Universidad”, y casi abandonada la de “colegio”. DEP.

 


ene 30 2012

6º puesto en la Olimpiada Matemática (fase regional)

Como ya os comenté hace unas semanas, resulté seleccionado entre los ocho primeros de la fase aragonesa de la XLVIII Olimpiada Matemática Española. El pasado viernes 13 acudí con pompa y boato a la entrega de premios (el sitio lo merecía: el Patio de la Infanta, en la sede de Ibercaja. Por si no lo conocíais, tiene una historia muy interesante) dispuesto a pasar el ya clásico momento de nervios. En la sala estaban varios conocidos, la mayoría del TTM: profesores, alumnos, amigos…

Una vez estuvimos todos, las autoridades de rigor dieron sus respectivos discursos. Como siempre, cada uno barría hacia su casa:  más tarde, durante el aperitivo, me propusieron un par de responsables de la Universidad que hiciera Matemáticas o Física. Lo dicho, cuando todos los de traje hubieron hablado comenzó la parte interesante. La parte en la que se aceleró el pulso de 8 de los asistentes. Como ocurre en todas las entregas de premios, se va nombrando por orden de puntuación ascendente. En ese momento todos estábamos pendientes de las palabras de quien anunciaba los ganadores. Y, como siempre, estaba latente esa tensión por ver a quién nombraban el primero, ya que los siguientes son siempre mucho más fluidos; se podría decir que “salen solos”.

Con Juan Carlos y mi flamante diploma

Pues bien, no me nombraron primero. Ni segundo, pero sí tercero: un honroso 6º puesto en la que será mi última Olimpiada Matemática, al menos a este nivel. He de admitir que al principio el resultado me decepcionó un poco, ya que tan sólo los tres primeros pasan a la fase nacional, y ésta se trataba de mi última oportunidad. Sin embargo, tras conocer las puntuaciones de los que representarán a Aragón en marzo no puedo sino admitir que ellos realmente lo merecían: al fin y al cabo, el 1º casi me duplicaba la puntuación. También era curioso que hasta el 4º puesto tuviésemos puntuaciones que no pasaban de los 22 puntos sobre 42, y ya el 3º tuviese 31 puntos. La brecha ha sido bastante considerable este año.

En cualquier caso, por muchas estadísticas y puntuaciones que pudiese analizar para intentar autoconsolorme, nada templó mejor los ánimos que el vino español que nos ofreció Ibercaja tras la ceremonia, y es que, al igual que el año pasado, salimos prácticamente comidos. Como yo ya repetía (el año pasado también fui seleccionado) estuve al tanto de los postres, y de nuevo logré acaparar gran parte de unos montaditos de chocolate y nata que hacen francamente bien.

También tengo que nombrar a Alberto Larrauri, que aun siendo de 4º de la ESO quedó 4º. Un logro realmente impresionante, teniendo en cuenta que la competición está orientada a alumnos de Bachillerato, y algunos de los problemas precisan de Matemáticas que se dan en 2º. Desde aquí, le doy mi enhorabuena :D