Sí, habéis leído bien. Se puede hackear una calculadora. Aunque parezca increíble, es posible modificar el funcionamiento de varios modelos de Casio para añadir funciones ocultas, o se pueden mejorar las funciones de las calculadoras baratillas que todos tenemos. Tras un poquillo de investigación, he reunido una serie de hackeos o modificaciones que, además de ser útiles, sirven para fardar delante de los amigos. Mi intención original era condensarlos todos en una entrada, pero conforme he ido escribiendo, he descubierto más y más cosas acerca de la fascinante cara oculta de las calculadoras, así que lo repartiré a lo largo de algunos posts.
Esto tiene su base en un motivo muy sencillo: es más barato fabricar 2000 chips de tipo A que 1000 chips de tipo A y 1000 chips de tipo B. Tomemos el ejemplo de la fx-82ES y la fx-570ES. Por fuera tienen exactamente la misma forma:
fx-82ES - 15€
fx-570ES - 25€
La fx-82ES tiene unas 250 funciones, mientras que la 570ES unas 400. ¿Es mejor el circuito de ésta útlima? No, porque es el mismo. Una calculadora “baratilla” como la 82ES puede hacer lo mismo que una avanzada, como la 570ES. Lógicamente, la fx-82ES está capada, o tiene una ligera modificación, para que no muestre todas sus capacidades. Para conseguir ampliar las funciones de nuestra calculadora, hay que hacer unos pequeños cambios que varían en función del modelo. En la próxima entrada explicaré cómo actualizar dos modelos de calculadora (fx-82Es y fx-82MS) a las versiones “caras” (fx-570Es y fx-115MS, respectivamente). Más adelante, también comentaré algunos trucos y programas ocultos en las calculadoras Casio.
Como paso previo a la formación de un club de Robótica, hoy he dado una charla-taller en mi colegio sobre Arduino a los que compraron una placa el otro día. Para ser la primera cosa medianamente seria que hago en público (bueno, no era un gran público precisamente), ha ido bastante bien.
Además, me lo he pasado bastante bien, y, como me han dicho que haga otro taller un día de estos, seguramente repetiré (por otra parte, no he terminado de explicar lo básico, así que tenía que volver sí o sí).
He subido el Powerpoint de la charla a Slideshare; en la misma página se puede descargar:
Movimiento, belleza y un toque decimonónico se aúnan en las creaciones de Jos de Vink, un ingeniero holandés jubilado que, encontrándose sin nada que hacer, se decidió a construir motores de vapor. En sus orígenes encontramos diseños muy simplificados que se basan en los mismos principios que la máquina de vapor de Stirling. Si a la técnica le añadimos ese toque steampunk que tienen sus invenciones, el resultado es contemplar boquiabierto sus vídeos.
Construidas únicamente con latón, velas y mucho ingenio, sus obras de arte -porque son más que una simple máquina- son realmente impresionantes: movimientos fluidos, sin asperezas, ni elementos superfluos.
A continuación, un vídeo sobre su impresionante “Basilica”:
Todos sus vídeos, en su canal de Youtube. Información más detallada sobre cada uno de sus artefactos, en su web (en holandés).
Llevo unos días con la idea en la cabeza de clonar objetos, principalmente engranajes de Lego.
Al principio pensé en utilizar estaño y madera. Para probarlo, hice a mano un molde de madera con el isotipo de Ubuntu. La verdad, muy viable no era: para cada pieza necesitaba escarbar durante mucho rato, y la precisión no era muy alta. Sin embargo, llegué a hacer un modelo con un parecido bastante razonable al original.a
Más tarde estuve investigando, y pensé que utilizar plástico fundido sería una buena idea. Se me ocurrió que, empleando láminas de plástico de botellas y una sandwichera ligeramente modificada podría conseguir plástico líquido, pero mi madre me disuadió aduciendo que era peligroso. Bueno, vale, reconozco que una sandwichera no es muy manejable, pero sí la idea que me sugirió mi padre: un cazo metálico, calentado en horno de gas. Esta idea me pareció mejor, pero a mi madre le siguió sin gustar la idea, por lo que, de momento, está algo aparcada.
Más adelante surgió la idea de emplear escayola como molde, y tras un intento fallido con Aquaplast y una primera toma de contacto con la escayola verdadera, hoy me he venido al chalet para intentar replicar un engranaje. Fracaso casi total. Sin embargo, he estado intentando clonar una llave, y ahí me ha ido mejor. Sin embargo, el estaño es demasiado difícil de manejar (cuando terminas de fundir la última parte el comienzo ya está sólido, y la tensión superficial es increíble), así que tendré que pensar en utilizar moldes de silicona y algún tipo de resina como relleno.
Aburrido como una ostra en clase de Ética, no iba a empezar a estudiar la relación entre política y medios de comunicación, dónde vas a parar. Era mucho más entretenido y productivo hacer esto:
Hace un tiempo (leñe, ¡un año!) monté un Lego hexápodo, el Galóptero, basándome en un diseño de Luis Pedraza. Aunque era algo cutre, no tenía más piezas, por lo que se tuvo que quedar ahí: un “bicho” que andaba hacia delante y hacia atrás.
Pero ahora tengo un Mindstorm, así que ¡el Galóptero tiene cerebro! Además de dos motores, sensores, y mucho más tamaño.
Lo que más me ha gustado de este robot, y con diferencia, ha sido el sistema que he inventado para sincronizar las patas. Como sabéis, las patas han de tener un movimiento alterno, para poder tener un polígono de apoyo de tres lados. Esto no es un problema muy grande al avanzar o retroceder, pero sí cuando gira, ya que los dos trenes se desincronizan (uno va hacia delante, y otro hacia atrás). Así que lo que he hecho ha sido poner en un tren un círculo de color negro con una pieza brillante en un punto, y en el otro un sensor de luz. Así, sé la posición relativa de los trenes en el momento en que el sensor detecta un aumento de brillo (se alinea con el punto), y puedo controlar la sincronización de las patas.
Lo próximo, mejorar la locomoción: todavía no va todo lo rápido que me gustaría, y el centro de gravedad hay que modificarlo un poco.