¡Feliz año maker!
Hace mucho (demasiado, ha pasado más de un año) que no escribía aquí. Lo he intentado más de una vez, pero quería contar tantas cosas y he perdido tanto la costumbre de hacerlo que todos mis borradores se han quedado en eso, en borradores. Y como me resulta más fácil escribir sobre mis proyectos e inventos, voy a empezar por ahí. Allá va un resumen de mi último año y medio maker, ¡espero que sirva para calentar los motores del blog!
En una de las últimas entradas que publiqué dije de pasada que igual volvía a la impresión 3D. Y así ha sido: a comienzos del curso pasado nos juntamos ocho compañeros de clase y decidimos montarnos cada uno una impresora 3D (una P3Steel, concretamente). La búsqueda de piezas se hizo eterna (se asemejó mucho a un parto: duró algo más de 9 meses), pero conseguimos materiales de buena calidad y a un precio más que decente. El hotend es un LeoNozzle, la electrónica una SAV MkI, y el chasis es de acero inoxidable (que yo pulí para hacerlo brillar). Actualmente está montada, lista para imprimir, pero a la espera de que le construya una caja que pueda albergar el rollo de plástico y los cables. Las imágenes más recientes que tengo de ella son las de este vine, en el que muestro cómo la conecté a MATLAB para identificar el sistema del hotend (pues hay que calibrarlo, y decidí hacerlo en condiciones):
Como la caja que tengo en mente es algo compleja, no creo que la tenga terminada antes de dos meses. Pero aun así espero no demorarme mucho, ya que la necesito para terminar algún otro proyecto para el que me hacen falta piezas impresas.
Una de esas ideas para las que “necesito” la impresora (podría pasar sin ella, pero me facilitaría mucho la labor) es experimentar con la electrodeposición, una técnica que permite dar un baño de ciertos metales a piezas no necesariamente metálicas. De momento he hecho pruebas con sulfato de cobre y los resultados son muy alentadores. Todavía no controlo demasiado bien los tiempos ni las intensidades, pero ahora que he terminado de montar mi laboratorio creo que no me costará avanzar demasiado. ¡Sí, mi laboratorio! Cada vez que necesitaba utilizar fuentes de alimentación u osciloscopio normalmente mi mesa acababa inutilizable durante una buena temporada, por lo que este verano me decidí a construirme un espacio en condiciones en un cuarto poco utilizado de casa de mis abuelos (como viven en el piso de arriba, no suele darme pereza subir los 15 peldaños). A lo largo de esta última semana he terminado de pasar los últimos cables, y a falta de un fluorescente, ya está acabado:
A la cajita de abajo a la derecha llegan las entradas y salidas de los aparatos de la balda superior. Lo hice así para no tener los cables volando por toda la mesa, y es muy muy cómodo. Por cierto, la estantería es el primer mueble que construyo, estoy muy contento con el resultado Siguiendo con el tema de los muebles, hace unos meses me di cuenta de que el armarito en el que guardaba mis componentes electrónicos se estaba quedando pequeño, así que compramos en IKEA un armario más grande al que di un toque sofisticado (alta tecnología, sin duda) poniendo una tira de LED que se enciende al abrir la puerta.
También hablé aquí acerca de un pequeño editor de archivos basado en Arduino, al cual bauticé como blocporc. Con motivo del #biicontest2014 le di el empujón final que necesitaba y me presenté al concurso, ¡quedando en 2º lugar! Fue toda una sorpresa, pues había mucho nivel Aquí os dejo un vídeo promocional que grabé para darlo a conocer (no apto para los que tengan propensión a la vergüenza ajena):
También me ha dado por la iluminación: después de verano estuve experimentando con LEDs y metacrilato, y de eso salió una cajita bastante maja que, si bien no se aprecia, no emite nada de luz directa:
Y también en esa línea un poco más estética he estado últimamente trabajando en sensores e interruptores capacitivos: creo que hay muchos objetos que ganarían mucho sin botones mecánicos, y he hecho bastantes progresos (de momento teóricos, aunque espero que pronto den sus frutos). Es fascinante el potencial que tiene la idea de “condensador”, y lo fácil que resulta obtener resultados impresionantes: en unas pruebas que hice el curso pasado llegué a medir el nivel de líquido en un vaso sin contacto, algo que todavía tiene que madurar un poco pero que promete.
A mí me gusta mucho la madera, aunque todavía tengo pendiente aprender a tallarla en condiciones. Es probable que cuando termine la impresora 3D le ponga un adaptador para poder hacer grabados con ayuda de una Dremel, pero hasta entonces estoy limitado por mi pulso (lo cual depende de los cafés que lleve). Aún no sé hacer dibujos muy complejos, pero sí se transferirlos del ordenador a la tabla: utilizando una impresora láser y acetona se pueden hacer maravillas:
Casi olvidaba el Resistómetro, un medidor de resistencias orientado a laboratorios que informa de su valor comercial además del real (muy útil para clasificar). Está terminado, pero le falta algo de código para que sea estable. Supongo que la próxima vez que decida poner orden lo terminaré. Lo más interesante de este proyecto tal vez sea la parte de electrónica analógica, con la que aprendí mucho. El aspecto exterior es muy, muy mejorable pero buscaba ante todo facilidad de uso:
He hecho alguna cosilla más en los últimos meses, como el circuito de control de una impresora mecánica de hace medio siglo (lástima que no tenga vídeos, por su tamaño resulta un poco amenazadora), o un -proyecto de- refrigerador empleando una célula Peltier. Y también he escrito páginas y páginas (en papel, eso sí) sobre diversos inventos, así que aunque hoy me quedara sin ideas podría aguantar unos meses haciendo cosas… esperemos que no ocurra
¡Feliz año, y espero que hasta pronto!