Hace una hora y media que he vuelto a Zaragoza, después de cinco días en el torneo TGN de Cambrils. Jugamos cinco partidos y, bueno, no hemos ganado precisamente. Más bien todo lo contrario. Pero bueno, ha estado bastante bien. Todo estaba bien organizado, los partidos eran interesantes y el hotel era decente. Yo marqué tres canastas (para los equipos que había, considero que he jugado bien): una en un partido y las otras en el último.
No tuvimos muchas libertades, pero aun con todo me lo he pasado bien. Además, la comida del buffet estaba muy buena. Lástima que apenas pudimos comer lo que nos gustaba.
Lo mejor fue el día en que fuimos a Port Aventura. Llovió, hizo fresco y había gente, pero fue muy divertido. La verdad es que ir en un grupo de 11 personas es curioso. Nos montamos (yo en todo, otros prefirieron mantener la comida en sus estómagos) en el típico barco de vaivén, en el Dragon Khan (recomendable, la verdad), en las “Tacitas de Té”, en los autos de choque, en el Furius Baco (Beicon Furioso, La Furia de Paco) y, finalmente, en el Hurakán Condor (las dos veces anteriores que había ido no me atreví, pero en esta me decidí y, la verdad, me ha decepcionado. Me esperaba algo más terrorífico).
Cuando estábamos esperando a que llegasen los demás grupos al punto de encuentro comenzó a llover. Para no mojarnos, nos resguardamos por las casetas de timos (tiro, azar…). Había una un tanto peculiar: se pagan 4€, y se tiene para elegir entre unas 50 bolsas diferentes, en las que puede haber 10 tipos diferentes de peluche. Teníamos curiosidad, y estuvimos mirando un rato a ver cómo funcionaba la cosa. Para empezar, es algo bastante estúpido: basta con memorizar la posición de las bolsas (ya que no las cambian, el premio lo dan en otra bolsa nueva). El colmo fue cuando le pregunté al chico de la caseta:
-Y con esto, ¿cómo se gana dinero?
-(encogiéndose de hombros) ¡Hala! ¿Has visto cuánto llueve?
En definitiva, una manera bastante buena de pasar unos días
