Cosas en General

Que nadie me diga que no nota el parecido…

Ahora sí que se nota que quedan 5 días para volver al colegio…

Ya he empezado los entrenamientos de baloncesto, los de la librería se retrasan en cuanto a los libros, comienzan las absurdas entregas de coleccionismo (recuerdo una especialmente extraña que era “Sacacorchos de diseño: sus sacacorchos con un toque de distinción”), es más difícil aparcar en la calle, hay más publicidad…
Y ya tengo mi horario de curso, desde el 1. Algunas cosas buenas, otras más bien malas. Por ejemplo, tenemos tres horas de música a la semana, una barbaridad. Las mismas que de Matemáticas. Si la DGA piensa que el solfeo es más importante que saber hacer operaciones, allá ellos. Un cambio importante es que se me segmenta Ciencias Naturales, ahora tengo Biología-Geología, y por otro lado Física-Química. Lo único bueno que veo, a primera vista, es que tengo tres clases de Tecnología (y sólo una de Religión). Lástima que se hayan cargado la asignatura de Educación Plástica; siempre me ha gustado el dibujo técnico…

Mi hermano, que ya pasa a 1º de la ESO, también tiene su horario, con los cambios que han hecho estos años: a él le han quitado Tecnología y le han puesto una hora más. Vamos, que han modificado por completo el horario de cuando yo pasé por primero.

Hoy hemos ido al Media Markt a comprar cosas de una promoción nueva de artículos a todo un euro. Cuando hemos llegado, no quedaba nada: sólo hemos conseguido un par de ratones USB. Pero hemos comprado algo que ya quería yo desde hace tiempo: protectores de pantalla para mi Nintendo DS. Entre mi hermano y yo hemos comprado un cargador de coche, una funda (para él), 4 lápices, unos auriculares extra-largos, 4 cajas para juegos y una carcasa de metacrilato para mí.
Siempre he odiado que la gente coja mi DS y la llene de marcas, puede que sea una manía, pero generalmente suelo limpiarla a conciencia. Con los protectores de pantalla y la carcasa no tendré que hacerlo tanto, ya que la protege de golpes, arañazos y dedos sucios.

Ya sólo quedan dos semanas para volver al colegio, algo que se nota por la increíble cantidad de publicidad del Corte Inglés y demás sobre mochilas y libros de Hello Kitty.

Yo aún sigo con los deberes sin hacer, un cuadernillo de Matemáticas. Aunque me parece un nombre algo insultante, “Objetivo, aprobar Matemáticas”. 90 páginas de ejercicios, de las cuales 50 son “Ejercicios resueltos” (para no tener que esforzarse), 10 “Ejercicios con pistas” (te explican paso a paso qué hay que poner en cada casilla vacía” y sólo quedan unas pocas para hacer “Ejercicios propuestos”. Aunque entiendo que nos lo mandaran: en el examen final, de los 27 de clase, suspendieron 19. Vamos, que aprobamos menos de un tercio. Y con notas bajas la mayoría; ese examen fue una caza de brujas. Creo que sólo dos superamos el 8.

Además, tenemos alguna duda sobre lo que harán con la clase un año mayor a la nuestra, ya que van a repetir 15… Igual mezclan clases…

Y yo sigo esperando las pizarras digitales y los cuadernos electrónicos…

No, no me refiero al animal de género Capra, sino a un Citroen 2 caballos.

Ayer fuimos a casa de unos amigos en La Peña, cerca de los Mallos de Riglos (nos lo pasamos bien, comimos hasta reventar, fuimos en bici, cogimos moras…). Ellos tenían un Citroen 2CV amarillo, descapotable y un poco destartalado, parecido a este:

Puede parecer un coche malo, pero es impresionante la velocidad que alcanza en las montañas (de ahí su nombre, la cabra). Fuimos de excursión hasta un castillo (bastante cercano), e íbamos de pie, con medio cuerpo fuera y comiéndonos bichos (espero que los haya escupido todos). Vamos, un coche muy bueno. Hombre, hubo que empujarlo un poco en una subida, pero poco más.

No, no se me había olvidado la mitad del título de la entrada: como ya he dicho, fuimos a un castillo. A mí me empezaba a sonar un poco lo que veíamos: una ermita derruida, el castillo abandonado… Creí que ya había estado allí, hace unos cuantos meses (O puede que fuese un Dejà Vu). Fuimos hacia el castillo, y detrás vi algo que me confirmó: una lápida grabada en el suelo de puedra, de 1813, en la que se me cayó un trozo de tortilla de patata.

Comeremos, puede que esperemos a mis tíos (la casa es suya) y nos volveremos a Zaragoza.

No tengo mucho que contar, puede que Gmail ya ha superado los 7 Gb de almacenaje, que mis tíos se han comprado de un día para otro un Freelander (hoy lo veré), que próximamente cambiaré a WordPress, que he aprendido algún efecto chulo con Photoshop, que igual hago un curso de edición de vídeo (me gustaría After Effects; por fin sabría hacer lo que Pablo Guallar) o que estoy teniendo muchas menos visitas de lo habitual…

Hoy hemos ido de excursión a Panticosa. Bueno, no exactamente: hemos intentado ir de excursión a Panticosa. La hemos hecho más veces, pero siempre en dirección Panticosa-Hoz, de forma que se sabe fácilmente qué caminos tomar. Pero a la inversa… Vamos, que hemos estado en tres o cuatro bonitos campos segados mientras veíamos cómo la dirección que deberíamos haber tomado se alejaba de nosotros… En fin, que no hemos conseguido ir a Panticosa. Pero, afortunadamente, nos hemos podido llevar un bote lleno de fresas y frambuesas silvestres.
Hemos llegado a casa, hemos comido (creo que llevo espaguetis para una semana) y visto una película. Entre lo que teníamos en el disco duro portátil hemos elegido la de “Casi 300″. Lástima que el reproductor DVD no acepte el formato DivX…
Sobre la película… se podría resumir fácilmente como “estupidez divertida”. Es, simplemente, una parodia de “300″ en la que aparecen montones de famosillos de los Estados Juntitos.

Resumiendo, mañana nos tocará hacer maletas, despedirnos de Alfonso y su familia y volver a Zaragoza. Cambiando de tema, sólo queda un mes de vacaciones… Bueno, tampoco es tan malo, o sí… Supongo que ir un día al colegio por la incertidumbre que tengo sobre los profesores y compañeros que tendré este curso no estaría mal.

Ayer estuvimos jugando a un jueguecito bastante chulo llamado Pokeno, es como un bingo modificado. Ya daré datos.
Bueno, después de este post no precisamente monotemático, toca decir mi ocurrencia del día (de ayer):

La ley de Murphy viene a decir que las tostadas siempre caen por el lado de la mermelada.
Si se cae al suelo, es menos doloroso hacerlo de lado.
Solución: untarse mermelada en los lados, o directamente en los pies.

Hasta mañana…