abr 14 2009

Cómo quitar algo motivo de bochorno, cambiándolo por algo (normalmente) más bochornoso aún.

Imaginemos la escena: un reputado profesional va a dar una charla delante de montones de personas. Unos momentos antes, se ha puesto las botas en el buffet de montaditos, especialmente con los de mayonesa aceitosa. La tapa se dirige inexorablemente hacia su boca… chaf. Y tiene que salir en un miuto.
El otro día comí salchichas con tomate, con la mala suerte (porque no soy nada torpe) de que se me manchó la camisa. Así que se me ocurrió esta solución (explicada con imágenes):

Cutre y guay a la vez :-)


mar 26 2009

Curiosa receta

La descubrí por casualidad:

Ingredientes:
  • Galletas (van bien las Marie Lu)
  • Un bote de piña en su jugo (también llamado “caldo”)
Instrucciones
  • Abrir el bote de piña
  • Comerse la piña
  • Sumergir las galletas en el caldo
  • Esperar un minuto
  • Comer las galletas

Sonará raro, pero están riquísimas.


mar 26 2009

Posible método de ahorro espacial

La principal cuasa de que los cohetes, sondas y demás trastos estadounidenses se lancen desde Cabo Cañaveral (28.3º N) es el ahorro. Cuanto más cerca del Ecuador se haga el lanzamiento, más paralela será la trayectoria de la nave a la eclíptica y, por lo tanto, habrá que gastar menos energía en corregir el rumbo (al menos, para viajes dentro de nuestro sistema solar). Por ejemplo, Rusia tiene su cosmódromo en Baikonur, que está a 45.6º N del Ecuador. Esto ha obligado a la Agencia Espacial Federal Rusa a equipar a sus naves con mayores depósitos de combustible, u otro más eficiente. De cualquier manera, les salía más caro lanzar naves espaciales que a los norteamericanos.
Otro factor (supongo; esto no lo he leído en ningún sitio, es idea mía) es la gravedad. Como la Tierra está ligeramente abombada, los polos tienen un valor de g mayor (9.83 m/s2), que va descendiendo hasta los 9.7799 en el Ecuador. Bueno, vale. Nos es una diferencia enorme, pero supongo que influirá en algo, ¿no?
La gravedad superficial media de nuestro planeta es de 9.78 m/s2. Es decir, que para poder lanzar cualquier cosa, como mínimo hay que poder vencer esa fuerza (dependiendo de cómo de grande sea esa fuerza, el objeto caerá de nuevo, pasará a ser un satélite o se irá al quinto pino). 
Vamos, que casi toda la energía que se usa en un lanzamiento va a parar a contrarrestrar la fuerza gravitacional. Al abandonar el alcance de la gravedad, la nave va en línea recta a velocidad constante (en teoría; en la práctica no: el Sol, planetas, la Luna… siguen atrayendo hacia sí al aparato, algo que debe ser tenido en cuenta. Pero para esta teoría no es necesario). 
Por la tanto, lo que importa es coger mucha velocidad (lógico). Para ello, se pueden usar mejores combustibles. Y luego está otra opción: disminuir la fuerza de la gravedad (seguid leyendo, no me he vuelto majara). Esto, como es lógico, es inviable (a no ser que se vacíe la Tierra, o se perfore por medio de botijos). Pero hay otra opción:
Lanzar los cohetes desde la Luna

Cuando haya una base fija allí, y los métodos de transporte sean más eficaces y baratos, no sería ninguna locura lanzar las naves desde el satélite: la gravedad es de 1.62 m/s2, unas seis veces más débil. Hombre, la Tierra seguiría haciendo algo de fuerza, pero no sería nada comparado con la que habría si se lanzase desde aquí abajo. 
Aunque siempre se puede recurrir a la idea del ascensor
¿Qué tomo últimamente? ¿Serán los libros de divulgación de Asimov, los del Mundodisco o los Smacks del desayuno?

mar 25 2009

¿POR QUÉ?

TODAS. Absolutamente todas. Cualquier idea útil que he tenido a lo largo de mi vida acaba por desarrollarse al cabo de 3 ó 4 años. 

Por ejemplo, en el 2005 se me ocurrió la idea de un enooorme túnel, con vacío en su interior y anillos magnéticos que propulsarían unos vehículos (con imanes de la misma polaridad) mediante pulsos constantes. De acuerdo. Ficción hoy, puede que realidad dentro de 100 años (o menos, quién sabe). Entonces, no sabía ni que eso se llamaba maglev.
Pero, creedme, fastidia un montón leer esto
Y otra, la estantería Tetris. Podéis leer la historia y los planos de montaje aquí.
Para culminar esta serie de catastróficas desdichas (me gustó esa película; sólo se puede describir como weird): hace poco (unos meses) se me ocurrió la idea de que estaría bien aprovechar la energía que producimos al caminar. Pensé en un sistema de generadores extremadamente pequeños que, gracias al movimiento ondulatorio del pie caminando, harían que se produciese energía. También otro sistema de montones de émbolos y muelles (extremadamente pequeños), que vendría en una cómoda suela lista para engancharse en el pie. Vale. Mi padre se lo tomó a broma. 
Y hoy, al coger la Quo (Abril 2009, página 22), me encuentro con esto:
Calzado Energético
Equipado con microtransformadores en forma de chip que convierten la energía de cada pisada en electricidad [...] Los prototipos existentes ya son capaces de recargar un móvil y un MP3.
En fin…

mar 24 2009

¿Parar algo por completo?

Una idea un tanto peculiar que se me ocurrió ayer:

Si tuviésemos una máquina que permitiese “congelar”, parando por completo el movimiento de un grupo de átomos (pongamos un botijo de ununoctio, para hacerlo denso) repentinamente, en ausencia de movimiento, ¿qué ocurriría? No estoy hablando de una paralización del tipo “sujetamos la cosa con una cuerda”, sino de quedarse quieto completamente.
Es decir, fijarlo en un punto xyz concreto.
Si yo voy por la calle tranquilamente y para a atarme los cordones, me mantengo fijo sobre el suelo. Es algo completamente lógico. Entonces, si hay una persona (por ejemplo, en Estados Unidos) que también se para, la distancia entre nosotros será la misma mientras ambos sigamos parados (omito el movimiento de las placas tectónicas). Bien. Pero la diferencia con el experimento mental de antes es que yo me desplazo, trazando una elipse a la nada despreciable velocidad de 30’289 kilómetros por segundo. Es decir, que si considerásemos un punto fijo del universo como “Centro” (en mayúsculas, que queda mejor), me estaría moviendo respecto a él. También parece lógico, ¿no?
Ahora bien: ¿qué son 30 kilómetros por segundo? Casi nada.
Evidentemente, estamos sometidos a más fuerzas que la simple rotación alrededor del Sol. El Big Bang nos lanzó a todo (qué raro suena) hacia todos los lados. Y aún seguimos sintiendo los efectos de esa explosión. Resumiendo, que nos movemos a una velocidad bastante grande, alejándonos de ese “Centro”.
Bueno, ¿alguien sabe a qué velocidad se desplaza la Vía Láctea? Según el último estudio, a unos más que respetables 965.000 km/hora. Si queréis comparar, son 16.083’3 km/s (Me estoy empezando a marear).
Comparada con la velocidad de rotación de nuestro planeta, sería como un granito de azúcar junto a un adoquín (recomiendo mirar el enlace a los no mañicos).
Ahora, volvamos a recordar a nuestro botijo. Está colocado en la máquina que lo hará pararse. Pongamos que, para mayor seguridad, el experimento se hace en un sótano. Conociendo a los científicos (véase LHC), seguro que será en una fosa muuuuy profunda. Bueno, esto no es necesario, pero queda bien para la narración :-)
Todo el mundo mirando un botijo colocado en una plataforma. Un montón de aparatos que se pondrán en marcha al apretar un botón (rojo, preferiblemente. Redondo, grande y con protección, de esas de levantar la cajita de plástico. Y, para poder pulsarlo, hay que girar dos llaves separadas por varios kilómetros al mismo tiempo).
Llega el momento. Un hombre (preferiblemente con bata blanca y gafas casi-de-buceo ridículas) levanta la protección de plástico. Introduce la llave. Mientras, otro tipo hace lo mismo. Ambos giran la llave. Suena el Carmina Burana.
Pulsan el botón.
¡Adiós planeta! O, por lo menos, una porción amplia de él. Y eso que sólo era un botijo (vale, extremadamente pesado, pero es que quedaba bien).
Un Colt del 45 lanza la bala a 243 m/s. Y hacía volar cosas. Ahora, imaginad algo del tamaño de u botijo (que creo que es un poco más grande que una bala) a una velocidad 70.000 veces mayor que la de la bala del Colt.
Ahora, supongamos que el botijo está en el punto más alejado de la Tierra respecto la fuerza que nos arrastra, junto con toda la Vía Láctea.
Una masa que trazaría un túnel perfecto, de 12.750 km de longitud (diámetro de nuestro planeta). Menos mal que sólo es un botijo, ¿eh?
Aunque, pensándolo bien, la culpa no sería del botijo. Él no habría hecho nada. La culpa sería nuestra, por lanzarnos contra él.

mar 23 2009

Todavía no tiene nombre, pero…

Esto de los exámenes tiene unos efectos un poco extraños en mí: la creatividad aumenta proporcionalmente al tiempo que debería estudiar. El caso es que, el otro día, tuve una idea para hacer una máquina, de esas que son viables pero necesitan un mecenas (o un carpintero).
Sería un poco complicado ponerle nombre, así que me limito a poner los planos de esta “versión mejorada” (“mejorada” porque he suprimido 5/7 de todos los engranajes del anterior ingenio).
Adaptado a Flash, con script cogido de Cristalab:


Ale, ahora pensad para qué puede servir.

Por cierto, se nota el aumento de espacio útil para los posts: ya caben los flash :-D