¡Feliz Año a todos!
Pues eso, pasad un buen 2011 y leed tanto o más Cosas en General como el pasado.
Pues eso, pasad un buen 2011 y leed tanto o más Cosas en General como el pasado.
El otro día estaba aburrido en casa, y no sabía qué hacer, así que cogí papel y lápiz y me puse a dibujar. Como no estaba muy inspirado, mi cerebro se acordó de esa cosa tan curiosa de los potenciómetros hechos con papel y lápiz: se pinta una tira de papel con grafito, y poniendo un cable en un extremo y deslizando otro a lo largo del recorrido, se varía la resistencia.
¿Y esto para qué nos sirve? Bueno, hay que reconocer que las hojas de papel no son algo viable para un proyecto, pero a mí me sirvió para desarrollar mis propias resistencias. Lo primero de todo es saber qué es la resistencia, y por qué factores está determinada. Según Wikipedia, la resistencia es proporcional a la longitud y a la resistividad del material conductor, e inversamente proporcional a la sección de la muestra:
La resistividad es un cociente propio de cada material; por ejemplo, la de la plata es 1,55 x 10-8Ω·m. Tanto la longitud como la sección las he medido en mm2, de lo que se deduce que la resistencia se da en ohmios.
Cambio de tema: seguro que la mayoría habéis ido alguna vez a algún IKEA. Una de las muchas cosas peculiares que tiene esta cadena es que, en la entrada, hay unas cajitas con lapiceros que se pueden coger libremente. Admitámoslo: todos tenemos varios en casa. Bueno, pues como os han salido gratis, podéis sacrificar alguno por el bien de la ciencia.
Multímetro en mano, leo que la resistencia de uno de estos lápices es de unos 100Ω (aunque varía considerablemente si se coge otro). ¿A qué se debe esto? Pues bueno, el grafito de un lápiz no es grafito puro, sino una mezcla de éste con arcilla. En función de la proporción arcilla-grafito de la mina, se consiguen unas durezas determinadas. De hecho, existe una escala de durezas de lápices: por ejemplo, un 5B (blando) es utilizado para sombrear, mientras que un 2H (duro) es más habitual en dibujo técnico. El Staedler amarillo y negro de toda la vida es un HB, es decir, dureza media.
Como se acaba el año, y la entrada la tengo sin acabar, voy a publicarla por poder decir que la última entrada del 2010 es decente, y mañana ya seguiré. ¡Feliz Año a todos!
En el salón del cómic había unos disfrazados de esto, pero no sabía que realmente existían los personajes. Tenéis que ver este vídeo; el final sorprende.
Yo lo vería en HD y a pantalla completa, pero no me voy a meter en los anchos de banda ajenos.
Bueno, pues eso: felices fiestas a todos, que os traigan muchos regalos los Reyes, y que comáis mucho durante estos días.
Tengo varias entradas pendientes, ya iré publicándolas poco a poco a lo largo de estas semanas.
Por cierto, en la foto están algunas de mis últimas adquisiciones, junto con otros amigos que me acompañan en mi andadura
Como los 8 años anteriores, el fin de semana antes de Navidad se ha celebrado en la sala multiusos del Auditorio de Zaragoza el IX Salón del Cómic.
Este año, por primera vez, decidí apuntarme al concurso de cosplay: disfrazarse de personajes de cómic, manga o anime. Sencillamente, ha sido genial. Me hice un traje de Rorschach, el famoso personaje de Watchmen, obra maestra de Alan Moore. En principio, íbamos a ir 4 disfrazados de Watchmen, pero por diversos motivos acabamos disfrazándonos sólo dos, de Rorschach (el que aparece el primero) y Dr. Manhattan (el azul):
Hay que reconocer que mi disfraz resultó bastante sencillo, pues tuve la suerte de contar con casi todo el material. También tengo que admitir que la máscara, aunque parece que sea muy cómoda, reduce bastante la visión, especialmente si hay focos apuntándote.
Este año me he comprado varias cosas, a saber: un par de cómics de los conejitos suicidas, una camiseta de Darth Vader (punto friki: ni siquiera sale su cara, sólo el sintetizador de voz que lleva en el pecho), un peluche de Yoda, otro de Luigi, y varios pines.
Y ahora, lo que estabais esperando: ¡las fotos de Rorschach! (brevemente comentadas).