ago 28 2010

En El Burgo Ranero, de peregrino

Como ya sabéis, estoy haciendo el Camino de Santiago (a tramos, cuando hay vacaciones). Hoy hemos llegado a El Burgo Ranero, un pueblo de la provincia de León, tras una etapa de 30 kilómetros. Para estrenar los pies desde hace bastante tiempo, ha ido relativamente bien.

Anoche cenamos con otro peregrino, o más bien un habitante del camino. Conozco a mucha gente que no hace etapas muy largas, pero él se lleva la palma: el último día que caminó (porque llevaba ya unos días en el albergue en que paramos) hizo 3 kilómetros. Toma ya.

Bueno, aunque sea una locura, son ya las 21:20 y se va haciendo hora de irse a la cama (hoy estaba despierto/zombie antes de que saliera el Sol). Así que, hasta dentro de unos días, por aquí las entradas no creo que sean muy extensas (o sí, si paro en un pueblo con Internet, cosa fácil, y que sea realmente pequeño).


ago 27 2010

Fiesta, última visita a Chicago, Despedida (15-17/07)

Con esta entrada, un mes después de mi regreso, termino el relato de mis experiencias en Estados Unidos.

Jueves 15: Por la mañana estuve haciendo mi maleta, y pesándola cada 5 minutos. No fue especialmente interesante. Por suerte, sí lo fue lo que hice por la tarde: la encargada americana del viaje organizó una fiesta en su casa para los españoles, y las host families que quisieran. Hubo bastante comida y bebida, y nos lo pasamos mejor que en la primera fiesta, ya que no sufríamos los efectos del jet-lag. A eso de las 23:30 volvimos cada uno a nuestra casa, ya que teníamos que descansar para la excursión del día siguiente (la última).

Viernes 16: por la mañana salí en tren a primera hora hacia el centro de Chicago. Allí nos reunimos con el resto del grupo, junto a la famosa Torre Sears (ahora Willis Tower). Debido al precio, y, en mi caso, a que ya había subido a otro rascacielos desde el que las vistas eran mejores (Torre Hancock), algunos nos quedamos en la parte de abajo.

442 metros de acero y cristal.

A las 12 habíamos quedado con la coordinadora en otro edificio y, como se acercaba la hora y la mayor parte del grupo no había salido aún de la torre, empezamos a pensar que ya se habrían marchado, que habrían supuesto que nos habíamos ido ya… Así que yo me puse algo nervioso, por lo que pregunté en recepción si había algún teléfono por ahí. La recepcionista me dejó el suyo, pero el número al que llamé comunicaba, por lo que no conseguí nada. Sin embargo, la cosa “empeoró” cuando ella sacó su walkie-talkie y dijo algo así como “¿Seguridad? Código 3, menor perdido”. Por suerte, en ese momento exacto emergieron por las escaleras mecánicas la monitora y el resto de españoles, por lo que se acabó la agobiante espera.

Una vez nos hubimos reunido con la coordinadora, nos dieron 3 horas de esparcimiento. Alejandro, Jaime y yo nos fuimos con dos franceses de cuyo nombre no puedo acordarme a la calle principal de Chicago, Michigan Avenue, pues estaba cortada por el rodaje de Transformers 3. Toda la avenida era un caos: había un montón de curiosos, muchísimos policías, no se podía cruzar por algunas zonas… Nos obligaron incluso a bajar a una especie de calles inferiores que hay bajo el centro de Chicago: la “planta calle” está construida sobre una superficie, y debajo hay incluso entradas a hoteles, todo señalizado y con aceras; el resultado era de muy mala muerte.

Lo del fondo es humo, y la calle estaba llena de cascotes.

Después de media hora atrapados en los sótanos de la ciudad, conseguimos emerger a la altura de Millenium Park. Allí nos pararon dos empleados ataviados con uniforme, y nos propusieron firmar y escribir nuestro correo electrónico en una hoja a cambio de que ellos nos diesen una bolsita de caramelos de colorines. Yo no quise ninguna de las dos cosas, pero insistieron en los caramelos, así que los cogí. A los 10 metros estaban en la papelera.

¿Se parece al Guggenheim? Es que es del mismo arquitecto.

Después quisimos ver algo más de Chicago, así que cogimos un barco de transporte que recorre un buen tramo del río Chicago, y aprovechamos para hacer fotos. Ya que el barco es un taxi (de hecho, se llamaba water taxi), el precio era muy reducido: 2$ por viaje. Ya que no nos bajamos en el destino, y volvimos directamente, el capitán, un señor muy majo, nos regaló la vuelta. Es un trayecto muy recomendable, ya que se ve la ciudad desde otra perspectiva.

Geek on the Chicago River

Más tarde entramos en una biblioteca, y acto seguido nos reunimos de nuevo con el grupo. Cuando estuvimos todos juntos de nuevo, nos fuimos a un restaurante de Wok a por nuestra Última Cena; estaba bastante bien. El mejor momento fue cuando uno se fue al baño y le pusimos wasabi dentro de su comida, fue una lástima que se diera cuenta.

Ya por la noche, de vuelta en casa, me puse a dar los últimos retoques a mi maleta. Como hago siempre antes de meterlo todo dentro, dejo aparte todo lo que compré o me regalaron durante mi viaje:

A ver si encontráis todo lo que hay :)

Sábado 17: por la mañana cerré definitivamente mi maleta, y Lisa y yo estuvimos esperando a que llegasen los Fischer, quienes me iban a llevar al aeropuerto ya que su coche es mayor. Cuando llegaron, estuvimos un rato habladndo, y luego me despedí de Lisa, metí la maleta en el maletero, y dije adiós a Lombard.

Nosotros llegamos los primeros al aeropuerto. Allí me despedí de Susan, Abby, Claire y John; y al poco pasamos al interior del aeropuerto. ¡Hasta la próxima, Chicago!

Cabe destacar el muñeco (Matías) que hice en el avión, para el asombro de la tripulación, con las cajas de comida y diversas cosas que había por el avión. ¡Incluso podía abrir y cerrar la boca con un mecanismo hecho con tenedores!

En plateado, los nombres de todos los españoles del grupo.


ago 24 2010

Tectónica dental

El otro día tuve un sueño bastante curioso: en Sudamérica se producía un terremoto que se propagaba hasta España, y la onda expansiva me deformaba la dentadura dejándola como estaba antes de que llevase aparato. Inquietante.


abr 8 2010

Vuleta a la normalidad

Después de unos días caminando en el Camino de Santiago (me ha pasado una cosa muy curiosa: como el Sol, a la hora de caminar, quedaba a nuestra izquierda, sólo tengo morena esa parte del cuerpo), ya he vuelto a la normalidad de horarios.

Al concurso de Educared nos hemos apuntado por los pelos: resulta que, de los 9 equipos de mi colegio, sólo 8 aparecían inscritos en la web oficial. ¿Adivináis cuál faltaba? Por suerte, nos hemos podido apuntar al calendario B, que es para un poco más adelante. ¡La web pinta bien! Estamos grabando experimentos de Física y Química, y la cosa promete.
También me compré hace un par de semanas un Lego Mindstorm RCX (los viejos), y hoy he estado probándolo: ¡es una pasada! Se pueden controlar los motores en función de lo que registran los sensores, y hacer un montón de cosas (que tengo que probar, claro está). De momento, se me ha ocurrido una manera de comunicar el Mindstorm con Arduino :)

mar 30 2010

En la playa

Ahora mismo estoy en un bar de Salou con el portátil, al igual que mi padre. Mi hermano tenía un torneo de baloncesto en Cambrils (a 6 minutos en coche), que yo ya sufrí el año pasado (perdimos los 5 partidos de 50 puntos, el máximo…).

Mientras mi hermano juega, yo estoy aquí tranquilamente, descansando un poco :D

mar 25 2010

Intercambio con Francia – Días 3 y 4

Bueno, sigo con el relato de mis aventuras por las tierras de Napoleón.

Viernes 19

Por la mañana, después de desayunar y preparanos, fuimos al colegio. Mickael se fue a clase, y yo me monté en el autobús para ir a Toulouse con el resto de españoles. Después de una pequeña siestecita, llegamos a la ciudad.

Lo primero que hicimos al bajar del autobús fue formar un atasco impresionante. El autobús tuvo que parar en una esquina, cortando la circulación hasta que bajó todo el mundo. Después fuimos caminando hasta la plaza central, bastante amplia y con ocho calles que desembocaban en ella (dos por esquina). La disposición me recordó ligeramente a la de la Plaza Mayor de Salamanca. En uno de los lados más grandes se hallaba (y se halla, espero) el Ayuntamiento, llamado Capitolium. Ahí fue donde hicimos nuestra primera visita.
En una sala en la que antiguamente se oficiaban bodas (dijeron que había días en los que iban incluso a dos celebraciones por hora), nos comentaron la historia de Toulouse. Lo que más me llamó la atención es que una fuente muy importante de su riqueza viene de la industria aeroespacial.
Luego pasamos a una sala, la Sala de los Ilustres, en la que había esculturas de diversos personajes famosos relacionados con la ciudad de Toulouse. Entre ellos estaba Pierre de Fermat, el famoso matemático francés:
Después de esto, fuimos a ver la iglesia de Les Jacobins, que fue utilizada durante la Revolución Francesa por el Ejército. Era bastante chula, con una altas columnas que contrastaban con el aspecto masivo (de masa) del exterior (había más contrafuertes que pared desnuda). Las vidrieras eran muy curiosas: en la Revolución, fueron destruidas, así que hace unos pocos años se encargó a un artista unas nuevas. Las del lado Este tienen colores cálidos, mientras que las del lado Oeste los tienen fríos. Esto sirve para que la iglesia se ilumine de acuerdo con el lugar que ocupa el Sol en el cielo: rojiza por la mañana, y azulada por la tarde.

También era muy interesante la columna central, a la que llegan 22 nervaduras:
Cuando finalizó la visita fuimos a la orilla del Garona a comer. Casi todos llevábamos bocadillo, y casi todas las gaviotas que estaban diseminadas por las inmediaciones tenían hambre. Al cabo de un rato, teníamos cosas como ésta a un metro de nosotros:
Luego nos llevaron de vuelta al centro de la ciudad, donde nos dejaron libres para hacer lo que quisiéramos. Unos amigos y yo intentamos buscar una tienda de recuerdos, pero no veíamos ninguna. Por suerte, mientras la buscábamos nos recorrimos todo el centro, excepto la única calle en la que estaba las única tienda de souvenirs. Pero Murphy fue bueno, y no aplicó su ley sobre nosotros: a un cuarto de hora de ir al autobús para marcharnos, encontramos una tienda friki de merchandising (Star Wars, Harry Potter, etc…) en la que encontré el recuerdo perfecto: un muñeco del Doctor Zoidberg, de la serie Futurama.
Llegamos bastante tarde a Aire, pero después de cenar Mickael y yo nos quedamos hasta las 3 de la madrugada montando en su ordenador una tarjeta gráfica nueva. Lamentablemente, el driver no terminó de funcionar.
Sábado 20
Nos despertamos tarde, cerca de la una del mediodía. Estuvimos intentando reparar la tarjeta gráfica, pero no supimos. Más tarde fuimos a Capbreton, un pueblo de la costa, porque Mickael tenía partido de balonmano.
Nada más terminar el partido, volvimos a casa corriendo (bueno, no, que íbamos en coche y es peligroso), ya que a las 20:00 empezaba una fiesta en el colegio para los alumnos españoles y franceses del intercambio. Nosotros llegamos más tarde, a las 21:00, pero tampoco pasó mucho.
En la fiesta había un DJ que desentonaba un poco (un tipo bajito y rechoncho con una camiseta de Peugeot y que gritaba si te acercabas a menos de dos metros de él), unas 100 personas y mucha comida y bebida. La fiesta terminó cerca de las 23:00, no como el año pasado, que duró hasta la 01:00…