ene 29 2011

Seleccionado en la Primera Fase de la Olimpiada Matemática

Cuando ayer me llamaron no me lo podía creer. Salí de la prueba con ánimo de “se ha hecho lo que se ha podido, era muy difícil”, pero contra todo pronóstico ¡estoy entre los ocho primeros de Aragón!

El examen, que realizamos el pasado viernes 21, tuvo una duración de 7 horas, durante las cuales había que hacer lo que se pudiese con 6 problemas (aquí tenéis los enunciados, y en este otro sitio están ya resueltos) de nivel avanzado-imposible (yo fui incapaz de entender algunos). Lo cierto es que, perfecto, sólo creo tener uno, y el resto estarán a medias, si llega. Todavía no sé cuál ha sido mi puntuación, sólo que estoy entre los ocho primeros, y que el próximo viernes 11 nos comunicarán en un acto quiénes son los tres seleccionados (yo no estaré entre ellos, os lo aseguro) que pasarán a la Fase Nacional, que se celebrará en Pamplona entre los días 24 y 27 de marzo.

El único ejercicio anecdótico es el 2, que por necesitar de conocimientos de 2º de Bachillerato no supe hacer (como la mayoría). Avancé bastante, y lo dejé a medias, y como aún me quedaba un poco de tiempo para pasarlo a limpio, decidí comentarlo decentemente. Una chica del TTM me había dicho antes del examen que los correctores solían valorar los ejercicios originales, así que eso hice: lo comenté, pero en verso. Y así tenemos cosas como “¿Qué es, r, la razón? – Algo que dejamos para otra ocasión.”. O tambíen “Una incógnita hallaremos – Y al señor Pi llamaremos”. Probablemente me hayan seleccionado por mis dotes artísticas, más que matemáticas…

Y si conocéis a alguien que haya participado, aquí están las listas con los resultados, ordenadas por número o por puntuación.


dic 27 2010

Ganadores de las IV Olimpiadas Tecnológicas

El miércoles pasado fuimos a Cubit, una biblioteca sobre la que tengo que escribir algún día de estos, ubicada en la antigua Azucarera del Rabal, para participar en las IV Olimpiadas Tecnológicas organizadas por la ciudad de Zaragoza y la fundación Ceste.

Aunque aún no habíamos ganado, ya teníamos cara de haberlo hecho.

Nuestro equipo (Alfonso, Ernesto, Alejandro y un servidor) competía contra otros 18 grupos provenientes de diversos centros de Zaragoza, tanto de 1º como de 2º de Bachiller. El concurso consistía, principalmente, en tres pruebas: una WebQuest (búsquedas encadenadas empleando Google), una partida a Wii Sports Tenis, y otra WebQuest para subir puntos.

El nivel era medio-alto, pues las preguntas necesitaban de más tiempo del que disponíamos (10 minutos por tanda, que se hacían insuficientes por culpa de los equipos patateros en los que se trabajaba). Por ejemplo, una de las búsquedas del primer día trataba sobre curiosidades del pintor Pablo Gargallo, algo que nuestro equipo no dominaba muy bien (por sier todos de Ciencias). Sin embargo, algo que inclinó la balanza a nuestro favor fue el hecho de que había varias preguntas que nos sabíamos ya de memoria. Por ejemplo, la primera de una tanda de 10 cuestiones rezaba “Pegamos celo en un lápiz y doce meses después lo quitamos. ¿Qué premio recibimos?”. En esta en concreto los equipos contrarios se tiraban de los pelos, mientras que nosotros la respondimos sin usar el ordenador porque yo sabía que era el grafeno. Para que luego digan que pierdo el tiempo en el ordenador :P

El viernes nos comunicaron que habíamos pasado a la final, en la que competíamos contra otro grupo: como mínimo, íbamos a resultar subcampeones (700€).  Pero el sábado llegó,y gracias a que uno de los temas que salieron fue Matemáticas, Ernesto resolvió varios de tacada y pudimos entregar mucho antes que el equipo contrario. En la Wii empatamos, pero les llevábamos mucha ventaja en las preguntas, por lo que resultamos vencedores y nos llevamos (en realidad, se los llevó el colegio) los 1000€.

Este miércoles, el colegio nos dio como muestra de agradecimiento un eReader a cada uno de nosotros, un SIGMATek, que aún tengo que probar un poco más antes de escribir mi opinión sobre él.


dic 13 2010

La verdadera Navidad

ACTUALIZACIÓN – 20/12/2010 – Este relato ha recibido el 2º premio en el concurso del Ayuntamiento. Con esto empieza a demostrarse mi teoría para ganar concursos.

Sé que últimamente no he escrito mucho, pero es porque he estado estos días colaborando con un rastrillo contra el cáncer, e investigando un poco el tema de tema de enviar datos inalámbricamente. También escribí un relato para el concurso de mi colegio, le podría haber sacado más partido, pero lo hice deprisa y corriendo el último día:

–Bueno, aún quedan tres minutos, pero como veo que estáis impacientes, vamos a salir antes ­–dijo la profesora.

Toda la clase se levantó, y salió atropelladamente por la puerta. Al fin y al cabo, era el último día de colegio antes de las vacaciones de Navidad.

En el trayecto de vuelta a casa, Luna pensó sobre el breve relato de la Natividad que había leído aquel día en clase. Le parecía sorprendente cómo un nacimiento y los presentes entregados al niño hacía más de dos milenios habían desembocado en la celebración que tal y como la conocemos hoy en día, una Navidad repleta de bombillas de colores y anuncios de perfumes. Acto seguido, oyó a alguien gritando su nombre, sacándola de sus ensoñaciones. Era su tío, que la llamaba para concretar el modelo del nuevo teléfono que quería que encargase a los Reyes, pues ella aún no se había decidido. Un poco después, Luna llegó a su casa, se tumbó en el sofá y dejó que las vacaciones comenzaran por sí solas.

Durante los días siguientes, Luna hizo lo que no había podido durante las semanas anteriores: durmió hasta tarde, salió con sus amigos, se fue de compras… Pero su tranquilidad no duró mucho, pues durante todo el día de Nochebuena la actividad en su casa fue frenética. En unas horas iban a llegar sus abuelos, sus tíos y primos, a algunos de los cuales no veía desde el año pasado, y aún quedaba mucho por hacer. Junto con su hermano pequeño, Javier, preparó una ensalada, mientras sus padres cocinaban un suculento asado. Poco a poco comenzó a llegar la gente, hasta saturar la cocina, como ocurría normalmente. Los niños pequeños se fueron a montar un puzle mientras los demás conversaban animadamente sobre diversos temas. Como siempre, el padre y el tío de Luna acabaron enzarzados en una discusión, pero después de tantos años haciendo lo mismo ya no inquietaban a nadie.

Cerca de las diez de la noche ya estaban todos hambrientos, esperando a que llegase el abuelo, pues se estaba retrasando bastante, probablemente debido al tráfico. Cuando ya se empezaron a inquietar, María, la madre de Luna, decidió llamarle para preguntarle cuándo llegaría.

– ¿Dígame? –preguntó el abuelo.

–Hola papá, ¿dónde estás? Estamos ya todos en casa, esperándote.

–No te preocupes, estoy llegando ya. Eso sí, poned una silla y un plato más en la mesa.

–Pero, ¿quién…? –comenzó la madre de Luna.

–Estad tranquilos, llegaré en cinco minutos. ¡Hasta ahora!

María  se quedó pensativa con el auricular en la mano, reflexionando sobre lo que habría querido decir su padre.

–Entonces, María, ¿llega o no llega? –inquirió el tío Luis.

–Ha dicho que llegaba enseguida, pero viene con alguien… Yo creía que estábamos todos, ¿no?

–Quizá sea el primo Borja, pero yo creía que cenaba con unos amigos –propuso alguien por el fondo.

–Ni idea, vamos a esperar… –dijo María, mientras preparaba otro servicio.

Como había dicho, el abuelo llegó a los cinco minutos. Todo el mundo se arremolinó en torno a la puerta para ver quién era el invitado sorpresa. Para el asombro general, se trataba de un niño de edad similar a la de Javier, algo desastrado y con aspecto asustado. Llevaba puesta una chaqueta vaquera que le quedaba algo grande y unos pantalones remendados.

–¡Buenas noches a todos! –saludó el abuelo. Os presento a Ian. Le he encontrado sentado en un banco… ¡Con el frío que hace ahí fuera! Tiene tu misma edad, Javier, seguro que te llevas bien con él.

–Pero, papá… –comenzó María, quedándose cortada ante la mirada que le dirigió su progenitor– Bueno, Ian –continuó–, vamos a limpiarnos las manos, que cenaremos enseguida.

Un par de horas más tarde, Ian jugaba alegremente con Javier y el resto de primos, mientras Luna comía turrón al tiempo que meditaba sobre lo que se le ocurrió al salir de clase unos días atrás. En ese momento se encontraba feliz, pensando que su abuelo había hecho bien en invitar a Ian a cenar. Al fin y al cabo, la Navidad consistía en eso: ayudar a los demás, pasárselo bien con la familia y compartir lo que se tiene. Porque, ¿qué era un móvil nuevo comparado con hacer feliz a alguien que iba a pasar su Nochebuena solo y aterido?

Aquella noche, una nueva estrella apareció en el cielo.


may 26 2010

EclC: tomas falsas y demás zarandajas

Ahora que tengo un pequeño respiro, aprovecho para colgar un vídeo que he hecho con todos lo momentos divertidos/patéticos/ridículos de la grabación de los experimentos de la página de Experimentando con la Ciencia (seguramente algunos no los entenderéis, pero eso es porque no estuvisteis en el rodaje):


abr 29 2010

Web de Educared, viento en popa

Sé que últimamente no se actualiza esto como me gustaría, pero es que ya empiezan a asomar por la lontananza los exámenes, y además estamos volcados de lleno en la web del concurso de Educared. Estamos elaborando bastantes contenidos (y muy majos, me parece), con algo que esperamos que nos dé más clase: vídeos en español y en inglés. De momento sólo hay un par (de un servidor), pero pronto iremos colgando más en los que irá apareciendo todo el equipo. Y luego, a la web, también bilingüe, y después, a cruzar los dedos y a ganar.


abr 8 2010

Vuleta a la normalidad

Después de unos días caminando en el Camino de Santiago (me ha pasado una cosa muy curiosa: como el Sol, a la hora de caminar, quedaba a nuestra izquierda, sólo tengo morena esa parte del cuerpo), ya he vuelto a la normalidad de horarios.

Al concurso de Educared nos hemos apuntado por los pelos: resulta que, de los 9 equipos de mi colegio, sólo 8 aparecían inscritos en la web oficial. ¿Adivináis cuál faltaba? Por suerte, nos hemos podido apuntar al calendario B, que es para un poco más adelante. ¡La web pinta bien! Estamos grabando experimentos de Física y Química, y la cosa promete.
También me compré hace un par de semanas un Lego Mindstorm RCX (los viejos), y hoy he estado probándolo: ¡es una pasada! Se pueden controlar los motores en función de lo que registran los sensores, y hacer un montón de cosas (que tengo que probar, claro está). De momento, se me ha ocurrido una manera de comunicar el Mindstorm con Arduino :)