Puente en Jaca
El jueves por la tarde, aprovechando que había puente, fuimos a Jaca a la casa de los Sánchez con intención de esquiar. Llegamos un poco tarde, pero a mesa puesta. Estuvimos un rato por casa, y nos fuimos pronto a dormir.
El jueves por la tarde, aprovechando que había puente, fuimos a Jaca a la casa de los Sánchez con intención de esquiar. Llegamos un poco tarde, pero a mesa puesta. Estuvimos un rato por casa, y nos fuimos pronto a dormir.
Hace un tiempo creo que mencioné que había pedido una beca para ir a estudiar 1º de Bachillerato en Estados Unidos. Pues bien, pasé la primera fase, y hoy tenía una entrevista para decidir si finalmente me la dan o no.
Cuando he llegado al colegio “School Year Abroad”, en la plaza Aragón (nunca se me había ocurrido que pudiese haber algo ahí dentro), lo primero que he hecho ha sido esperar un poco a que llegasen todos los convocados. En total estábamos 12: 1 de Sevilla, 2 de Pontevedra y 9 de Zaragoza (me parece). Después, y yo no lo sabía, hemos hecho un examen de inglés de hora y media. La parte escrita me ha salido muy bien, yo creo que tendré más de un 9, pero en la del listening he fallado algunas en las que hablaban niños (me ha costado entender las voces agudas). Después, han hecho grupos de 3 y nos han dejado algunos periódicos y revistas para que esperásemos a que llegase nuestro turno para ser entrevistados por el presidente de ASSIST. Cuando, finalmente, ha llegado mi turno, yo estaba bastante nervioso, pero, aunque es un poco cruel, se me ha pasado al ver que un chico que entraba conmigo lo estaba más todavía.
Yo creo que he causado buena impresión, aunque no tengo más referencia que la de los dos con los que he entrado, así que no puedo especular mucho sobre el tema.
El año pasado, recibieron más de 1500 solicitudes para el programa ASSIST de 16 países diferentes. De ellas, se quedaron con 710, de las cuales, tras la entrevista, sólo 121 consiguieron la beca . Este año, por lo que he oído que decía el coordinador de España, han entrevistado a 45 personas en España, y el año pasado la consiguieron 11 españoles. Lo cual tampoco dice mucho, ya que al haber tantos estudiantes procedentes de tantos países se hace un poco difícil sacar conclusiones.
Bueno, aunque es difícil que me la den, algo de esperanza tengo (pongamos un 45%). A mediados de febrero me enteraré de cómo ha ido la cosa.
Como cada año (y esperemos que siga así), hoy al despertar estaba la mesa del salón llena de regalos. Este año, los Reyes se han portado muy bien, pues me han traído casi todo lo que quería:
Lo siento si con esto he perdido la poca seriedad que le quedaba al blog, pero allá va:
Lo hice en tres pasos con ElfYourself, una aplicación Flash muy intuitiva y rápida: se sube la foto, se ajusta la cara y se elige el vídeo. Bueno, ¡feliz Navidad!
Al igual que todos los años desde hace 8, en diciembre se organiza en el Auditorio de Zaragoza el Salón del Cómic.
Yo este año fui dos días, el sábado y el domingo. Aunque, teóricamente, es del cómic, abundan los videojuegos y las películas y, en general, cosas frikis.
Como siempre, hubo gente disfrazada haciendo cosplay (vistiéndose como personajes de series o cómics).
Había un grupo de espartanos formado por Leónidas, otro guerrero con una cabeza de persa cortada y un sacerdote agitando un pollo de goma atado a un báculo (lo gracioso fue que, más adelante, se acercaron al stand en el que estaba el capitán Trueno contando cuentos a los niños pequeños y se pusieron a golpear las paredes y a gritar. Algunos incluso lloraron).
También estaba el “Supergrupo”, un curioso trío formado por Superlópez, la Cosa y otra superheroína que no conozcocantando la cancioncilla del Equipo A. Y un tipo vestido de algo indefinido con una espada de medio metro de ancho por casi dos de alto. Y un equipo de Bomberman vestido como bombas.
Pero, además de todos esos, vino Francisco Ibáñez, el de Mortadelo y Filemón.
Después de un pequeño homenaje que le hicieron (le regalaron una pluma para que siga dibujando y no se jubile), repartió firmas. Yo me llevé el especial 50 Aniversario, y me dibujó un Mortadelo-foca en 3 segundos, fue increíble.
Me compré una camiseta de Bender, un gorro de Yoshi, un cómic y algunas chapas y, aunque vi una figurita de Rorshach muy chula, era bastante cara para lo pequeña que era. Además, vi a un montón de gente: de la academia de inglés, amigos, ¡incluso a comentaristas del blog!
El sábado por la tarde fui un ratito a jugar al Tetris. Hay que ser bastante bueno para organizar un torneo de un juego, pero yo no me esperaba que tanto: los dos que organizaban la competición ganaron, dejándome a mí tercero… Y no me tocó premio.
¡Sólo queda un día de clase!
Ayer fuimos Alfonso y yo a la entrega de premios del concurso de Educared (Fundación Telefónica) A Navegar 10.
Salí con mis padres de casa a las 7:30 para ir a la estación de tren, ya que Telefónica nos pagaba el viaje. Allí nos juntamos con Alfonso y su familia y con Abraham. Lamentablemente, Pepe no pudo venir.
A las 8:05 salió el tren, y a las 9:35 llegamos a la estación de Atocha, donde estuvimos viendo las tortugas en el jardincillo que había para hacer tiempo hasta las 10, cuando llegó el otro tren con más premiados.
De allí cogimos un autobús que nos llevó al polígono “La Moraleja”, donde Telefónica tiene su sede, Distrito C. Es un complejo enorme de 14 edificios con centro de salud, centro comercial, lago… Nosotros nos quedamos en el salón de actos, aunque casi no entramos, ya que había un grupo de animadores de esos que entran ganas de huir para que no te cojan y seas famoso delante de todos. Por suerte, nos dieron vales de comida para el restaurante.
Una vez estuvimos sentadas las 316 personas empezó el acto. Después de una presentación, comenzó la entrega de premios. Fue como siempre: empezó todo el mundo aplaudiendo mucho, y al final sólo se oían dos o tres palmadas por persona.
Conforme se iba acercando nuestro turno nos poníamos más nerviosos, aunque se hizo más llevadero por un espectáculo de láser increíble. Desde que entramos en la sala habían estado fumigándonos con el gas de las discotecas (aunque he estado buscando, no he encontrado cómo se llama anhídrido carbónico en sublimación, también llamado Megatrón), y todos nos preguntábamos qué sería, pero cuando se apagaron las luces y se encendió una línea de color verde lo entendí.
Sincronizados con una canción que combinaba varios estilos de música fueron proyectando haces de luz que creaban formas en el aire. Fue increíble:
Cuando terminó casi era nuestro turno. Cuando nos llamaron fuimos a la tarima, donde recibimos los premios y los diplomas y nos colocamos para que nos hicieran las fotos y el presentador dijese lo que tuviese que decir sobre nuestra página web (que no sé lo que era, ya que tenía detrás a un técnico poniendo bien un fluorescente de luz negra que me daba golpecitos, y estaba demasiado nervioso como para escuchar. De hecho, tampoco Abraham ni Alfonso se enteraron). Miramos a la cámara, esperamos a que terminasen con los del primer premio (ya que nosotros ganamos el tercero, aunque no debería ser así).
Una vez en nuestros sitios abrimos la bolsa: nosotros teníamos sendos MP4 (como el que está a la izquierda, en cuanto lo domine haré un resumen), y Abraham un bolígrafo que guarda lo que se ha escrito en JPG.
Después de la ceremonia nos dieron una camiseta de color verde con el logo de Telefónica y nos hicieron ponérnosla para hacer las fotos de rigor junto al lago. De allí fuimos al restaurante Ciao!, el autoservicio del complejo. Alfonso y yo cogimos ración doble de primero, segundo y postre. Al llegar a la caja, la cajera nos miró con cara rara y dijo “Chicos, creo que ahí tenéis demasiada comida” . Entonces yo me metí la mano en el bolsillo y saqué agitando un fajo de vales de comida (que nuestros padres nos habían dado, ya que fueron a comer al centro de Madrid). La chica los miró y dijo “Ah, eso es otra cosa”. Y nos dejó pasar.
Comimos con unos profesores amigos de Abraham y su grupo. Después de estar un rato hablando de música salimos fuera, ya que nos tenían que distribuir en autobuses para ir al aeropuerto, al centro…
A nosotros nos llevaron a la estación de Atocha, pero como sólo eran las 15:20, y nuestro tren salía a las 19:05, nos fuimos a la puerta del Sol a ver a nuestras familias.
Por primera vez, yo crucé la acera de la estación. A excepción de una visita relámpago a la plaza Mayor, nunca había pasado de la estación de Atocha o del aeropuerto en Madrid.
Una vez allí, Abraham y dos profesoras de Zaragoza que él conocía se fueron a un bar con nuestros padres,mientras Alfonso y yo íbamos a Fnac, donde dejé mi blog abierto en 5 iMacs (uno de pantalla de 27 pulgadas).
De allí ya fuimos a la estación de Atocha, donde esperamos en la sala VIP, ya que los padres de Alfonso nos dejaron sus entradas. Después de tomar un chocolate y llevarnos unos cuantos polvorones en los bolsillos fuimos al andén, y de ahí a Zaragoza.