Cien años atrás era únicamente una celebración religiosa en la que se conmemoraba la venida de la Virgen a Zaragoza, apareciéndose sobre un pilar a Santiago el Mayor, donde actualmente se alza la Basílica del Pilar.
Hoy, en pleno siglo XXI, las Fiestas del Pilar son uno de los mayores acontecimientos del año en la capital aragonesa: desde reposo viendo los desfiles de gigantes y cabezudos, hasta marcha en los recintos feriales y el Casco Viejo, y pasando por conciertos de los mejores artistas del momento.
Si busca unos días con ambiente, si le apetece relajarse o, simplemente, salir de la rutina, debe venir a Zaragoza del 9 al 15 de octubre.
Este año se contará con un repertorio musical excelente: La Oreja de Van Gogh, Los Secretos, Pereza, Andrés Calamaro, Alex Ubago (no hay que ir a ver a ese, que es de la SGAE y dice que bajar música es ilegal), Coti, El Canto del loco… Además, la ciudad estará plagada de espectáculos: el Gran Circo Mundial, competiciones de Trial Indoor, concursos… La diversión está garantizada.
Los desplazamientos por la ciudad son sencillos de realizar: hay disponible una gran flota de autobuses y taxis, y un cómodo servicio de bicicletas, recién adquirido por el
Ayuntamiento. Con un bono de tres días, usted, turista, podrá coger las bicis repartidas por la ciudad cuantas veces desee.
Durante todas las Fiestas habrá actos de Jota, bailes típicos en los que los baturros, aragoneses vestidos con un traje tradicional inspirado en la indumentaria de los antiguos labradores de la zona: mantones con motivos las mujeres y chaleco y faja los hombres. Además, es costumbre el cachirulo, un pañuelo a cuadros negros y rojos que se lleva anudado en la cabeza.
También hay espectáculos taurinos en la plaza de toros, a donde acuden los mejores toreros de la actualidad.
Además, por las noches la ciudad no duerme: en el centro de la ciudad los bares siguen abiertos hasta altas horas de la madrugada, y las calles están llenas de gente que disfruta del bullicio general y los últimos días de buen tiempo del año. No es raro despertarse por la mañana y ver por la calle a grupos de gente que están volviendo a casa después una velada bastante movida.
Y todo ello, con el colofón de la Ofrenda de Flores, una multitudinaria procesión en la que los baturros ofrecen flores a la Virgen, formando una enorme pirámide junto a la Basílica. Gente de todo el mundo acude sólo para ver el impresionante desfile, que tiene lugar a lo largo de todo el día: desde las 7:30 hasta las 17:00. Es costumbre llevar un ramo de flores o una corona, si se representa a un grupo grande, para ser colocadas por niveles en la Plaza del Pilar. Los más pequeños suelen
llevar en una alforja una barra de pan y una vuelta de chorizo, para hacer más llevadero el paso por el casco histórico.
Así que ya sabe: si quiere probar algo diferente, venga a las Fiestas del Pilar.