Cosas que tiene hacer limpieza de disco duro. Un servidor, a la derecha (no del todo)
O, más bien, primera: miedo. Aunque sé que dentro de nueve meses miraré atrás y pensaré “vaya, no ha sido tan difícil”, ahora mismo estoy un poco asustado. Quizá no sea tanto de las asignaturas o de Selectividad como del tiempo que preveo tendré que dedicar en casa al estudio, pero lo que es cierto es que, en cuestión de contenidos, este curso pinta interesante. En los 5 días que llevamos de clase (unas 2-3 clases por asignatura) ya hemos hecho el equivalente de un mes de 1º.
Otra razón que hace este curso más temible es el número de asignaturas que realmente exigen trabajo diario. El año pasado, seré sincero, no estudié ni un sólo día para francés (4h), ni para inglés (3h), ni para religión (1h), y apenas para Lengua (4h) y Física y Química (4h). Es decir, que para un 53% de las clases se podía estudiar el día de antes del examen, una técnica que desapruebo totalmente y no recomiendo a nadie; aquél que lo haga será merecedor del mayor de los oprobios. Que conste que no he dicho en ningún momento que yo haya hecho eso, simplemente es un consejo del FROM. Sin embargo, este año puedo pasar sin estudiar a diario únicamente dos asignaturas: Religión e Inglés. Un simpático 13% que, comparándolo con las horas de desgaste de codos algunos mastodontes de este año como Lengua, Física, Matemáticas, Electrotecnia o Filosofía, se queda un poco empequeñecido.
Pero no todo es negro, al contrario: Dibujo Técnico se presenta interesante, y en Electrotecnia tengo puestas muchas esperanzas. Por cierto, esta mañana he donado el Generador de Van de Graaff al colegio para usarlo en las clases y que la Autoridad dejara de echarle miradas asesinas al entrar en mi cuarto. Física también ha empezado con buen pie: hoy hemos aprendido a integrar; aunque yo ya sabía cómo hacerlo, no conocía la explicación teórica. La verdad es que el proceso de razonamiento me ha parecido muy bonito, y me ha alegrado la mañana.
En cuanto a Selectividad, los que tiran hacia el sector biomédico están que se tiran de los pelos: al fin y al cabo, necesitan más de un 12, generalmente, para entrar en las carreras que quieren. Sin embargo, los de Ingenierías estamos muy tranquilos sabiendo que prácticamente con aprobar entramos donde queremos.
En resumen, los próximos meses prometen ser extenuantes, pero creo que el esfuerzo merecerá la pena.
A lo largo del curso pasado mi hermano y sus amigos trabajaron en una web, Al otro lado de las TIC, que presentaron al Premio Internacional Educared (en el cual resultaron vencedores el año pasado, y yo el anterior). Un trabajo impresionante que recopila una serie de entrevistas a profesores, alumnos y personas destacadas dentro del mundo de las TIC en las que se tratan temas como las aplicaciones que se pueden emplear en el aula, el uso que se debe hacer de ellas, el papel actual de las TIC en la enseñanza… Desgraciadamente, a pesar de que todos pensábamos que iban a llevarse un premio, esta vez no han tenido suerte. Aún les queda un par de años para volver a intentarlo, pero como se dice siempre, “lo importante es participar”. Y aunque parezca una coletilla que ya no tenga mucho significado, realmente en este tipo de concursos lo que realmente vale la pena es lo que se aprende por el camino: hace un par de años, aunque no gané este mismo concurso, consideré que el esfuerzo valió la pena por todo lo que habíamos hecho. Supongo que por algo dirán que lo importante no es llegar, sino el camino.
¡Os dejo con un vídeo introductorio que hicieron, y desde aquí les doy mi enhorabuena!
En efecto, tras casi tres intensos meses, el verano toca a su fin. La verdad, no me puedo quejar: he viajado mucho, he aprendido mucho, y he hecho mucho; me quedo con la sensación de haber empleado bien el tiempo.
Ya me pasó el año pasado, pero en esta ocasión es mucho más acusado: aún no me he hecho a la idea de que el verano acaba, yo sigo pensando que estaré de “fiesta” por un tiempo indefinido. Si bien es cierto que el colegio no empezará a efectos prácticos hasta la semana que viene, el tener que levantarse por obligación hace que no sea lo mismo.
Durante las últimas semanas he estado metido en un montón de cosas: junto con mi hermano he montado -y en ello sigo- algunas webs para pequeñas empresas; con unos amigos de clase estoy preparando el disfraz para el Salón del Cómic (sí, es en diciembre, pero es preferible que esté terminado cuanto antes); y hemos tenido unos días de mucho movimiento familiar. De todos modos, conforme vaya terminando estos “proyectos”, iré subiendo alguna cosilla.
Resulta curioso que el último día de clase del curso pasado terminara con un karaoke en el que cantamos “Video Killed The Radio Star”, de Buggles, y que último día del verano también acabe (y no lo he hecho aposta) con la misma canción. Os dejo con ella:
Pues sí, ayer oficialmente quedé libre de las ataduras de 1º de Bachillerato, un curso que, como ya dije, ha sido demasiado monótono. Tras los últimos dos exámenes me fui a la Semana de Inmersión en Ciencias de la Universidad de Zaragoza, y a la salida ya lo celebré con los de clase en un wok (competición de ingesta de wasabi incluida),como el FSM manda.
Hoy ha sido mi cumpleaños, y ya he recibido las felicitaciones de varios de los parroquianos de este blog (¡si Rafalillo puede mandar un correo, vosotros también!). Como curiosidad, me he ido con unos amigos a ver el eclipse de Luna, pero hemos estado casi una hora mirando al lado equivocado, pensando que estaba detrás de las nubes (que, por otro lado, eran muy numerosas).
Por delante queda todo el verano, con un julio bastante ajetreadillo: el 24 me iré a pasar unos días con los Fischer, y a la vuelta me toca ir a Bilbao gracias a la beca de Campus Científicos de Verano (proyectos de Física y Matemáticas).
Y mañana quizá os comente el tema de las optativas de 2º de Bachillerato… muy peliagudo, por cierto.
Si tuviese que definir con un solo adjetivo el curso que estoy acabando, elegiría “tedioso”. A pesar de la supuesta dificultad del Bachillerato (que no es tal; simplemente hay que estudiar a diario y casi ni eso), este último año ha sido de los más aburridos que recuerdo. La verdad es que no hay un único motivo, sino que se debe a varios factores.
Por un lado, el curso está orientado al repaso general de todo lo que se ha visto durante la ESO, lo cual es muy útil para gente que tenga lagunas en sus conocimientos. Pero entonces, ¿qué hacen los que tienen únicamente charcos? ¿Atender a explicaciones que llevamos escuchando desde hace dos años? Quizá al principio sí. Pero cuando llevas más de 5 meses (hablo en términos generales, esto es más marcado en unas asignaturas que en otras) recordando conceptos “olvidados”, el interés se esfuma. Y justo cuando empieza la acción, el curso se acaba.
También cuenta mucho el modo en que se enfoca la asignatura. Pongamos el ejemplo de Matemáticas: una materia que puede resultar apasionante (de acuerdo, quizá para algunos no lo sea, pero la culpa no es suya) se convierte en cuatro horas semanales de ejercicios repetitivos, y ya. Precisamente hoy era la sesión de clausura del Taller de Talento Matemático, y el ponente ha realizado una presentación acerca de la Historia de las Matemáticas: he aprendido más en esos 60 minutos que en dos semanas de clase. Lo admito, es necesario saberse la teoría para poder realizar la práctica, pero el problema es que no hay práctica. Porque, en realidad, los “problemas” que se hacen no son nada problemáticos: son meros ejercicios camuflados. En Geometría quiero sangakus, no calcular chorromil veces lo que mide la sombra de un edificio.
Y esto es ya más personal, pero yo echo de menos la asignatura de Tecnología, una de las pocas en las que se puede tener cierta creatividad. Este curso, estirando mucho, se podría salvar Lengua gracias a los comentarios de texto en los que un servidor puede despotricar un poco más. Pero lo que es cierto es que la creatividad está muy olvidada (aún no la he visto, pero mucha gente me ha recomendado esta charla TED sobre el tema).
Ahora que tengo mi horario encima de la mesa, estoy viendo que en muchas asignaturas pinto poco:
Inglés: no sé ni por qué voy. Año tras año se dan los mismos tiempos verbales. Realmente, es mi clase de lectura.
Francés: de entrada, la programación de la asignatura está pensada como un repaso de la ESO. ¿Estudiar? ¡Ja!
Filosofía: qué se le va a hacer, no me atrae especialmente estar 9 meses aprendiendo memorizando diversas teorías políticas.
Por suerte me queda Dibujo Técnico, mi preferida de este año. No permite una gran expresividad, pero la verdad es que se agradece poder dibujar un rato. Comparado con otras como Filosofía es una auténtica liberación.
En fin, ya queda menos para el verano, y no tanto para 2º de Bachillerato. Parece que promete un poco más: las Mates son más entretenidas, tendré Electrotecnia, Física será sólo Física y no “Física y Química” (aunque, ahora que no me oye nadie, tengo que admitir que le he acabado cogiendo cierto cariño), me quito Francés y Ciencias del Mundo…
Pues sí, con motivo de las fiestas de mi colegio (Cardenal Xavierre), hemos montado esta semana una exposición sobre nuevas y viejas tecnologías, abarcando temas como instrumentos de física, ordenadores, videoconsolas… Podéis echar un breve vistazo aquí:
No se me ve mucho, pero sí se me oye. Si queréis pasar a verla, mañana estará abierta por la tarde. ¡Estáis todos invitados!