No me lo he leído todavía, pero debe de ser una maravilla
Que todos soñamos es un hecho. Sin embargo, muchos de nosotros no recordamos la mayoría de nuestros sueños, ya sea porque nunca lo hacemos o porque no coincide la hora del despertador con una fase REM.
Pues bien, desde hace unas semanas estoy probando una técnica que descubrí por casualidad que sirve para recordar los sueños. Era la típica noche de verano en que no hace mucho calor, así que decidí no abrir la cama. Pero conforme fueron pasando las horas, la temperatura bajó, y alrededor de las 6a.m. me desperté, miré el reloj y me tapé. A lo largo de las noches siguientes hice lo mismo, hasta que me percaté de algo muy curioso: siempre que me despertaba a mitad de noche era en medio de un sueño, el cual recordaba vívidamente. El pequeño problema era que luego me volvía a dormir y por la mañana lo había olvidado, pero sí que recordaba el hecho de que había tenido el sueño.
Basándome en todo esto, he perfeccionado la técnica hasta conseguir recordar todos los detalles de los sueños que tengo. El procedimiento es bien sencillo: en cuanto me despierto porque tengo frío me encuentro con el sueño metido dentro de la cabeza, así que cojo una libreta que tengo al lado de la cama y apunto las ideas principales. Luego abro la cama, me meto dentro, y sigo durmiendo. Al día siguiente puede que recuerde parte del sueño, o no, pero ya no importa porque está a buen recaudo.
¿Esto a qué se debe? Si queréis que os sea sincero, no tengo ni idea. No obstante, tengo una teoría: según el artículo de la Wikipedia sobre la fase REM,
la temperatura corporal no está bien regulada y se aproxima a la temperatura ambiente.
Si de las 5 a las 7 de la mañana es cuando comienza a hacer fresco, basta con que entremos en fase REM para que la temperatura corporal descienda hasta un punto en que nos despertamos. Y como es en la fase REM en la que se producen las ensoñaciones más elaboradas, siempre nos despertaremos en mitad de un sueño.
Que tengamos ganas de tomar apuntes en mitad de la noche es otro tema.
Cosas que tiene hacer limpieza de disco duro. Un servidor, a la derecha (no del todo)
O, más bien, primera: miedo. Aunque sé que dentro de nueve meses miraré atrás y pensaré “vaya, no ha sido tan difícil”, ahora mismo estoy un poco asustado. Quizá no sea tanto de las asignaturas o de Selectividad como del tiempo que preveo tendré que dedicar en casa al estudio, pero lo que es cierto es que, en cuestión de contenidos, este curso pinta interesante. En los 5 días que llevamos de clase (unas 2-3 clases por asignatura) ya hemos hecho el equivalente de un mes de 1º.
Otra razón que hace este curso más temible es el número de asignaturas que realmente exigen trabajo diario. El año pasado, seré sincero, no estudié ni un sólo día para francés (4h), ni para inglés (3h), ni para religión (1h), y apenas para Lengua (4h) y Física y Química (4h). Es decir, que para un 53% de las clases se podía estudiar el día de antes del examen, una técnica que desapruebo totalmente y no recomiendo a nadie; aquél que lo haga será merecedor del mayor de los oprobios. Que conste que no he dicho en ningún momento que yo haya hecho eso, simplemente es un consejo del FROM. Sin embargo, este año puedo pasar sin estudiar a diario únicamente dos asignaturas: Religión e Inglés. Un simpático 13% que, comparándolo con las horas de desgaste de codos algunos mastodontes de este año como Lengua, Física, Matemáticas, Electrotecnia o Filosofía, se queda un poco empequeñecido.
Pero no todo es negro, al contrario: Dibujo Técnico se presenta interesante, y en Electrotecnia tengo puestas muchas esperanzas. Por cierto, esta mañana he donado el Generador de Van de Graaff al colegio para usarlo en las clases y que la Autoridad dejara de echarle miradas asesinas al entrar en mi cuarto. Física también ha empezado con buen pie: hoy hemos aprendido a integrar; aunque yo ya sabía cómo hacerlo, no conocía la explicación teórica. La verdad es que el proceso de razonamiento me ha parecido muy bonito, y me ha alegrado la mañana.
En cuanto a Selectividad, los que tiran hacia el sector biomédico están que se tiran de los pelos: al fin y al cabo, necesitan más de un 12, generalmente, para entrar en las carreras que quieren. Sin embargo, los de Ingenierías estamos muy tranquilos sabiendo que prácticamente con aprobar entramos donde queremos.
En resumen, los próximos meses prometen ser extenuantes, pero creo que el esfuerzo merecerá la pena.
A lo largo del curso pasado mi hermano y sus amigos trabajaron en una web, Al otro lado de las TIC, que presentaron al Premio Internacional Educared (en el cual resultaron vencedores el año pasado, y yo el anterior). Un trabajo impresionante que recopila una serie de entrevistas a profesores, alumnos y personas destacadas dentro del mundo de las TIC en las que se tratan temas como las aplicaciones que se pueden emplear en el aula, el uso que se debe hacer de ellas, el papel actual de las TIC en la enseñanza… Desgraciadamente, a pesar de que todos pensábamos que iban a llevarse un premio, esta vez no han tenido suerte. Aún les queda un par de años para volver a intentarlo, pero como se dice siempre, “lo importante es participar”. Y aunque parezca una coletilla que ya no tenga mucho significado, realmente en este tipo de concursos lo que realmente vale la pena es lo que se aprende por el camino: hace un par de años, aunque no gané este mismo concurso, consideré que el esfuerzo valió la pena por todo lo que habíamos hecho. Supongo que por algo dirán que lo importante no es llegar, sino el camino.
¡Os dejo con un vídeo introductorio que hicieron, y desde aquí les doy mi enhorabuena!
En efecto, tras casi tres intensos meses, el verano toca a su fin. La verdad, no me puedo quejar: he viajado mucho, he aprendido mucho, y he hecho mucho; me quedo con la sensación de haber empleado bien el tiempo.
Ya me pasó el año pasado, pero en esta ocasión es mucho más acusado: aún no me he hecho a la idea de que el verano acaba, yo sigo pensando que estaré de “fiesta” por un tiempo indefinido. Si bien es cierto que el colegio no empezará a efectos prácticos hasta la semana que viene, el tener que levantarse por obligación hace que no sea lo mismo.
Durante las últimas semanas he estado metido en un montón de cosas: junto con mi hermano he montado -y en ello sigo- algunas webs para pequeñas empresas; con unos amigos de clase estoy preparando el disfraz para el Salón del Cómic (sí, es en diciembre, pero es preferible que esté terminado cuanto antes); y hemos tenido unos días de mucho movimiento familiar. De todos modos, conforme vaya terminando estos “proyectos”, iré subiendo alguna cosilla.
Resulta curioso que el último día de clase del curso pasado terminara con un karaoke en el que cantamos “Video Killed The Radio Star”, de Buggles, y que último día del verano también acabe (y no lo he hecho aposta) con la misma canción. Os dejo con ella:
Un par de días antes de que mis vacaciones en los Pirineos finalizaran, mi padre me explicó cómo resolver raíces cúbicas a mano empleando un curioso método que consiste en descomposición en sucesivas raíces cuadradas. Para que nos entendamos:
De este modo, y realizando el mismo procedimiento sucesivamente (en este caso, habría que volver a hacerlo con el elemento a^(1/12) ), nos iremos aproximando cada vez más y más al resultado real. Cuanto mayor sea el denominador de la potencia que no podemos calcular a mano, más se aproximará el valor del elemento a 1, y mejor será la estimación.
El código está basado en este principio, así como en una sucesión en la que reparé al realizar los cálculos a mano. En algún sitio hay un pequeño fallo que subsané sumando 2 a una variable, pero no tuve las ganas suficientes de rastrearlo a lo largo de las más de 10 carillas que rellené pensando en esto.
Y aquí está el código, yo lo he compilado empleando gcc en Ubuntu, pero para gustos, colores:
líquido que ingerir para desayunar, después de comer, a media tarde o antes de acostarse. El otro día vi por Graphjam esta infografía que lo explica bastante bien: